martes, 24 de abril de 2012

Por Federico Fahsbender/(*) Especial para Perfil.com: El "Pollo" Sobrero muestra el veneno ( Glifosato), que TBA esparce en las vías.



SociedadEXCLUSIVO DE PERFIL.COM



El "Pollo" Sobrero muestra el veneno que TBA esparce en las vías

Casi mil litros de glifosato en un depósito de la empresa en Haedo. El testimonio de dos empleados que lo usaron. Cuando Schiavi se enteró del problema. Fotos.

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Por Federico Fahsbender (*)
21.04.2012
22:00
El sindicalista ferroviario fotografió los bidones de glifosato que usa TBA.
Foto: Cedoc - Gentileza Pollo Sobrero para Perfil.com

Ampliar Fotogalería TBA tiene glifosato. El lunes último por la tarde, cerca de 50 bidones de 20 litros cada uno de Roundup Full II –producido por la firma multinacional Monsanto y cuyo ingrediente activo es el herbicida– ocupaban su lugar en el depósito de Distrito de Limpieza de la línea Sarmiento, a pocas cuadras de la estación Haedo. Sin embargo, a la mañana siguiente “las levantaron todas”, contó a Perfil.com Rubén “Pollo” Sobrero, delegado de la Unión Ferroviaria: "Alguien movió el avispero. La empresa tiene miedo".

Sobrero mismo tomó las fotografías que ilustran esta nota y que prueban el uso por parte de TBA de un químico acusado por varios expertos alrededor del mundo de producir cáncer y malformaciones genéticas en seres humanos. Y su uso en el Sarmiento ya fue registrado: en 2011, una investigación publicada por Universidad Nacional de La Matanza afirmó que la línea recibía aplicaciones cada 20 días.

Para Sobrero, el problema es de larga data: “Esto se usó por años. La razón es sencilla. En verano, por ejemplo, cuando el pasto crece más, es más fácil y barato tirar glifosato que tener un montón de tipos cortando el pasto”. Tanto Sobrero como otros trabajadores del Sarmiento indican como responsable del uso del químico a Express Wash SRL, una firma tercerizadora empleada por TBA, registrada ante la AFIP en el rubro de servicios de limpieza de edificios.

“Los compañeros lo resistieron mucho. Cuando se hizo el pase a planta y se acabaron las tercerizaciones tras la muerte de Mariano Ferreyra no se aceptó volver a aplicarlo. La empresa lo pidió varias veces, pero los compañeros se negaron”, contó el gremialista a este portal.

Los reclamos de Sobrero y el personal sobre el uso del glifosato no cayeron en oídos de TBA únicamente. El ex secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi –hoy citado a indagatoria por la tragedia de Once– también se enteró del problema.

“El año pasado tuvimos una reunión con Schiavi y le mencionamos el tema. Nos dijo que no había problemas con el glifosato, que no era cancerígeno. Ahí le explicamos que al matar la planta, el químico mata las raíces que sostienen la tierra bajo las vías. Schiavi, que es ingeniero agrónomo, cuando escuchó eso se interesó. Pero no pasó nada”, afirma el sindicalista.

Dos trabajadores de TBA –que accedieron a hablar con Perfil.com bajo estricto anonimato– relataron la forma y las consecuencias del rociado de glifosato. El primero apunta: “Lo rocié por pocos meses. Pero no era nada lindo. La respiración se me cortaba, en la piel me salían zarpullidos. Uno de los muchachos se desmayó una vez tras un rociado. Te daban el traje protector y la mochila a motor para pulverizar, salíamos de a tres y consumíamos en un día de laburo cuatro bidones de 20 litros diluídos en agua. Los vecinos salían con cámaras de fotos a escracharnos e insultarnos”.

Su compañero tiene un relato similar: “Tiré por cuatro años y lo hice hasta en la Mitre, de Retiro hasta Olivos. En Retiro nos agarró la policía una vez y tuvimos que descartar todo. En TBA nos decían que no era cancerígeno, que no pasa nada. Me hizo bolsa la vista”.

