EL HOMBRE QUE CONSTATÓ LA EXISTENCIA DEL AURA
Científico y profesor universitario, Livio Vinardi dirigió durante diez años -en colaboración con la Universidad Estatal de San Francisco (California)- un proyecto de medición objetiva del campo energético humano o aura. Fruto de ese trabajo es la Biopsicoenergética, nombre que apunta al conocimiento que interrelaciona al ser humano con la Naturaleza y el Cosmos a través del común denominador de la Energía. Según Vilardi todo ser humano posee tres dimensiones -física, emotiva e intelectual- y cuando éstas no se hallan en armonía, en equilibrio, enfermamos. La Biopsicoenergética busca armonizar esa triple condición del hombre. Les contamos sus descubrimientos y las aplicaciones prácticas de esta singular disciplina.
LA BIOPSICOENERGÉTICA
Doctor en Física e ingeniero electrónico, Vinardi se formó también como musicólogo y fue concertista de piano durante 15 años. En cuanto a sus conocimientos internos hay que decir que fue discípulo del sabio japonés Kenkichi Sakurai, compañero y condiscípulo de Georges Gurdjieff con el que practicó El cuarto camino. Y es evidente que fue debido a esta especial formación -que abarca tanto la Ciencia como el Arte y lo interno como lo externo- lo que explica que Vinardi pudiera desarrollar la disciplina llamada Biopsicoenergética. Una disciplina que afirma que la Medicina es una ciencia cuando se estudia y un arte cuando se practica.
Tras treinta años ejerciendo como profesor en la Universidad y asesorar al Gobierno de su país natal -Argentina- en el ámbito de diversas investigaciones científicas, Vinardi se trasladaría en 1980 a Estados Unidos donde durante 10 años -de 1980 a 1990-, en colaboración con la Universidad Estatal de San Francisco (California), dirigiría el Proyecto de Medición del Potencial Bioplásmico. Un proyecto que consistió en la medición y evaluación objetiva del campo bioplásmico -que no es otra cosa que la comúnmente denominada aura- por medio de equipos electromagnéticos desarrollados por el propio Vinardi. Y es que en el argot científico hoy no se habla de aura pues ese concepto ha sido sustituido por los de campo de energía humano o campo bioplásmico.