martes, 16 de noviembre de 2010

TERCER CHAKRA--

Manipura

El tercer chakra, Manipura, es el centro de energía, del poder de la voluntad, del sentido de control y coordinación, es la fuerza que impulsa a actuar.

Se encuentra entre el ombligo y la boca del estómago. Está relacionado con el sistema nervioso autónomo, las glándulas adrenales, el páncreas y el hígado, los procesos purificadores del cuerpo y la limpieza de toxinas. Su color predominante es el Amarillo.

Es el más grande de todos los chakras y el más potente. Su nombre en sánscrito es Manipura, que significa "ciudad de joyas". Se lo llama así porque es un centro de fuego, un punto focal que genera calor, desde donde sus diez pétalos irradian como el sol.

En el plano físico, este chakra Amarillo tiene un efecto estimulante sobre los nervios. Si se encuentra sano y equilibrado, irradia una sensación de estar en control de los acontecimientos y una buena coordinación y orientación física. Cuando se desequilibra, la persona sufre afecciones nerviosas y una falta de energía general.

Los aspectos emocionales positivos de este chakra revelan capacidad para obtener logros y un temperamento caliente que disfruta ser el centro de atención y hablar con soltura. Los aspectos emocionales negativos se traducen en impotencia y sensaciones de desorientación y vida dispersa, sin objetivos definidos. La persona puede volverse insegura y obsesiva.

En el plano de los procesos de pensamiento el Amarillo se relaciona con la capacidad de comprender bien las cosas. Este chakra alienta la capacidad intelectual, el desarrollo del conocimiento y el hemisferio cerebral izquierdo. Cuando el Amarillo abunda, hay interés en cuestiones científicas. La carencia de Amarillo implica un uso insuficiente de la capacidad mental o inseguridad acerca del potencial intelectual propio. Habrá una tendencia a la frustración.

Ejercicio

Cuando se levante en la mañana, párese enfrente de la ventana abierta, suficientemente vestido, y haga 20 respiraciones profundas, inhalando y exhalando con lentitud.
Conforme respire, trate de visualizar el aire radiante de Sol, como enriqueciendo la Tierra, las doradas corrientes penetrando la Tierra y a todos sus habitantes.
Vea esta sangre de luz amarilla fluyendo dentro de vuestro cuerpo, penetrándolo e iluminando cada parte de él.

Después siga adelante con su tratamiento específico, o con vuestro día de trabajo. Antes que pase mucho tiempo usted notará la sorprendente mejoría en la circulación de vuestros esfuerzos, en cada día y en cada circunstancia de vuestra vida, no sólo en lo mental, sino también en lo material.
Pruebe esto fuera de usted mismo. No lo haga apuradamente o con la expectación de resultados rápidos. Hágalo consciente y sensiblemente.

Los metales que irradian amarillo son: el oro, el bario, el calcio, el manganeso, el zinc, el cobre, el cromo, el níquel, el estroncio, el cadmio, el cobalto, el aluminio, el titanio.
Los alimentos que contienen amarillo son: pimientos amarillos, maíz dorado, plátano, calabaza, piñas, limones, melón dulce y la mayoría de las frutas y vegetales de cáscara amarilla.

Estos rayos conducen corrientes magnéticas positivas y no astringentes, teniendo un efecto alcalino que fortalece los nervios. Los rayos amarillos despiertan, inspiran y principalmente estimulan una mentalidad superior, las facultades de la razón sobre la cual ellos tienen un efecto muy poderoso y notable. Así, a través de su iluminación, el amarillo añade autocontrol.

El amarillo estimula el tercer chakra, o plexo solar, el gran líder del sistema nervioso, que controla los procesos digestivos en el estómago y el cerebro. El amarillo ayuda a purificar el sistema a través de su acción eliminativa en el hígado y los intestinos; limpia los poros del cuerpo; mejora la textura de la piel, sanando cicatrices y otras manchas. El amarillo tiene además un efecto enriquecedor sobre las zonas intelectuales del cerebro.

La interpretación esotérica del amarillo como miedo es groseramente incorrecta. Ciertamente el miedo que es percibido en el cerebro es a menudo sentido en el plexo solar a causa de la verdadera negación de los positivos rayos del amarillo. El color del miedo es básicamente el gris, aunque en éste algunas veces se ven tintes de mostaza.

El amarillo representa una materia a la que los humanos le han otorgado el más alto valor: el oro. Cuando deseamos apreciar el valor de una cosa, por lo general la comparamos con el oro. "Vale su peso en oro" es una frase común que demuestra el desmedido valor que le conferimos. Al conceder altos honores o recompensas otorgamos medallas, relojes, copas y portamonedas de oro. La corona de oro sobre la cabeza que controla el Estado representa simbólicamente la superioridad del reino celestial sobre el terrenal. Esto sugiere la cualidad espiritual del oro (el cenit de los metales transustanciados) y del rayo amarillo, representada por los pintores en las descripciones de santos o maestros espirituales a los cuales rodean con un halo dorado la cabeza, el sello de la sabiduría.

De acuerdo con la historia bíblica, cuando a Salomón se le dio a elegir entre varias cosas, escogió la sabiduría: "El, no pidió oro material, del cual había mucho a su alrededor, él escogió sabiamente la contraparte espiritual magnética, o sabiduría", y así pudo por lo tanto ser capaz de hacer el mejor uso de los rayos amarillos en sus dos aspectos: en el del conocimiento y en el de la sabia administración de su contraparte material.

La sabiduría es, en mucho, para la mente, lo que el oro es para la materia. Justo como la utilidad del oro en el cuerpo del mundo descansa primero en la adquisición y después en la circulación (distribución), así también los rayos dorados juegan su papel más importante en el cuerpo humano en los sistemas asimilativo y circulatorio.

"Todos merecemos una mejor calidad de vida..."

Lic. Mónica Agras