Las sospechas del uso del glifosato permanecen sobre la línea Mitre, con denuncias de los vecinos de Virreyes y las cuadrillas de limpieza con su base en la estación de Olivos. Ahí, un trabajador desliza: “No te lo confirmo ni desmiento. El convenio colectivo de trabajo dice 'fumigación'”.

Residuos. ¿Qué ocurre con los bidones de glifosato cuando quedan vacíos? Esos residuos aún contienen trazas de sustancias tóxicas y su tratamiento para desecharlos requiere especial cuidado. Pablo Grosso, ingeniero agrónomo y director de gestión tecnológica de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes, explica el protocolo recomendado.

“Se basa en la norma IRAM 12062 y en el triple lavado del recipiente. Así se asegura remover el 100% del principio activo. Luego el recipiente debe ser perforado, llevado al centro de acopio más cercano –pueden ser municipales o privados– y de ahí se retira para ser reciclado en productos como conos de ruta o lomos de burro. El uso urbano o doméstico debe observar las mismas reglas que el uso agroindustrial”, afirma Grosso que apunta un total de 180 a 200 millones de glifosato vendidos anualmente en el país.

A todo esto, una fuente de TBA indica: “La empresa tiene contratado un servicio de residuos industriales. Pero los bidones no los lavan”. El sindicalista Sobrero responde: “¿Que si se hace en la empresa? ¿Vos me estás cargando?”.



Federico Fahsbender, Perfil: SociedadUn caso de cáncer frente a las vías de tren que TBA rocía con glifosato. Las quejas y las denuncias de los vecinos sobre el uso de glifosato en las vías de TBA, tal como informó ayer Perfil.com, a algunos les parecerán exageradas. Pero el caso de una mujer con cáncer que vive en frente de la línea Mitre en la que se roció el químico, resulta irrefutable.



Sociedad

Un caso de cáncer frente a las vías de tren que TBA rocía con glifosato

Perfil.com publicó las quejas de los vecinos por el uso del herbicida. La enfermedad de Marta, que vive al lado de la línea Mitre fumigada, las confirma. Fotos.

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Por Federico Fahsbender (*)
20.04.2012
20:20

Marta y su marido. En 2009 le diagnosticaron cáncer. Hace años que observa la fumigación con glifosato desde su jardín.
Foto: Andrés Settepani - Perfil.com

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Las quejas y las denuncias de los vecinos sobre el uso de glifosato en las vías de TBA, tal como informó ayer Perfil.com, a algunos les parecerán exageradas. Pero el caso de una mujer con cáncer que vive en frente de la línea Mitre en la que se roció el químico, resulta irrefutable.

Marta Cardelo (64) se alegra por algo mínimo junto a su marido, el mozo parrillero Juan Alonso: “Cómo nos encantan las plantas, acá en las vías pusimos un jardincito con unos cactus. Siempre que pasaba la gente de TBA a rociar ese líquido teníamos que salir a pedirles por favor que no tiren en nuestro jardín. Por suerte, está intacto”. Sin embargo, el uso de herbicidas de TBA en sus vías con el glifosato como principal sospecha puede haberle costado a Cardelo algo más que sus amados cactus.

A fines de 2009, Cardelo fue diagnosticada con un cáncer linfático. La coincidencia es llamativa: su casa queda justo enfrente al sector del ramal Mitre en la calle Brandsen donde personal de la empresa de los Cirigliano fue sorprendido rociando en plena fumigación.

Así fue la ruta de su enfermedad: “Me empecé a sentir mal, problemas de estómago y me fui al hospital Cetrángolo en Vicente López. Me descubrieron de casualidad una manchita en el pulmón. Después hizo metástasis en los ganglios. No lo podía creer. En la vida me fumé un cigarrillo y mi marido menos. Me dijeron que era inoperable, que había que avanzar con drogas”.

