
 La medicina y las terapias complementarias  en busca del equilibrio (Octavio Azebedo) “El criterio de una terapia  siempre consiste en una pregunta: Que es lo que la enfermedad está  intentando enseñar al paciente? Que es lo que la persona aún tiene que  aprender? Para que una terapia pueda curar, ella deberá sustituir al  proceso de aprendizaje objetivado por las enfermedades?” (Thorwald  Dethlefs en “El Desafío del Destino”).
 Hace un poco mas de dos años, en un  comercial vinculado por una conocida empresa médica que comercializa  planes de salud, una voz en “off” anunciaba: “En toda la historia del  hombre, pocas cosas evolucionaron tanto como la Medicina…” era  acompañada por efectos de computación gráfica, que buscaba dar una idea  simbólica de ese progreso, partiendo  de imágenes que comparaban la  rusticidad del pasado con la moderna tecnología del presente. Fue sin  duda, una publicidad impactante en función de las imágenes  contrastantes, a pesar que encerraba una afirmación falsa, pues  deberíamos preguntarnos una vez mas comparando con al pasado: ¿El número  proporcional de enfermos disminuyó? ¿Las enfermedades incurables se  acabaron? ¿El bienestar físico espiritual del hombre moderno aumentó?…En  todas estas preguntas la respuesta es: “No”.
 En verdad este comercial estaba fundado en  el preconcepto de que la evolución de la medicina está en las máquinas,  en los equipos, en los medios tecnológicos y en las incontables drogas  con que hoy cuenta el hombre moderno; entre tanto recientes  investigaciones muestran que a despecho de toda está parafernalia en  plena víspera del Tercer Milenio, tenemos el mismo número proporcional  de enfermos que siempre hubo en el pasado, el mismo número de  enfermedades incurables, el mismo número de epidemias, con otros nombres  y otros virus, así como aún incurables.
 El gran problema de la Medicina ortodoxa  es que en la busca de una especialización, cada vez mas eficiente, ella  perdió hace mucho tiempo, la visión de la totalidad del ser humano. El  hombre para la Medicina convencional, es un complejo “rompe-cabezas”  compuesto de partes, cuya interligación global no es considerada. Además  de eso, la Medicina moderna parte del preconcepto que la enfermedad es  algo que viene de “afuera” del hombre, como consecuencia de bacterias y  microorganismos o el resultado de una imperfección de la naturaleza,  colocando en ambos casos, al enfermo como una víctima de las  circunstancias. Esta es la principal falla en la forma de abordar  técnicamente la enfermedad.
 El enfermo no es víctima inocente de alguna  imperfección de la naturaleza o de alguna condición insalubre, pero sí  el autor de su enfermedad. Un hombre no “Agarra” una enfermedad: El  hombre hace su enfermedad. Si por ventura podemos culpar a bacterias o  toxinas que impregnan nuestro ambiente, podemos decir también que todos  los seres humanos en cierta forma están expuestos a los mismos gérmenes y  venenos. Nuestro mundo es enteramente insalubre o enteramente puro:  nosotros atraemos a la insalubridad o la pureza como reflejo de nuestro  interior. Recogeremos de afuera aquello que conscientes o no, llevamos  interiormente. El enfermo es enteramente responsable por sus males. Los  síntomas son, en última instancia la forma física de expresar los  conflictos y a través de su simbolismo (la enfermedad) tiene la  capacidad de mostrar a los pacientes en que consisten sus problemas.
  
 La Medicina ortodoxa  perdió de vista la totalidad del ser humano, que este es un todo  compuesto de cuerpo y de alma, formando una unidad. Los procedimientos  médicos se orientan únicamente por la eficacia y por la funcionalidad,  faltando una “alma interior”. Este es el gran problema que nos hace  meditar si la Medicina realmente refleja el incuestionable avance de la  ciencia.
  
  Cuando consideramos la  actitud de los científicos modernos verificamos que alguna de las mentes  mas brillantes de nuestra era están ya hace algún tiempo delante del  dilema de la transición. Toda ciencia se está volviendo hacia la  totalidad cósmica. Como dice Fritjof Capra en su libro “El Punto de Mutación”  en esa nueva ciencia el universo comienza a dejar de ser visto como una  máquina compuesta por piezas aisladas y pasa cada vez mas a ser  encarado como una totalidad donde las mínimas partes componentes no  tienen vida independiente del Todo… pero la Medicina académica insiste  en no considerar la totalidad del ser humano.
  
