viernes, 9 de diciembre de 2011

Sopas instantáneas, ¿comestible que mata?


Sopas instantáneas, ¿comestible que mata?

Karina Galarza Vásquez

Se les ha criticado por su bajo valor nutricional y, en los últimos años, existe fuerte rumor acerca de que su consumo causa cáncer o asma. ¿Qué hay de cierto en ello?

Alimentos prefabricados y comida rápida están invadiendo las mesas de los mexicanos al ofrecerse como medio práctico e higiénico para todas aquellas personas que carecen de tiempo para preparar y degustar platillos que conforman dieta completa. Lo anterior también ha sido aprovechado por quienes sienten flojera o disgusto por cocinar.

En este contexto, las sopas instantáneas ocupan lugar preponderante; tan sólo consideremos que en México al día se consumen más de 4 millones de vasos. Este producto ingresó al mercado nacional a principios de la década de 1990 y, a partir de entonces, su presencia se ha expandido al grado de estar disponible en cualquier establecimiento de abarrotes y autoservicio, incluso en las comunidades más alejadas.

Pese a la gran aceptación que tienen, son altamente criticadas por considerarse poco sanas; así, han ganado el calificativo de “comida chatarra”. “Este término ya está cayendo en desuso, sobre todo en Nutriología, porque la realidad es que cualquier alimento siempre va a contener compuestos que de alguna manera nutren, por ejemplo, carbohidratos, proteínas y grasas”, refiere Gabriela Noriega, licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos egresada de la Universidad Iberoamericana.

Y agrega que, sin embargo, muchos de esos comestibles contienen calorías vacías (de poca utilidad), así como gran cantidad de carbohidratos simples, grasas saturadas y/o aditivos, es decir, compuestos que les restan valor dentro de la alimentación saludable y balanceada, y que son responsables de sobrepeso y enfermedades.

¿Es peligroso comerlas?

En la actualidad se ha difundido información en la que se afirma que el consumo de sopas de vasito es riesgoso para la salud y hasta mortal. Ante ello, la entrevistada, quien está certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos, indica que sería peligrosa su ingesta en personas con presión arterial alta o diabetes. Para el grueso de población (en condiciones relativamente sanas) no implica este tipo de problemas, pero tampoco significa que deban consumirse diario.

“Lo anterior se debe a la cantidad de sodio que contienen. Cada vaso incluye 1.2 gramos, lo que representa la mitad del requerimiento diario en personas sanas. Sin duda, esta cantidad es exorbitante y puede tornarse peligrosa en las personas con las enfermedades mencionadas.”

También se asegura que es peligroso consumirlas porque contienen un aditivo llamado glutamato monosódico, sustancia a la que se le ha dado el calificativo de “veneno”. También llamado E621, se encuentra en amplia variedad de alimentos y es una sal del ácido glutámico; éste es aminoácido presente en todas las proteínas.

“Su papel dentro de algún comestible es potenciar su sabor, por lo que se usa con frecuencia en botanas saladas, salsas, aderezos, sazonadores y sopas instantáneas”, señala la nutrióloga. Y respecto al potencial peligro de ingerirlo, explica que éste, como muchos otros aditivos, se manejan en dosis que se consideran inocuas (inofensivas) para el organismo.

“No obstante, hay que considerar la susceptibilidad de las personas. Hay organismos que lo manejan y eliminan; y a otros, aún en dosis pequeñas, pueden ocasionar toxicidad”, aclara la nutrióloga Gabriela Noriega.

¿Qué cantidad de glutamato monosódico se incluye en las sopas instantáneas? “Eso no se reporta, pues en la lista de ingredientes aparece en los últimos lugares, lo que significa que se encuentra en baja cantidad. Son porcentajes ubicados dentro de las normas oficiales mexicanas, pero reitero que todos lo organismos son diferentes y no todos los individuos lo procesan de la misma forma”, advierte.

