sábado, 3 de diciembre de 2011

Essiac: Tónico herbario indígena – ¿cura natural para el cáncer?

El método Essiac es una mezcla de varias plantas medicinales que una paciente recibió de un herborista de la tribu canadiense Ojibway. Esta paciente lo comentó a la enfermera René Caisse que fue la que dio nombre al remedio y lo llamó Essiac (su apellido al revés).

Su caso es muy interesante ya que en 1922 abandonó el hospital en el que trabajaba como enfermera y marchó a Ontario (Canadá) donde empezó a divulgar, entre personas con cáncer, el remedio que había conocido. Su arduo trabajo tuvo tal repercusión que viendo sus resultados satisfactorios el gobierno canadiense estuvo en 1938 apunto de legalizarlo como una medicina para pacientes con cáncer.

Lo interesante de esta historia es que a lo largo de su vida, junto a diferentes doctores, trató a miles de pacientes de cáncer. Estos ya venían diagnosticados por sus propios doctores y muchos ya habían recibido diferentes tratamientos. Se documentaron miles de casos con la evolución de cada paciente. Según testimonios de la época muchas personas lograron sanar de su enfermedad e incluso en casos muy graves (en los que la persona acababa falleciendo) la familia confirmaba que el paciente había tenido una mejor calidad de vida.

La vida de esta enfermera no fue fácil ya que junto a la alegría de ver como personas en teoría desahuciadas podían mejorar encontró siempre la oposición de la mayoría de la clase médica y de las poderosas empresas relacionadas con la salud. Al final sólo podía trabajar con pacientes con cáncer terminales y siempre que no cobrara nada por ello.

Todos sus documentos fueron quemados por las autoridades tras su muerte en 1978 y su remedio fue prohibido en muchos países por falta de rigor científico. En otros países se prohibió alguna planta como la Acedera (Rumex Acetosella) y la mayoría de editoriales recibieron presiones para que no editaran libros sobre el tema.

Antes de su fallecimiento, Renee Caisse comentaba:

“Aunque trabajaba 12 horas diarias, la tarea me absorbía tanto que no sentía fatiga. Mi sala de espera era un lugar placentero, donde los pacientes compartían experiencias y esperanzas. Luego de un tiempo de tratamiento, los pacientes dejaban atrás su depresión, temor y angustia. A medida que el sufrimiento disminuía, se hacían más optimistas. Me ponía feliz ver el cambio en gente desahuciada, algunas que llegaban postradas hasta mi casa, y que luego de pocas semanas podían valerse por sí mismas. Ese era el mejor pago que recibía. Algunas semanas atendía 500 o 600 pacientes y a todos les ofrecía el tratamiento gratis. El efecto más espectacular de este preparado era su capacidad -comprobada en laboratorio cuando trabajé con el Dr. Brusch en Cambridge- de reunir las células cancerosas dispersas en el organismo al lugar donde habían sido originadas, reduciendo luego el tamaño del tumor”.

Desde E.B.M. no pretendemos afirmar que la fórmula del método Essiac sea un tratamiento que cura el Cáncer. Sólo pretendemos denunciar que los gobiernos gastan millones en tratamientos para el cáncer que son carísimos y a menudo con terribles efectos secundarios y en cambio son incapaces de invertir en el estudio, mejora y divulgación de remedios naturales que puedan beneficiar a su población.

¿Por qué? Porque en general la salud ya no está en sus manos. A nivel mundial las grandes corporaciones son las que dictaminan que es científico, seguro para la salud o no. El interés, en general, no está en curar a los pacientes sino que estos se sometan a carísimos tratamientos que sólo estas grandes empresas con sus ultimísimos estudios pueden ofrecer a la sanidad pública. Todo lo que suene a barato, eficaz y que no necesite de ellos no interesa y hay que hacerlo desaparecer.

Eso no quita de que cualquier tratamiento, por más natural que sea, necesite pasar unos estudios a fin de que realmente sea eficaz, seguro y sin efectos secundarios.

La fórmula del método Essiac

La composición es a base de raíz de Lampazo o Bardana (Arctium Lappa), Acedrilla o Acedera (Rumex Acetosella), Ruibarbo Indio (Rheum Officinale), corteza interna de Olmo Americano (Ulmus Fulva).
El problema es que en la mayoría de los países no se encuentran estas plantas. Esto ha ocasionado que en muchos sitios se utilicen algunas variedades similares que no son tan efectivas. René también encontró que el método Essiac era un gran preventivo de muchas enfermedades ya que fortalecía el sistema inmunológico.

Un detalle importante es que la gente toleraba perfectamente el remedio. Aunque René ajustaba la dosis a cada paciente parece ser que lo habitual era tomar dos cucharadas soperas del remedio tres veces al día.