Cardelo comenzó su quimioterapia en agosto de 2010, duró seis meses en total. Hoy está recuperada, con un seguimiento médico constante. Pero al tiempo de su diagnóstico, las cuadrillas de desmalezamiento eran una constante en el barrio. Alonso recuerda: “Antes cortaban el pasto a máquina, pero desde 2007 que empezaron con esto del glifosato. Nosotros lo advertíamos. Te picaban los ojos y se te jodían las vías respiratorias. Yo tengo una rinitis aguda que los médicos no me pueden explicar. Y el de mi mujer no fue el único caso de cáncer sobre las vías tampoco”.

A una cuadra de distancia, Lucía Botali falleció de cáncer de pulmón en mayo de 2010. Tenía 72 años. Según su cuñada, Mary Colman, fue fulminante: “Estaba sana, Lucía era un roble. Y vino de golpe. Murió al mes del diagnóstico. Sospechábamos que el matayuyo de TBA tenía algo que ver. Cada vez que los veía con esos trajes de astronauta salía a correrlos”.

Hay un nexo claro entre el cáncer linfático y la exposición al glifosato, según Andrés Carrasco, investigador principal del CONICET y jefe del laboratorio de Embriología de la UBA. No es el debut de Carrasco en el tema. En 2010, su estudio del glifosato en embriones de anfibios y pollos arrojó resultados escalofriantes: microcefalia y ejemplares de un solo ojo. Al enterarse del caso de Cardelo, no se sorprende: “Es linfático, ¿no?”.

El investigador explica: “En grupos de personas en Córdoba y Santa Fe, de gente expuesta al glifosato, personas que andan en el avión fumigador o con el rociador al hombro, se realizaron tests cometa, un examen molecular que determina la integridad del ADN. Y en estos grupos se observó una alteración genética fuerte, una fragmentación. El ADN se recompone a sí mismo, hay una maquinaria que lo repara. Si se deja de reparar, no hay forma de preveer qué puede pasar. Y los frentes sanguíneos y linfáticos son los más vulnerables. Por ende, ocurren leucemias y linfomas”.

El científico arroja un dato oficial para aclarar aún más el vínculo, nacido de un estudio sobre la población de La Leonesa, Chaco, a 60 kilómetros de Resistencia, de producción arrocera con semillas transgénicas y alta exposición al glifosato. La cifra emerge de la Comisión de la Investigación de Contaminantes del Agua, formada por decreto del gobernador Jorge Capitanich: “En La Leonesa, el cáncer linfático en adolescentes y niños aumentó un 300 por ciento. Pero a esto nadie le da atención. Con el cáncer no se hace epidemiología”.

Fuera de la ley. En septiembre de 2011, tras denuncias de vecinos, personal policial y de la Secretaría de Gestión Territorial y Medio Ambiente del Municipio interceptó una cuadrilla de fumigación en plena tarea. Se labró un acta contravencional y se incautó el equipo y los bidones de químicos. TBA operaba fuera de la ley. La ordenanza 10292/10, firmada once meses antes por el Concejo Deliberante prohibe “expresamente” el uso de agroquímicos en terrenos ferroviarios.

Hoy, en Medio Ambiente de San Fernando no están contentos. Un funcionario reveló a Perfil.com: “Es un problema de años. Los de TBA nos admitieron que es glifosato, pero hasta nos dijeron de la forma en que lo usan, muy diluido en agua, no pasa nada, que no es cancerígeno. Tomamos nota de las denuncias de los vecinos la semana pasada y los citamos el viernes pasado para que la corten. El tipo de la empresa que tenía que venir nos clavó. Dijo que había tenido un accidente”.

(*) Especial para Perfil.com

ORDENANZA DE PROHIBICION DE USO DE AGROTOXICOS EN VICENTE LOPEZ: MUNICIPIO SUSTENTABLE :



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