miércoles, 15 de diciembre de 2010

CURACIONES A DISTANCIA.-







Hay una fuerza, una energía que más allá del razonamiento o pruebas de laboratorio, actúa de manera trascendente y milagrosa en la vida de las personas. Algunos pueden llamarla sobrenatural, pero esto no es así. Son fuerzas naturales, propias, innatas del ser humano, congruentes con la naturaleza toda. Esto es lo primero que uno debe aceptar para comenzar a modificar condicionamientos internos que hasta ahora, han conducido a la humanidad a depender más de los demás que de sí mismos y de sus potencialidades.

Cuando las energías son utilizadas por la mente consciente cumplen con su función de acuerdo a la voluntad de quien las emitió. Por eso, los pensamientos tienen un poder que es usado todos los días sin que la gente, con sus problemas cotidianos, repare mucho en ello.

Piense en esto y mire todo lo que a su alrededor existe. Lo que usted esta viendo ahora, antes estuvo en la mente de una persona, luego se materializó en objetos concretos, con existencia visible y palpable, pero antes, estuvo en el pensamiento de alguien. Luego con la fuerza de su voluntad creadora y el pensamiento dirigido pudo concretar una idea. El poder de la mente actuó una vez más.

Los pensamientos negativos, de celos, disgustos, desazón, amargura, ansiedad, malicia, rencor, resentimientos, miedos, etc., también son energías que se acumulan en el interior del ser humano. Estos cúmulos energéticos tienen su base en experiencias pasadas y se archivan como "formas de pensamiento" en el sistema bio-psíquico de la persona, con el correr del tiempo, se manifiestan de acuerdo a las intensidades vividas en el pasado, en el cuerpo, como enfermedades. Alteran el normal funcionamiento de los órganos físicos y estructuras mentales, pues aunque sea paradójico, para muchos que no ubican la conciencia en determinado lugar y por ello hablan de conciente e inconsciente (lo contrario a la conciencia), sí tienen una ubicación y sí ocupan lugar dentro de los archivos psíquicos. Si pudieran ver el campo energético de los seres vivos conocerían exactamente donde se localiza la conciencia y donde se ubica el inconsciente. Podrían ver como son esos archivos oscuros y pesados se desplazan por el cuerpo y su entorno, cómo provocan enfermedades y cómo se extraen del interior de la persona. Estos archivos, son traumas pasados, experiencias dolorosas que no son expulsadas, quedan siempre en el llamado inconsciente, desde allí se manifestarán en cualquier momento, atascando la normalidad de la conducta, tanto como la normalidad de la salud corporal. Si pudieran ver las energías que conforman a los seres vivos y en especial a los seres humanos, podrían entender por qué los pensamientos tienen formas y cómo despegan de la persona viajando a través del tiempo y el espacio.

En las curaciones a distancia, el pensamiento y el condicionamiento de las personas es fundamental para que actúe con cierta eficacia. Si usted cree que su pensamiento queda encerrado en su mente, pues nunca proyectará una energía curativa o el día que intente hacerlo le costará muchísimo. Si en cambio, usted es de las personas que no se cierran a la posibilidad de trascender las limitaciones de la razón impuesta por una sociedad materialista, entonces tendrá más posibilidades de actuar con éxito en la tarea de ayudar a otros a distancia. Lo mismo vale para quienes reciban esas energías, esos pensamientos enviados desde el curador o agente sanador, si cree que nadie puede ayudarlo, seguramente nadie podrá hacerlo, pues inconscientemente crea una barrera que cierra el paso a cualquier forma de pensamiento enviado. Si su mente está abierta y receptiva, entonces la recibirá y notará la mejoría.

Para ayudar a otra persona que está pasando un mal momento, es necesario que ambas estén en sintonía, es decir, que ambas sepan y coordinen el momento en que se va a hacer la proyección mental desde uno hacia otro.