Las hierbas usadas y sus efectos

Para entender donde reside el poder de este sencillo preparado herbario, es importante comprender la acción de cada hierba, sin perder de vista la potenciación de efectos que se obtiene por su combinación. Precisamente Sheila Snow, una investigadora canadiense que trabajó con el Essiac, afirmó: “La bardana y la acedera son los principales responsables de la destrucción de las células cancerígenas, mientras que el olmo y el ruibarbo incrementan el flujo de la bilis y ayudan a la eliminación de las toxinas”. Según investigaciones del Dr. Chester Stock que trabajó 3 años con el Essiac, la acedera tiene la capacidad de amalgamar las células cancerosas, regresando aquellas con metástasis al lugar del tumor original.

Bardana (arctium lappa): Es la parte más importante de la formulación y sobre ella habrá un contenido próximamente. Es un poderoso purificante de la sangre y la linfa. Estimula la eliminación de toxinas, el funcionamiento hepático y el sistema digestivo. Contiene inulina, que fortalece órganos vitales como hígado, páncreas y bazo. También reduce la mucosidad y evita la formación de cálculos. Promueve el flujo de bilis y elimina el exceso de fluido en el cuerpo. Ayuda a remover infecciones del tracto urinario, hígado y vesícula. Su contenido en vitamina A y selenio ayuda a eliminar radicales libres y el cromo regula los niveles de azúcar en sangre.

Acedera (rumex acetosella): Ha sido un remedio casero contra el cáncer durante mucho tiempo en Europa y América. Alivia las úlceras internas y aplicada sobre la piel ayuda a resolver problemas como eccemas y soriasis. Su riqueza en vitaminas y oligoelementos minerales, nutre el sistema glandular. Contiene silicio, elemento necesario para los nervios y la capa de mielina que los protege. Limpia la sangre y mejora la función de hígado y páncreas, estimulando el crecimiento de tejido nuevo. Reduce el daño causado por las quemaduras de radiación y aumenta la resistencia a los rayos X. Mejora el funcionamiento del sistema circulatorio, intestinal y respiratorio. Ayuda en la remoción de depósitos extraños en las paredes de los vasos sanguíneos. Aumenta el nivel de oxígeno en las células de los tejidos.

Olmo (ulmus fulva): Como tónico, fortalece órganos, tejidos y membranas mucosas, especialmente pulmones y estómago. El principal componente es un mucílago que contribuye a la eliminación de desechos tóxicos. Ayuda a nutrir y restaurar el plasma sanguíneo y la linfa. Promueve la curación rápida de quemaduras y laceraciones. Mejora el estado de la flora intestinal y calma el asma. También alivia la acidificación corpórea.

Ruibarbo (rheum palmatum): Actúa como laxante suave (estimula la secreción de bilis hacia los intestinos) y purga el organismo (especialmente el hígado) de toxinas y desechos. Contiene ácido málico, que mejora la oxigenación del organismo y estimula el proceso de curación. Posee una sustancia (rhein) que inhibe la acción de bacterias que provocan afecciones como la candidiasis en los intestinos. Ayuda a reducir la fiebre y la inflamación. Los estudios demuestran que posee propiedades antibióticas y antitumorales.

Acción del Tónico en el organismo

Este preparado herbario desarrolla la siguiente actividad dentro del organismo:
• Previene la acumulación de depósitos grasos en el sistema circulatorio, hígado y riñones.
• Regula los niveles de colesterol al transformar azúcares y grasas en energía.
• Destruye los parásitos en el sistema digestivo y a través del cuerpo.
• Contrarresta los efectos del envenenamiento por aluminio, plomo, mercurio y otros metales tóxicos.
• Fortalece y tonifica músculos, órganos y tejidos.
• Fortalece y da flexibilidad a huesos, articulaciones, ligamentos, pulmones y membranas, haciéndolos así menos vulnerables al estrés o a las lesiones por él causadas (el caso de úlceras).
• Nutre y estimula el sistema nervioso y el cerebro.
• Promueve la absorción de fluidos en los tejidos.
• Remueve la acumulación tóxica en los canales grasos, linfáticos, digestivos, renales y medulares.
• Neutraliza los ácidos (gastritis) y elimina toxinas en el intestino.
• Descongestiona los canales respiratorios al disolver y expeler mucosidades.
• Alivia la tarea desintoxicante del hígado al convertir a las toxinas grasas en sustancias solubles en agua, que luego pueden ser fácilmente eliminadas por los riñones.
• Ayuda al hígado a producir lecitina, la cual construye la mielina, material graso que envuelve y protege las fibras nerviosas.
• Elimina depósitos de metales pesados en los tejidos, especialmente en las articulaciones, reduciendo inflamaciones y tensiones.
• Mejora las funciones del páncreas y el bazo, aumentando la efectividad de la insulina.
Purifica la sangre.
• Aumenta la producción de glóbulos rojos.
• Aumenta la capacidad del cuerpo para utilizar el oxígeno, al incrementar el nivel de oxígeno en las células de los tejidos.
• Mantiene el equilibrio entre sodio y potasio en el cuerpo, regulando el fluido dentro y fuera de cada célula; de esta manera las células son alimentadas con nutrientes a la vez que se limpian.
• Convierte los oxalatos de potasio y calcio en una forma menos dañina, haciéndolos solventes en la orina. Además regula la cantidad de ácido oxálico que llega a los riñones, reduciendo de esta manera el riesgo de formación de cálculos en vesícula, riñones o tracto urinario.
• Impide que las toxinas puedan llegar al cerebro.
Protege al cuerpo contra la radiación (rayos X).
• Alivia el dolor, aumenta el apetito, provee más energía y brinda sensación de bienestar.
• Aligera la curación de las heridas, regenerando las áreas dañadas (ulceraciones).
Aumenta la producción de anticuerpos (linfocitos y células T), con lo cual se potencia el sistema inmunológico.
• Inhibe el crecimiento y posiblemente destruye los tumores benignos.
• Protege las células en contra de los radicales libres.

