1. Consigue un cuarzo blanco de siete caras, de aproximadamente siete a nueve centímetros de alto.
2. Lávalo con agua y sal gruesa o bien en agua del mar.
3. Ponlo a cargar al Sol durante un día.
4. Al día siguiente de haberlo cargado de energía solar, siéntate con la espalda derecha mirando hacia donde esté el Sol en ese momento, en una silla o bien en la posición de loto. Busca un lugar tranquilo.
5. Sostén el cuarzo en tus manos, cierra tus ojos y siente su vibración. Hazte amigable.
6. Coloca tu mano izquierda en forma horizontal a la altura del medio de tu pecho y coloca el cuarzo con tu mano derecha sobre la palma izquierda.
7. Desde tu tercer ojo, inyecta tu idea dentro del cuarzo, establece un puente entre tu pensamiento en el centro de tu frente y el cuarzo.
8. Una vez que sientas el pensamiento dentro del cuarzo, coloca la mano derecha como si fuese una “tapa” que cierra ambas manos con el cuarzo dentro.
9. Sostenlo durante unos minutos, respirando por la nariz, profunda y lentamente, los ojos cerrados; entra en meditación, lleva tu mente a un estado de completa conexión, y el cerebro a las ondas Alfa.
10. Conecta ahora el centro de tu pecho, donde está el cuarzo, en la zona del cuarto chakra, directo hacia el centro del Sol. Viaja con tu imaginación desde tu corazón al Sol.
11. Una vez que sientas ese puente de luz, sigue el viaje desde el centro del Sol hacia el centro de la galaxia. Una distancia de 27,700 años luz que podrás atravesar rápidamente con la imaginación. Tal como decía Albert Einstein: “La lógica te lleva de A a B, la imaginación te lleva a todas partes”.
12. Después de un minuto vuelve desde el centro de la galaxia al Sol.
13. Otro minuto y retoma el viaje desde el Sol al centro de tu corazón.
14. De esta forma el cuarzo está alineado con el poder cósmico, tu corazón y la fuente de todas las cosas.
15. Tómate un minuto para comenzar a moverte, o bien continuar con la meditación.
16. Deja el cuarzo en un lugar tranquilo, preferentemente al Sol, llévalo en el bolsillo o en tu cartera. Evita el contacto con los teléfonos o metales. No hace falta volver a programarlo diariamente, únicamente si inyectas nuevos pensamientos. Puedes poner la cantidad que quieras.
17. Asegúrate de que tu primera programación sea en pos de la iluminación colectiva. Todo lo demás llegará por añadidura. Coméntalo con tus amistades, regálales un ejemplar nuevo de este libro para el beneficio de todos al propagar la ley de Sheldrake, así como un cuarzo nuevo.
18. Proyecta fuerza colectiva cada vez que hagas tu meditación personal, en otros lados del mundo estarán muchas personas haciendo un mismo contacto vibracional. Así los iguales se atraen.
" El secreto de Adán " de Guillermo Ferrara
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Por Alejandra