Muchas veces, y por suerte, sufrimos heridas son leves. Un raspón en la rodilla, en el codo, un corte muy pequeñito; heridas que, en vez de dejarlas cicatrizar solas, también podemos curarlas con un remedio natural.
Una receta muy simple es curarlas con una mezcla de agua y sal marina, una cucharadita por vaso de agua. Hay que pasar esa mezcla por la herida, se sopla para mitigar el ardor y ahí tenemos un remedio súper simple y natural.
Otro remedio que podemos hacer en casa y nos lleva sólo un minuto se prepara utilizando una cebolla. Se pela la cebolla, se retira la película que hay entre capa y capa, y se coloca esa "lámina" en la herida. Luego esa película se tapa con una venda ligera.
La película de la cebolla ayuda a la cicatrización y no deja que la venda se pegue a la lastimadura. La herida sana a los pocos días, sólo hay que repetir la cura a la mañana y a la noche.
Los beneficios de la cebolla son varios uno de ellos es que se encuentra cebolla en todo el mundo. Entre sus componentes hay sales, elementos azufrados orgánicos y enzimas, capaces de relajar y ablandar tejidos inflamados, de modo de amenizar el dolor y la infección. Lo que hace posible la cicatrización.
Receta | La Botica de la Abuela (libro)
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