Dado que este preparado nunca ha evidenciado efectos secundarios, ni tampoco interacciones con otros medicamentos, puede complementarse con cualquier tratamiento convencional. Única contraindicación a nivel preventivo es el uso por parte de embarazadas y menores de dos años, por ausencia de estudios al respecto.

Preparación Original del Essiac

Instrumentos Necesarios

  • Recipiente de 4 galones de acero inoxidable, con tapa.
  • Recipiente de 3 galones de acero inoxidable, con tapa.
  • Colador fino de acero inoxidable.
  • Embudo de acero inoxidable.
  • Espátula de acero inoxidable.
  • 12 o más botellas de 16 onzas de vidrio ámbar con tapones herméticos.
    Taza medidora.
  • Báscula de cocina con medidas en onzas.

Ingredientes secos (Hiervas)

  • 6 tazas de raíz de Lampazo (Arctium Lappa), cortada.
  • 16 onzas de Acedrilla (Rumex Acetosela), en polvo.
  • 1 onza de raíz de Ruibarbo Turco (Rheum Palmatum), en polvo.
  • 4 onzas de corteza de Olmo Americano (Ulmus Fulva), en polvo.

Ingredientes líquidos

2 galones de agua destilada libre de sodio.

Preparación

  1. Combine perfectamente los ingredientes secos. (Coloque las hierbas en una bolsa de plástico y agite vigorosamente).
  2. Ponga a hervir el agua destilada, libre de sodio en el recipiente de 4 galones con tapa. (Aproximadamente 30 minutos al nivel del mar).
  3. Vacíe una taza de ingredientes secos (guarde las hierbas sobrantes en un lugar fresco y oscuro; las hierbas son sensibles a la luz).
    Tape el recipiente y déjelo hervir por otros 10 minutos.
  4. Apague la estufa. Talle con espátula las paredes interiores del recipiente y mezcle perfectamente. Vuelva a tapar.
  5. Deje el recipiente en reposo por 12 horas, tapado; después vuelva a encender la estufa a fuego alto, casi hasta hervir, por otros 20 minutos. (No debe hervir).
  6. Apague la estufa. Vacíe, a través de un colador, en el recipiente de 3 galones. Lave el de 4 galones y el colador. Vuelva a colar el líquido, regresándolo al recipiente de 4 galones.
  7. Utilice un embudo para vaciar inmediatamente el líquido caliente en las botellas esterilizadas; ciérrelas herméticamente. Deje enfriar las botellas y reajuste los tapones herméticos.
  8. Refrigere las botellas; la fórmula no contiene preservativos. (Descarte las botellas que desarrollen moho). PRECAUCIÓN: Después de usarlas, vuelva a esterilizar todas las botellas y tapones si pretende volverlos a utilizar para la fórmula. Lave y enjuague profusamente todas la botellas y tapones; puede limpiarlos con una solución de agua oxigenada, químicamente pura, al 3 %, en agua. Para preparar esta solución al 3 % combine una onza de 35 de agua oxigenada químicamente pura con 11 onzas de agua destilada libre de sodio. Remoje por 5 minutos, enjuague y deje secar. (Si no consigue peróxido de hidrógeno potable, utilice media cucharadita de cloro en un galón de agua destilada).

Nuestro consejo

Aquellas personas que quieran más información les recomendamos que continúen buscando en Internet ya que hay muchísimos artículos publicados sobre el método Essiac.

Seguramente también encontrareis webs en las que vendan esos remedios. No recomendamos ninguna en particular ya que tampoco conocemos a las personas que las gestionan.

Lo ideal es que preguntéis en vuestro herbolario habitual o pidáis consejo a vuestro médico o especialista.
Por supuesto nuestra idea no es crear nunca falsas esperanzas a nadie sino dar a conocer remedios que a menudo, siendo válidos, han caído en el olvido por intereses comerciales.

La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.

Fuentes: cancer.vg enbuenasmanos.com caminosalser.com