
EL GLIFOSATO CONTAMINA EL PAIS
Las fumigaciones con agrotóxicos  en los campos argentinos están envenenando a gran parte de la  población. Los tipos de cáncer y las enfermedades que generan. La  increíble historia de Estanislao, el nene empapado de plaguicidas. Las  zonas más perjudicadas y las amenazas de los sojeros. Testimonios  desgarradores.
Por Alvaro Saez
ASI ENVENENAN:
“El 19 de enero de 2009 empezó  el calvario: fue bajar al infierno ocho meses” Estaba jugando, lo  fumigaron con agrotóxicos y quedó internado con leucemia.
En febrero de 2008 Estanislao Milesi tenía dos años y se encontraba entretenido con sus juguetes junto a la pileta de su casa, ubicada en un campo a las afueras de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Ni él ni sus padres imaginaron lo que pasaría después de aquel verano en donde todo marchaba bien. Un avión cargado con agrotóxicos estaba fumigando en la zona y pasó muy cerca de su vivienda, casi tocando las plantas del jardín. Al sentir los ruidos, su padre José, que estaba vestido con una camisa y jeans, salió a ver qué sucedía. Vio que la aeronave seguía largando los tóxicos con que se fumiga la mayoría de los campos argentinos. La lluvia de insecticidas bañó a su hijo Estanislao. Lo mismo le pasó a él ya que sintió su camisa mojada. “Le grité a mi mujer: ‘Entrá al nene que están fumigando’”, recuerda José.
En agosto de ese año las cosas  se complicaron. Estanislao, que ya había empezado el jardín con tres  años, comenzó a sufrir permanentemente resfríos, gripes y fiebre.  “Pasaba más días en casa enfermo que en el jardín. Terminaron las clases  y con mi mujer decidimos mandarlo a la colonia de verano, pero todo  empeoró”, explica con tristeza José. Estanislao padecía conjuntivitis,  otitis y más fiebre hasta que un día le aparecieron manchas en la piel.  Entonces la familia volvió a consultar al médico, quien lo derivó al  Hospital Garrahan, donde le diagnosticaron leucemia. “Todo pasó el 19 de  enero de 2009, una fecha que no voy a olvidar jamás –suspira José y se  emociona-. Ahí empezó el calvario. Fue bajar al infierno durante ocho  meses con una quimioterapia muy masiva. Pero había que hacerla, si no se  moría”.
Durante el periodo de  quimioterapia Estanislao estuvo al borde de la muerte en cuatro  oportunidades, aunque logró salir adelante. En septiembre de 2009 le  dieron el alta.
“Hay tipos que se encargan de  fumigarte a tu hijo, pero otros te dan todo para salvártelo, como pasó  con los especialistas del Garrahan.
Hemos llegado con el chico a cualquier hora y me lo sacaron adelante”, agradece el padre.
Cuando José y su mujer Silvina  llegaron al hospital, los médicos le preguntaron por su historia clínica  ya que querían saber si algún familiar había tenido antecedentes de la  enfermedad que azotaba a su hijo. Pero no era el caso. Entonces le  realizaron una serie de estudios y, al no encontrar nada, el médico les  preguntó si vivían en una zona donde se generaban radiaciones o en un  lugar donde los factores ambientales hubieran podido provocar la  enfermedad de su hijo. José se acordó de ese día cuando la avioneta pasó  y roció a su hijo con tóxicos. 
Estanislao terminó con el  tratamiento de quimioterapia volvió a salir a jugar al campo donde vive  junto a sus perros, pero la pesadilla se repitió. “Estaba todavía  peladito, flaquito, aunque feliz, con nosotros y jugando con sus  animales. Pero de pronto vi otro avión fumigador.
Me enloquecí. Pensé en ir a buscar una escopeta y dispararle hasta bajarlo, pero por suerte no
volvió a pasar. Si lo hacía lo  iba a matar porque no hay una ley que nos respalde. Sé que hubiera ido  preso, pero nadie defiende a mi hijo”, dice con impotencia José que  luego de un tiempo conoció a la abogada Graciela Gómez, una letrada que  desde hace años se dedica a denunciar los casos de contaminación y de  personas enfermas a causa de los agrotóxicos que usan para fumigar los  campos.
Estanislao hoy tiene  cinco años, se está recuperando y se prevé que en 2015 le den el alta  definitiva.Sin embargo, no es el único caso en Argentina: la historia se  repite en miles de veces. 
Los tipos de cáncer y las enfermedades que generan.