Mitos y verdades

Es precisamente el glutamato monosódico al que se le considera causante de diversos males. La nutrióloga Gabriela Rivera aclara las principales dudas que aquejan a la población:

Causa cáncer. Muchas personas lo aseguran y, por tal motivo, señalan que consumir sopas instantáneas llevará al desarrollo de tumores malignos. La realidad nos indica que no es así.

Provoca asma. Tampoco está demostrado que al ingerirlo cause la enfermedad. Si bien ésta puede activarse ante la exposición y consumo de sustancias a las que el paciente es sensible, ello no significa que la fórmula de las sopas de vasito ocasionará una crisis porque puede no ser susceptible a esos compuestos.

Genera el “síndrome del restaurante chino”. Se caracteriza por sensación de inflamación y calor en rostro o alguna otra parte del cuerpo, así como dolor de cabeza. Su aparición depende de la sensibilidad de la gente, pues aún en dosis inocuas hay quienes lo sufren y, en contraparte, hay a quienes no les genera efecto alguno.

Vale la pena mencionar otra afirmación, aunque no se asocian con el glutamato monosódico: “La sopa se queda varios días en el intestino y ello puede causar apendicitis”. La nutrióloga Gabriela Noriega explica que eso no es posible porque el organismo cuenta con enzimas que le permiten digerir de manera correcta todos los alimentos, así que tanto sopas de vasito, sándwiches o sincronizadas se digieren de igual forma y sin problema. En todo caso, si se tiene una ingesta muy alta en carbohidratos y la persona no está acostumbrada, puede causarle diarrea.

Cambio de hábitos

¿Por qué se han adquirido otras costumbres en la forma de comer, adoptando estilo de vida poco saludable? Hay muchas respuestas, una de ellas la ofrece la entrevistada, quien indica que en los últimos años cada vez más mujeres se han incorporado al mercado laboral.

“Este fenómeno social ha generado cambio radical en los hábitos de alimentación de miles de familias mexicanas, lo que incide en la preparación de las comidas. A ello se suma que los hijos estudian o trabajan y pasan poco tiempo en casa, y no se sabe qué comieron. Se suele optar por lo rápido y práctico.”

En efecto, en muchos hogares las comidas en familia son lejano recuerdo. Y para colmo de males tenemos también el problema de adoptar patrones internacionales en la forma de alimentarse, cuya forma de expresión es la comida rápida que se ha impuesto por influencia de Estados Unidos.

Y centrándonos en las sopas instantáneas, es producto accesible, de bajo costo y distribución extendida, que da cierta seguridad en términos de higiene y que “llena” el estómago.

“Si bien es cierto que la necesidad de recurrir a este tipo de alimentos u otros procesados se da por comodidad o falta de tiempo, también es una realidad que, en muchos de los hogares mexicanos donde la mujer desempeña su papel de ama de casa, se opta por este tipo de productos”, indica la especialista.

Opciones saludables

Falta de tiempo es la principal excusa; sin embargo, puede recurrirse a otros comestibles más saludables y balanceados. “Por ejemplo, la cantidad de hidratos de carbono que contiene un vaso de sopa es equivalente a 2.5 rebanadas de pan de caja o un bolillo con migajón o 2.5 tortillas. Con estos tres alimentos podríamos preparar sándwich, torta o sincronizada, con lo cual tenemos opción a una alimentación más equilibrada en cuanto a sus componentes, además de que aportan algo de fibra si elegimos productos integrales”.

En opinión de la nutrióloga Gabriela Noriega, resulta más económico y nutritivo seguir alimentación compuesta por tortillas, frijoles, quesillo y pan integral, comestibles que encontramos en cualquier lugar. Aunque no se puede generalizar una dieta para toda la gente, lo más recomendable es elegir alimentos de los distintos grupos (frutas, verduras, cereales, lácteos, carne).

Entonces, ¿debemos desechar el consumo de las sopas instantáneas? La entrevistada responde que no. “Este tipo de productos tienen cabida dentro de la alimentación, incluso sana y equilibrada, siempre y cuando la persona no padezca hipertensión o diabetes, y se consuman de vez en cuando”, puntualiza.

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