martes, 21 de diciembre de 2010

PODEROSAS MANERAS DE AUMENTAR TU ENERGIA.-

6. Cambia tu expresión facial. A finales de la década de 1980 se realizó un experimento muy interesante con pacientes maníaco depresivos. Fue muy sencillo: en las paredes de las salas comunes de la clínica en donde se encontraban recluidos los pacientes, colocaron numerosos espejos. A estas personas les fue dada una simple instrucción: "cada vez que te encuentres frente a tu reflejo, sonríe. No importa si te sientes como para hacerlo. Lo único que tienes que hacer es flexionar los músculos de tu rostro tal y como cuando uno se sonríe".

Los resultados fueron sorprendentes. Al cabo de unas semanas, varios de los pacientes ya habían expresado cambios visibles en su estado de ánimo. La depresión parecía disolverse a medida que estas personas incorporaban el hábito de sonreír varias veces al día.

¿Qué sucedía? ¿Cómo era esto posible? Los músculos de tu rostro funcionan como torniquetes, facilitando o disminuyendo el paso de la sangre hacia la zona frontal de tu cerebro. Si tus tensiones, frustraciones o amarguras se ven reflejadas en la rigidez de tu rostro, el flujo sanguíneo y el nivel de oxígeno que le llega a tu cerebro se ve reducido. Al sonreír, los 32 músculos de tu cara bombean un mayor nivel de oxígeno a los lóbulos centrales. Esto estimula la secreción de endorfinas, hormonas neuronales que inducen estados de placer los cuales comienzan a contrarrestar patrones de depresión, tristeza, apatía, rabia.

Imagínate: ¡¡Prozac gratis!! Y con un maravilloso efecto secundario: otros te devolverán sus sonrisas al verte. Así que la prescripción es simple: ríete más a menudo. Incluso, puedes probar hacer morisquetas para intensificar tus dosis de endorfinas.


7. Respira diferente. Una de las primeras respuestas fisiológicas que cambia cuando tu emocionalidad se transforma es la respiración. Por ejemplo, cuando comienzas a estresarte tu respirar se tensa y se hace cada vez menos profundo. Cuando te excitas… bueno, ya sabes. Cuando necesites inyectarte energía instantánea, emplea el principio de cambiar el cuerpo para influir sobre tu emocionalidad al respirar diferente de manera deliberada.

¿Cómo respiras cuando estás lleno de energía y vitalidad? ¿Cómo respiras cuando estás en tus mejores momentos? Si inhalas y exhalas como cuando te encuentras en esos estados, comenzarás a sentir esa energía. Recuerda que tu energía proviene de tus células; particularmente de esas minúsculas fábricas de energía celular llamadas mitocondrias. En ellas y junto a la inyección de oxígeno suministrada por tu respiración, la glucosa es transformada en energía. Más oxígeno en tu organismo a través de una profunda respiración se traduce en una mayor generación de energía. Tu cerebro también se alimenta de oxígeno y al llenarlo de él, tu capacidad de estar alerta y despierto, aumenta. Oxigena tu cuerpo —respirando profundamente, ejercitándote o haciendo el amor— y llénate de vitalidad. No en vano para muchas filosofías y sistemas de vida oriental, la respiración es tu conexión con la energía del Universo.

8. Medita. Hablando de prácticas orientales, la meditación es una excelente manera de cuidar y potenciar tu energía. Cuando aprendí a meditar, comencé a verificar algo que ya mi instructor de meditación me había advertido: necesitaba menos horas de sueño. La meditación nos recarga y en muchos casos, nos ayuda a liberarnos de aquello que está bloqueando nuestra energía. Existen muchos tipos de meditación. Una manera de hacerlo es concentrándote en tu respiración como "ancla" para tu mente. Simplemente cierras tus ojos y colocas tu atención en el proceso y las sensaciones de tu respirar. Sin buscar cambiar nada, sino más bien siendo testigo de tu proceso, por unos minutos te concentras suavemente en tu respirar. Pruébalo. Cierra tus ojos y simplemente respira por unos 3 a 5 minutos. Vamos, regálate estos minutos. Obséquiate este mini-descanso… y comienza a agarrarle el gustito a la meditación.

9. Hazte preguntas que te potencien. ¿Qué hay de malo en tu vida? ¡¡Para!! No lo hagas, no lo pienses. ¡Rápido! Pon una sonrisa, saca la lengua.

¿Qué cosas te inspiran? ¿Qué hace vibrar tu alma y enciende tu pasión? ¿Qué aspectos sí se encuentra bajo tu control? ¿Qué sí puedes hacer hoy —por pequeña que sea tu acción— para mejorar tu vida? ¿Cómo vas a aumentar tu capacidad para avanzar hacia tus metas? ¿A quién amas? ¿Quién te ama?

Te apuesto a que experimentaste un cambio de energía entre el momento cuando leíste la primera pregunta (de apenas fracciones de segundo, espero) y las siguientes. Recuerda,

es muy simple: tu preguntas frecuentes determinan tu enfoque; aquello con lo que te conectas, impacta tu energía. Diseña tus propias preguntas potenciadoras. Emplea conscientemente el poder que ellas tienen para dirigir tu mente hacia los pensamientos que te nutren y elevan tu vibración.


10. Conéctate con emociones inspiradoras
. Algunas películas nos conmueven. Es cuando se ven expresados magistralmente por la magia de la actuación, la escenografía y la musicalización, momentos que disparan emociones intensas. Yo lloro al ver algunas de esas escenas. Aunque no tanto como Carol, mi esposa: cuando yo tengo los ojos aguados, ya ella está llorando a moco tendido. Hay películas, libros, biografías e historias que nos muestran el poder de la fe, la determinación, el amor, la esperanza; nos inspiran a través de la muestra de otros seres humanos que han soñado, vencido y surgido. Recuerda esas escenas que te emocionaron y utilízalas como inspiración para lo que tienes que hacer, superar y lograr.

Pasión, amor, convicción, triunfo, coraje, fe, determinación, compasión, alegría, entusiasmo… cuando nos dejamos tocar por estas emociones no nos queda otra que sentirnos inspirados por la grandeza humana. Esa misma que reside en ti.