En un partido que algunos dirían  que se hizo en el infierno, dos de los principales productores de  agroquímicos se han unido en una asociación para volver a introducir el  uso del herbicida 2, 4-D, el tristemente célebre defoliante agente  naranja, utilizado en la guerra de Vietnam”, publicó el Huffington Post  de Nueva York el pasado viernes 17 de febrero en relación a la unión  comercial entre la empresa Monsanto y Dow AgroSciences para volver a  sacar al mercado un herbicida para acabar con las plagas resistentes que  el Roundup no puede matar.
El uso de 2, 4 -D está prohibido en varios países europeos y provincias de Canadá.
La sustancia es un carcinógeno y se ha demostrado su incidencia en defectos congénitos
en los hijos de los aplicadores  de pesticidas en un estudio realizado por la Universidad de Minnesota  por el patólogo Vicente Garry. Además puede ser un factor de riesgo para  enfermedades como el linfoma no Hodgkin, algo normal en los veteranos  de Vietnam expuestos al agente naranja.
Esta sustancia se utilizó en los  Estados Unidos para fines agrícolas en los años 40 y para la guerra  química en Vietnam a partir de la década del 60 hasta 1971.
Aproximadamente  11 millones de litros de agente naranja fueron arrojados sobre  Vietnamentre 1962 y 1970, y se estima que es responsable de 400 mil  muertes, tres millones víctimas de cáncer y 500 mil niños que nacen con  malformaciones.
Hoy el pasado vuelve al presente con un fin comercial pero a la vez fatal.(Ver más: 
Regresión del agronegocio o el síndrome de Vietnam.)
Prohíben fumigar en Areco
Los vecinos de San Antonio de  Areco, distante a 60 kilómetros de Capital Federal, venían denunciando  desde el 2000 a varias empresas cerealeras de la zona. Juan Carlos  Villar fue uno de los que más luchó durante estos años para que parasen  de fumigar.
Algo consiguió, ya que el jueves  16 de febrero, en un encuentro de intendentes de la provincia de Buenos  Aires en el Concejo Deliberantes de Areco, jefe municipal Francisco  Durañona, para sorpresa de todos, anunció que prohibirá la fumigación  aérea en el distrito. Un día antes del anuncio se había comunicado con  los vecinos para saber de la situación del lugar, donde se registraron  numerosos casos de enfermedades y contaminación. Ahora los habitantes
se mostraron conformes por la decisión del intendente, aunque seguirán de cerca el tema como lo vienen haciendo desde hace años.
El polo tóxico
Sin embargo, las provincias de  Buenos Aires y Córdoba, a pesar de tener un grado importante de  contaminación ambiental y de personas enfermas por los químicos, no son  las más afectadas. Según la doctora Graciela Gómez, abogada encargada de  llevar los casos de enfermos más resonantes del país a causa de la  fumigación de agrotóxicos, la provincia de Santa Fe es la más complicada  en cuanto a la intoxicación. “El gobierno es funcional a esto ya que  vive de la soja y no hay ningún tipo de control.
La sociedad cree que va a perder  las fuentes de trabajo si reclama, pero no es así. Desde el 2004  estamos pidiendo una reforma de la ley provincial. Tienen el  ‘monocultivo mental’ porque no entienden.
Lo he escuchado al gobernador en varias ocasiones, pero no quiere hacer nada”, explica la letrada.
La explotación agroindustrial. 
Según los datos recogidos por  “Democracia”, se empezó a fumigar con agrotóxicos en los años 1996 y  2000. Esta práctica se fue profundizando a partir del 2004, en pleno  boom sojero, cuando también las exportaciones crecieron  estrepitosamente, lo cual trae aparejado que la problemática de las  fumigaciones con insecticidas tome carácter internacional. La abogada  Graciela Gómez envió un informe detallando cómo puede afectar a las  poblaciones el consumo de soja contaminada que se importa otros países.  La carta, enviada al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al  Parlamento Europeo y al Alto Comisionado de Derechos Humanos, pone de  manifiesto la gravedad de la situación.
Los expertos consultados por  este semanario afirman que se pueden utilizar otros medios de producción  sin aplicar agrotóxicos, los que generarían las mismas fuentes de  ingreso
para el campo. Sin embargo,  creen que detrás de todo están las empresas que fabrican los productos  tóxicos, las cuales facturan millones de pesos mensualmente. Por el  momento el país seguirá envenenado y causando los estragos que se  suceden hasta la actualidad.
Fuente: Semanario Democracia (páginas 18 a 22)
Publicado y enviado por ECOS DE ROMANG estamos en facebook on twitter
Los pueblos sojeros son rehenes  de la codicia de unos pocos terratenientes esclavos de su ambición y :  “La esclavitud es hija de tinieblas, un pueblo ignorante es instrumento  ciego de su propia destrucción” (Simón Bolivar)
http://nogaldevida.blogspot.com/
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