Fijar una hora, decirle a la persona enferma que a tal hora, se quede en silencio y se relaje, que esté conciente que en ese momento se le está enviando una oración sanadora o influencias energéticas curativas. Es posible que la persona se quede dormida en algunos casos, posiblemente entidades angélicas estén colaborando en su proceso de sanación y hasta recuerde haber soñado con paisajes o cosas agradables. En otros casos, no se duerme, colabora activamente con las energías que está recibiendo y esto es mucho mejor, pues la totalidad de su persona está comprometida en la curación.

La persona que actuará de emisor, deberá hacer unos simples ejercicios respiratorios antes de la hora fijada. Puede sentarse cómodamente y respirar pausadamente, imaginando que el aire circula a través de todo su cuerpo y a medida que se oxigena ve como cada parte del cuerpo se ilumina por una energía extra que recibe del espacio. Comienza imaginando una esfera de luz sobre su cabeza, al inspirar, esa bola luminosa penetra la frente y se expande por el resto del cuerpo, inspira y exhala, varias veces y a medida que lo hace, la luz circula por todo el cuerpo y energiza todo su ser. En este momento puede hacer una oración pidiendo por su protección y ayuda con la tarea que está a punto de emprender.

Luego imagine que está al lado de la persona afectada, vea su enfermedad, recorra su cuerpo mirando cada órgano y deténgase en la parte dolorida o enferma. Coloque mentalmente, las manos sobre el lugar y visualice un rayo de luz verde que impregna la zona, haga fluir de sus manos ese rayo de luz en grandes cantidades hasta que sienta que ya ha dado suficiente. Observe el rostro de la persona enferma y vea como mejora, imagínela con una sonrisa de alivio, luego pase sus manos a unos quince centímetros de su cuerpo como acariciando el campo energético de la persona, hágalo repetidas veces. Visualice un ángel de luz parado frente a usted, él es el ángel guía de la persona enferma, sonríale y sepa que él quedará cuidándola hasta la próxima sesión. Véase a sí mismo/a elevarse y desaparecer de la habitación. Abra los ojos y póngase a hacer cualquier tarea que distraiga su atención. No piense ya en lo hecho, deje que su mente inconsciente siga actuando a niveles profundo mientras su mente conciente se encarga del aquí y ahora. Si pensara demasiado en la persona enferma, podrían aparecer pensamientos de duda o contrariedad, esto no beneficiará lo hecho y entorpecerá la precedente sesión.

Al día siguiente se hace a la misma hora la misma sesión. Si lo cree necesario puede utilizar elementos imaginarios, como por ejemplo rociar con un spray la zonas a tratar, un algodón para retirar líquido, un antiséptico imaginario para limpiar heridas, también puede variar el color de la luz a transmitir por sus manos en el momento de actuación, para casos de fiebres o infecciones, el mejor color es el AZUL y el VIOLETA, para problemas de huesos, el color puede ser AMARILLO o VERDE, para dolencias como torceduras, golpes, puede variar del azul al verde y luego al blanco. El color blanco es calmante y activo al mismo tiempo. Trate de conocer más acerca de los colores, son simples, los hay cálidos, fríos y neutros. De acuerdo a la enfermedad utilice uno de ellos o una mezcla de varios.

En los días de curación a distancia haga una limpieza energética en usted, tomando contacto con la naturaleza, caminando con los pies descalzos sobre el césped o la tierra y tome abundante agua. Hágase baños de inmersión o alterne la ducha con agua fría y caliente, dos o tres veces hasta sentir una sensación de bienestar general.

No piense en la curación durante el día, hágalo tan solo en los minutos que le dedica desde su lugar en las sesiones. Si quiere puede visitar a la persona enferma y charlar sobre el tema y como va el proceso, pero nunca dude de su capacidad y de la capacidad de las personas en lograr una curación a través de la energía que tenemos disponible. Después de todo, la enfermedad es un desarreglo energético que en algún sector de nuestro campo bio-psíquico quedó atascando el normal funcionamiento de nuestra salud.

© Miguel Ángel Arcel