Deseamos compartir recomendaciones para combatir el cáncer, realizadas por el famoso Hospital "Johns Hopkins"de Estados Unidos. Si bien la institución declara "apócrifo" al contenido de dicho mail, decidimos reproducirlo igualmente, dado que coincide plenamente con nuestra propuesta depurativa, nutritiva y preventiva. Además coincide también con los conceptos de investigadores de la Universidad de Quebec (Montreal, Canadá) que han dado lugar al libro "Los alimentos contra el cáncer, la prevención del cáncer a través de la alimentación". En este libro se fundamentan científicamente las virtudes anticancerígenas de nobles alimentos naturales, como cítricos, crucíferas, ajo, cebolla, cúrcuma, té verde, tomate, cacao, frutas de bosque, derivados de la soja, fuentes de omega 3, vino tinto y hortalizas en general. Los investigadores canadienses sostienen que la cotidiana terapéutica nutricional es tremendamente efectiva, económica e inocua, aunque poco valorizada por la medicina ortodoxa.
• Todos tenemos células cancerígenas. Estas células no aparecen en análisis estándares, hasta que no se hayan multiplicado por billones. Cuando finalizado un tratamiento, el médico le dice a un paciente de cáncer que no tiene más células cancerígenas en su cuerpo, esto sólo significa que el examen no es capaz de detectar las células cancerigenas, porque la cantidad no resulta apreciable para un análisis normal.
• Cuando el sistema inmunológico de una persona es suficientemente fuerte, las células cancerígenas son destruidas por aquel y así se evita la multiplicación que da lugar a un tumor.
• Cuando una persona tiene cáncer, esto indica que dicha persona tiene múltiples deficiencias nutricionales; éstas pueden ser genéticas, ambientales, alimentarias o debido al estilo de vida.
• Para solucionar estas múltiples deficiencias nutricionales, el cambio de dieta, incluyendo suplementos nutricionales, permitiría fortalecer el sistema inmunológico.
• La quimioterapia provoca el envenenamiento de las células cancerígenas de rápido crecimiento, pero a la vez destruye células buenas en el sistema óseo, en el tracto intestinal, etc. y puede causar daños en órganos, tales como el hígado, riñones, corazón, pulmones, etc.
• La radioterapia, mientras destruye células cancerigenas, también quema y daña células saludables, tejidos y órganos.
• El tratamiento inicial con quimioterapia y radiación, a menudo reduce el tamaño del tumor. Sin embargo el uso prolongado de quimioterapia y radiación no conduce a la destrucción de más tumores. La quimioterapia y la radiación pueden generar en las células cancerígenas, mutación y mayor resistencia, dificultando luego su destrucción. La cirugía puede también provocar que las células cancerígenas se dispersen hacia otros lugares del cuerpo.
• Cuando el cuerpo tiene demasiada carga tóxica, producto de la quimioterapia y la radiación, el sistema inmunológico queda comprometido o destruido; entonces la persona puede sufrir varias clases de infecciones y complicaciones.
• Una forma efectiva de combatir el cáncer es llevar a las células cancerígenas a “morir de hambre”, evitando nutrirlas con alimentos que las estimulen a multiplicarse.
Sugerencias de alimentación para personas con células cancerígenas
• El azúcar es un alimento estimulante del cáncer. Eliminando el azúcar de nuestra alimentación se elimina un alimento que fortalece la proliferación de células cancerígenas. Los sustitutos de la azúcar blanca, son fabricados con edulcorantes sintéticos dañinos (a excepción de la Yerba Dulce o Stevia rebaudiana). Buenos sustitutos del azúcar son la miel de abejas y el azúcar integral de caña, pero siempre en pequeñas cantidades. A la sal de mesa se le añade un químico para el color blanco, lo cual es también un estimulante para el crecimiento de células cancerígenas. La mejor alternativa es la sal marina integral.
• La leche produce flemas en el cuerpo, especialmente en el tracto gastro-intestinal. El cáncer se alimenta de flemas. Eliminando el lácteo vacuno y sustituyéndolo con leches vegetales, se consigue que las células cancerígenas mueran de hambre.
• Las células cancerígenas se desarrollan en un ambiente ácido. Una dieta estructurada en alimentos cárnicos es ácida, por lo tanto es preferible ingerir pescado y carnes blancas. La carne roja también contiene antibióticos que se aplica al ganado, hormonas del crecimiento y parásitos; todos ellos son dañinos, especialmente para las personas con cáncer.
• Una dieta elaborada con un 80 % de vegetales frescos y jugos, granos, semillas, nueces y un poco de frutas, estimularía a crear un ambiente alcalino (PH mayor de 7) en el cuerpo. Alcalinidad es salud. El resto de la alimentación (20%) puede ser provista de alimentos cocidos como granos. Un jugo de vegetales frescos provee enzimas vivas, las cuales son fácilmente absorbidas, penetrando al nivel celular en 15 minutos, alimentando y estimulando rápidamente el desarrollo de células sanas y saludables. Para conseguir enzimas vivas que contribuyan a desarrollar células saludables, beba zumos, jugos o extractos de vegetales frescos (la mayoría de los vegetales, incluyendo legumbres frescas). Además, ingiera vegetales 2 o 3 veces al día. Las enzimas son destruidas a una temperatura de 40º C, por lo tanto cocine sus vegetales a temperaturas inferiores; de esta manera preservará sus nutrientes, que son perjudiciales para las células cancerígenas.
• Elimine el café, el té y el chocolate, los cuales contienen cafeína. El té verde es una mejor alternativa y posee propiedades que combaten el cáncer. La mejor agua para beber es el agua filtrada. Esto evita conocidos tóxicos y metales pesados en el agua.
• La proteína cárnica es difícil de digerir y consume muchas enzimas digestivas. Los alimentos cárnicos no digeridos permanecen en el intestino, transformándose en sustancias putrefactas, lo cual conduce a la generación de más tóxicos.
• La pared exterior de las células cancerígenas tienen una membrana protectora de proteína. Comiendo menos alimentos cárnicos, logramos dejar más enzimas disponibles para atacar la pared exterior de las células tumorales, lo cual permite destruir un mayor número de las mismas.
• Algunos suplementos alimentarios como Essiac ó Tónico Herbario (se verá en profundidad en un próximo contenido), antioxidantes, vitaminas, minerales, etc. ayudan a construir y a fortalecer el sistema inmunológico, lo cual contribuye a que el propio organismo genere células que destruyen las células tumorales. Otros suplementos alimenticios, como la vitamina E, estimulan el mecanismo natural del cuerpo para deshacerse de células dañadas, no deseadas e innecesarias.
• Las células cancerígenas no pueden operar en un ambiente oxigenado. Ejercicios diarios y respiración profunda, contribuyen a que las células reciban más oxígeno. La terapia con oxígeno es otro método para destruir células cancerigenas.
• El cáncer es una enfermedad de la mente, del cuerpo y del espíritu. Una actitud proactiva y un espíritu positivo ayudan, indudablemente, al portador de cáncer a sobrevivir. La ira, la soledad y la tristeza provocan un fuerte estrés al organismo, creando un medio químicamente ácido y favorable al cáncer. Por el contrario, un espíritu lleno de amor y perdón, contribuirá a dificultar el desarrollo tumoral. Aprender a relajarse y a disfrutar de la vida son herramientas útiles a la persona con el padecimiento.
Aportado y editado por:Lucas Schab.-