Los niveles de vitamina D desempeñan un papel crucial en la respuesta del sistema de inmunidad de los humanos a las infecciones con la bacteria de la tuberculosis, según un estudio que publica la revisa 'Science Translational Medicine'.
La tuberculosis es una enfermedad pulmonar que puede ser fatal. Según el informe 'Control de Tuberculosis Global 2011', de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que analiza anualmente datos de 198 países desde 1997, la tasa de muertes a causa de la enfermedad ha descendido a 1,4 millones, después de haber alcanzado un pico histórico de 1,8 millones de fallecidos en 2003.
La vitamina D, señala el artículo, es más una hormona natural que una vitamina, y se sabe que tiene un papel importante en el desarrollo de los huesos, puede brindar protección contra el cáncer y las enfermedades autoinmunes y ayuda en la lucha contra las infecciones.
Una posibilidad que ofrece grandes expectativas, al igual que el resto de estudios que analizan el papel de las vitaminas en la prevención de distintas enfermedades. El problema es que no siempre los resultados son como se esperan. Basta recordar una reciente noticia sobre la recomendación estadounidense de tomar suplementos diarios de vitamina E para reducir el riesgo de cáncer y, sin embargo, se ha visto que aumenta el 17% las probabilidades de padecer cáncer de próstata.
Un sistema inmune fuerte
Los científicos, dirigidos por Mario Fabri, de la Universidad de California en los Ángeles, examinaron los mecanismos que regulan la capacidad del sistema de inmunidad para matar o inhibir el crecimiento de patógenos tales como la Micobacterium tuberculosis, la bacteria que causa la tuberculosis.
Así, determinaron que las células T, o células blancas que combaten las infecciones, liberan una proteína llamada interferón y que inicia la comunicación entre estas células y las dirige al ataque contra las bacterias invasoras. Pero para que esa convocatoria a la batalla sea eficaz, se requieren niveles suficientes de vitamina D.
Los investigadores analizaron muestras de sangre de humanos saludables, con y sin suficiente vitamina D, y encontraron que la respuesta de inmunidad no se activó en los sueros con niveles bajos de vitamina D, como los que se encuentran entre los negros en América del Norte. Pero cuando se añadió vitamina D al suero deficiente la respuesta de inmunidad funcionó eficazmente.
Las personas con piel más oscura han sido, tradicionalmente, más susceptibles a la tuberculosis y hay áreas de África que encabezan al mundo por sus tasas elevadas de infección. Los científicos creen que esto se debe, en parte, a que el pigmento de la piel, la melanina, que protege a las personas de los rayos ultravioletas, también reduce la producción de vitamina D.
La investigación, financiada por los Institutos Nacionales de Salud de EEUU y agencias de investigación científica de Alemania y Corea del Sur, encontró una reducción del 85% de las bacterias de tuberculosis en células macrófagas humanas tratadas con interferon en presencia de suficiente vitamina D.
Vitamina D como tratamiento
Fabri recordó que, también tradicionalmente, se ha usado la vitamina D para el tratamiento de los afectados. "Los sanatorios dedicados a pacientes con tuberculosis se ubicaban en sitios soleados porque eso parecía ayudar a las personas, aunque nadie sabía por qué ocurría", señala.
Por su parte Barry Bloom, ex decano de la Escuela de Salud Pública de Harvard y uno de los autores del estudio, asegura que estas conclusiones son particularmente importantes ante la emergencia, en todo el mundo, de bacterias de tuberculosis que han desarrollado resistencia a los antibióticos.
"El conocimiento de cómo podemos realzar la inmunidad natural, innata y adquirida, mediante la vitamina D puede servir de gran ayuda", añadió.