viernes, 16 de marzo de 2012

LA NEUROCIENCIA DEMOSTRO QUE LA INTELIGENCIA Y EL HUMOR VAN DE LA MANO


La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar', así el filosofo alemán Friedrich Nietzsche brinda una definición exacta sobre el humor. El sentido de esta declaración entraña una aclaración más que oportuna a la hora de hablar del arte de ser optimista. Existe cierto mito o creencia popular que un ser inteligente es quien posee cierta intelectualidad, la demuestra y lo hace con una seriedad permanente, que poco lugar deja a la gracia, la ironía y mucho menos a poder reírse de si mismo.

Pero, hasta la ciencia demostró que inteligencia es sinónimo de humor. La Universidad de Nuevo Méjico comprobó, a través de una investigación, que “las personas que presentaron mayores índices de inteligencia fueron aquellas que tenían sentido del humor”. Es decir, las personalidad capaces de poder resignificar lo negativo en positivo e incluso aquellos que se rieron de sus propios errores o fracasos, fueron los de mayor coeficiente intelectual.

Lejos del estereotipo, los individuos con sentido del humor son más inteligentes. El estudio además reveló que quienes se ríen de su propia condición, anticipándose a la crítica del entorno, socializan mejor y así, crean vínculos más óptimos.

La seducción es otra área que resulta beneficiosa si se es una persona con sentido del humor. Un trabajo publicado en Evolutionary Psychology investigó sobre cuáles son las características de personalidad que resultan más seductoras. El resultado fue contundente: a las mujeres les resultan muy atractivos los hombres que tienen la capacidad de reírse de si mismos. También, se ha comprobado que aquellas parejas se suelen tener el humor, como uno de los vehículos para la unión y el compañerismo, suelen afrontar los problemas con mayor eficacia.

Pero el sentido del humor no sólo cura el alma sino también al cuerpo. Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan, liderados por el Dr. Eric Kim, demostró que aquellas personas que tienen una personalidad signada por el buen humor presentan menor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).

El estudio se realizó sobre la base de 6.000 pacientes, hombres y mujeres de aproximadamente unos 50 años, que gozaban de un óptimo cuadro general de salud. La investigación duró dos años y cada voluntario fue sometido a un test psicológico para medir su nivel de optimismo. En el transcurso del análisis, 88 de los pacientes “menos optimistas” sufrieron un ACV.

“La asociación positiva podría deberse a un efecto biológico opuesto al de la tristeza. Así como la depresión afecta la salud, la alegría parece mejorarla. Además, las personas más optimistas y alegres son mucho más propensas a cuidar su salud y bienestar”, concluyó el Dr. Kim.

El sentido del humor además, ayuda a la longevidad. El optimismo y el buen estado de salud a lo largo de los años mantienen una relación directa. Así lo comprobó otra investigación a cargo de la Universidad de Noruega de Ciencia y Tecnología que comprobó que el buen estado ánimo es la clave para optimizar la salud física. El responsable del estudio, Sven Svebak, aclaró cuál es el tipo de humor imprescindible para lograr estar meta: 'Creemos que el sentido del humor tiene un efecto positivo en la salud mental y en la vida social de las personas aún después de jubilarse. Pero, no es suficiente con reír mucho. El humor abarca de formas de pensar y frecuentemente se da en el diálogo con otras personas, pero no necesita ser externalizado', aseguró.

Beneficios en lo intelectual, lo social, en las relaciones con el sexo opuesto y en la salud. Así, el sentido del humor es aquella sutileza de la inteligencia que nos demuestra que el pesimismo no tiene sentido.