CNN) — Nota del editor: Rajita Sihna es directora del Centro para el Estrés de Yale nos habla sobre la psicología del estrés.
(CNN) — El estrés tiene relación con enfermedades que van desde la adicción hasta padecimientos crónicos, la diabetes y la obesidad. Te compartimos algunas de sus respuestas sobre el tema.
CNN: ¿Cómo llegaste a estudiar el estrés?
Rajita Sihna: Al principio trabajaba con diferentes tipos de emociones —la ira y la tristeza— y cómo afectan al cuerpo y cambian nuestras respuestas a los diferentes estímulos en el entorno. Una de las cosas que observé fue que generalmente la gente no tiene emociones puras, como la furia o el temor.
La mayoría tiene emociones mezcladas. Si les preguntas al respecto, te dirán que están estresados y molestos. Quería comprender la forma como las emociones trabajan juntas, tanto para protegernos como para alimentar las cosas que nos desgastan.
CNN: ¿Existe eso que llaman el buen estrés?
RJ: Pienso en el estrés ‘bueno’ en términos de la adaptación. Cada vez que superas un reto y aprendes algo de él, te conduce a una adaptación cognitiva y de comportamiento. Es como el desarrollo de habilidades. Cuando un problema es frustrante pero está dentro de nuestra capacidad para manejarlo, se trata de un buen estrés. Si la tensión se mantiene, es incontrolable y abrumadora, cuando las personas no pueden pensar en las opciones para resolver sus problemas, entonces es perjudicial.
CNN: ¿Qué relación tiene el estrés con las enfermedades crónicas y la conducta adictiva?
RJ: Desde hace mucho tiempo conocemos la relación entre el estrés y la adicción y el aumento de la propensión a las enfermedades crónicas. Sin embargo, no comprendimos completamente su mecanismo biológico hasta hace poco tiempo.
Cuando experimentamos algo amenazante o estresante, suceden dos cosas inmediatamente. La primera es lo que llamamos la respuesta de excitación de “pelear o huir”. Todo el cuerpo se prepara para actuar con rapidez y evitar el peligro.
La segunda es que el cuerpo libera la hormona del estrés: cortisol. El cuerpo se prepara inmediatamente frente a un estímulo estresante. Va hasta nuestro almacén de energía, libera la glucosa y la insulina para que nuestros músculos tengan la energía para manejar el estrés.
Aquí es la etapa crítica: en nuestras decisiones. Las sustancias como el alcohol, la nicotina y la cocaína, y también los alimentos ricos en grasa, con muchas calorías, son potentes modificadores del sistema del estrés. Cambian nuestros caminos del estrés y afectan la forma en que nuestro cuerpo puede controlar la respuesta.
Por ejemplo: después de un periodo de atracones, el sistema que maneja el estrés en tu cuerpo se desgasta. La glándula suprarrenal, que es la responsable de liberar la hormona del estrés, se debilita o se desorienta. Entonces no envía las señales adecuadas para ayudarnos a sobrellevar la situación. Y eso empieza a afectarnos negativamente, no solamente en nuestra biología, sino también en nuestra respuesta emocional.
CNN: ¿Puedes revitalizar a tus glándulas suprarrenales desgastadas?
RJ: Existe evidencia de que puedes darle un nuevo impulso a tus glándulas suprarrenales. Una vez que los dependientes del alcohol empiezan a recuperarse, después de que pasa un tiempo, empiezas a ver que las glándulas suprarrenales regresan a la normalidad. No sabemos exactamente cuánto tiempo requiere.
El problema es que cuando las glándulas suprarrenales están en recuperación, es más probable que estés estresado, y el estrés afecta la abstinencia y aumentan las probabilidades de una recaída. En ese momento estás atrapado en un círculo vicioso que afecta rápidamente la salud, ya que el estrés y las sustancias trabajan juntas para debilitar los sistemas corporales, el eje del estrés: el hígado, los riñones, el corazón, la presión arterial.
Entonces tienes un doble impacto en términos de riesgo para una enfermedad cardiaca y de ciertos tipos de cáncer. Es lo que llamamos el efecto feed-forward (de anticipación). No sucederá inmediatamente, pero se convertirá en un círculo vicioso.
CNN: ¿Qué es primero, el estrés o la conducta adictiva?
RJ: Realmente no se sabe muy bien qué sucede primero, pero sabemos que estas son complejas enfermedades multifactoriales. Eso significa que no hay un solo factor que conduzca al estado de la enfermedad. Y hay factores que pueden hacer que una persona sea incluso más vulnerable a las enfermedades relacionadas con el estrés y con la adicción: los traumas que se experimentaron en la infancia, las adversidades acumuladas, el estatus socioeconómico, la educación y también aspectos como la genética y las características de la personalidad.
Estamos a punto de publicar un artículo sobre la manera en como las adversidades acumuladas —el número de veces que suceden cosas malas en la vida de alguien— parece tener un efecto en el tamaño de la corteza prefrontal del cerebro.
CNN: ¿Qué significa? ¿Es bueno o es malo?
RJ: Significa que con un mayor número de experiencias negativas, la corteza prefrontal será más pequeña. En nuestros estudios con animales encontramos que un menor volumen de la corteza prefrontal no es bueno para la conducta. Las neuronas empiezan a encogerse y a perder sus ramas y dendritas. A esos animales no les va bien en diferentes tipos de tareas cognitivas. Así que esto significa que un mayor nivel de adversidades afecta a nuestra capacidad para responder a las situaciones agudas de estrés.
Tiene dos efectos: Hay un menor volumen cerebral y las regiones que nos ayudan a adaptarnos y a hacer frente tienen una menor actividad. Con más situaciones adversas en la vida, las personas sienten un mayor nivel de estrés crónico. Entonces aumentan los riesgos para los padecimientos que se relacionan con el estrés como son: las enfermedades cardiacas, la diabetes, ciertos tipos de cáncer, los trastornos psiquiátricos y neuropsiquiátricos como la depresión, la ansiedad y la adicción.
CNN: Bueno, eso es deprimente para todos los que pasamos por muchas cosas malas en la vida por causas ajenas a nosotros.
RJ: Un seguimiento interesante es que el cerebro es muy dinámico y tiene potencial de normalizarse para volver a crecer. Los estudios los hicimos con personas entre los 18 y los 50 años.
CNN: ¿Cómo podemos prepararnos para responder mejor a los factores de estrés?
RJ: Vivimos en una sociedad en donde hay múltiples demandas sobre nosotros casi todo el tiempo. Necesitamos poner un mayor énfasis en los factores de protección como sentarnos con nuestras familias, hacer ejercicio y alejarnos de los dispositivos electrónicos.
También soy muy creyente en la plenitud de conciencia: Tenemos que ser capaces de cambiar las cosas y apagarlas, y construir protecciones para nos sentirnos abrumados, incluso con algo tan simple como una afición, como un hobbie. Es cuestión de tomarse el tiempo para construir los aspectos positivos de nuestra vida, en nuestras acciones y en nuestra exposición.
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