 LOS SÍNTOMAS: ESPEJOS DEL ALMA
  
 En verdad una enfermedad nada mas es una  conspiración simbólica donde los síntomas muestran lo que no va bien en  el alma del paciente. Esa forma es bastante cruel, pues los enfermos  tienen en sus síntomas una salvaguarda segura para justificarse y  obtener la compasión de los demás. Entre tanto, cada síntoma muestra de  forma desnuda y cruda lo que pasa en el interior del individuo. Reflejan  aquello que no puede ser expresado de otra manera, por otras vías  disponibles al ser. En este sentido, todos los males son psicosomáticos  desde el acné del adolescente al cáncer terminal del moribundo.  Podríamos encuadrar ahí también los males circunstanciales como las  decepciones amorosas, las crisis financieras, accidentes, pérdidas, etc.
 En la vida de nuestro cuerpo, cada órgano  especifico tiene una función peculiar, cuyo simbolismo trae mensajes que  nos permiten decodificar la verdadera enfermedad, que invariablemente  reside en el alma.
 Hablar de un enrojecimiento de la piel  puede estar indicando la impaciencia contra los límites que se imponen  cotidianamente (rojo = conflicto; piel = límites) puede  parecer un  delirio a los ojos de la Medicina, en vista que está alergia debe ser  necesariamente explicada en términos de causa y efectos: virus,  bacterias, reacciones químicas, etc. Mientras, el individuo continua  emocionalmente enfermo (luchando contra molinos imaginarios como Don  Quijote)  su piel continuará enrojecida como un reflejo de la agitación  de su alma en el cuerpo. Aquí la Medicina contemporánea es bastante  competente para debelar una simple alergia como esta, pero este enfoque  localizado no va a “curar” verdaderamente al paciente. Si el Ser  interior continúa en turbulencia con las vías de expresión bloqueadas  por factores internos o externos, otros síntomas específicos vendrán a  simbolizar la impaciencia contra los límites: los síntomas son muy  creativos!                       
 Así son todas las enfermedades y males  circunstanciales, o mejor todos los síntomas. Como seres humanos  imperfectos y polarizados estamos todos enfermos. Todos portamos  nuestros síntomas. No existe una sola persona completamente sana en este  planeta.
 Estar enfermo es consecuencia de la  polarización que ya se establece al nacer, cuando el hombre deja su  bendito estado de Unidad. El retorno a este estado de unidad y  equilibrio, es lo que las escrituras Hindúes denominan de iluminación.  Si supiésemos decodificar adecuadamente todos los síntomas, quien sabe,  podríamos tener la llave de la salud perfecta, de la Unificación.  Irónicamente el único propósito de la enfermedad es avisarnos de esas  partes desintegradas del alma, reflejándose en nuestro cuerpo. La  enfermedad es un amigo sincero que tiene por propósito purificar y  unificar nuestra alma, no intimidándose en apuntar nuestros desvíos.  Pero en la práctica médica los síntomas son enemigos a los cuales se  deben eliminar.
  
 LA INTERPRETACIÓN DE LOS SÍNTOMAS
  
 Una persona que lamenta su enfermedad y se  contenta meramente en suprimir los síntomas a través de algún  tratamiento medico jamás se podrá considerar verdaderamente curada. Los  síntomas volverán. Muchas veces de forma más cruel y dolorosa, como si  gradualmente fuesen aumentando el grado de advertencia.
 Según T. Dethlefsen, en su fabuloso libro  “La Enfermedad Como Camino”, existen siete niveles crecientes de  manifestación de los síntomas. Cuanto mayor es la resistencia a la  auto-expresión del individuo, mayor la presión ejercida por los  síntomas, que irán tomando formas mas intensas como podemos ver en las  secuencias presentadas por Dethlefsen:
 -        1º Nivel: Expresión psíquica (ideas, deseos, fantasías.)
 -        2º Nivel: Disturbios funcionales.
 -        3º Nivel: Disturbios físicos  agudos (sufijo “itis”, apendicitis, hepatitis, etc) inflamaciones,  heridas, pequeños accidentes.
 -        4º Nivel: Disturbios crónicos (sufijo “osis”, cirrosis, osteoporosis, etc)
 -        5º Nivel: Procesos incurables, modificación de órganos, Cáncer, Sida.
 -        6º Nivel: Muerte (por enfermedad o accidente)
 -        7º Nivel: Deformación congénita y perturbaciones en el nacimiento (Karma).
  
 Es interesante notar que antes que un  problema se manifieste en el cuerpo como síntoma, él se presenta en la  psiquis como un tema, idea, deseo o fantasía. Eso nos muestra como la  representación de nuestras ansias puede llevar a la manifestación física  de los síntomas. En cuanto no se cura verdaderamente la enfermedad del  alma, los síntomas volverán de diversas formas, algunas bastante  creativas y en ese proceso no será de mucho valor culpar al virus HIV o a  un grupo de células que a despecho de toda sinergia corporal resuelven  desobedecer al orden colectivo y pasan a reproducirse por cuenta propia,  generando un cáncer. Nuestro cuerpo siempre estará mostrándonos a  través de los síntomas y de nuestras circunstancias de vida donde reside  verdaderamente el mal, solo podemos llegar al fondo de nuestro mal  interpretando detenidamente nuestros síntomas, lo que significan, lo que  nos quieren informar. Y ese camino no es fácil.
  
 LA ENFERMEDAD ES UN MAESTRO
  
 A la luz de lo que fue dicho, los  procedimientos médicos son de enorme eficiencia y bajísima eficacia. La  Medicina moderna adquirió una enorme competencia en eliminar la mayoría  de los síntomas y en este sentido da una falsa noción de cura. El gran  problema es que el cuerpo no detecta la enfermedad. La supresión de los  síntomas no significa la cura. Esta solo vendrá con el restablecimiento  del alma, de las funciones interiores.
 El ser humano es un todo perfectamente  integrado: cuerpo, mente, alma y espíritu. Todos los síntomas vienen  revestidos de un profundo simbolismo. Saber analizarlos es dar un  sentido a sus mensajes, puede ser la llave de la verdadera cura, de la  salud perfecta. Tal vez sea por eso que, a despecho de todo avance,  tecnologías modernas y conquistas científicas, el número de enfermos no  disminuyo proporcionalmente en relación al pasado. Cuando se descubren  nuevos métodos de curar síntomas y enfermedades antiguas, nuevos tipos  de gérmenes, bacterias y virus, surgen: la capacidad de la Naturaleza en  crear nuevos males es infinitamente mayor que la capacidad de la  Medicina en luchar y suprimir los que ya existen. Y esta lucha  permanente, que tiene el cuerpo del enfermo como campo de batalla,  parece no tener fin. A cada victoria sobre un mal le siguen otros  tantos, renovados, mas poderosos, mas desafiantes. Se cura la sífilis y  surge el Sida. Se elimina un germen y surge una súper bacteria.
 La cura, la verdadera cura, nunca viene de  afuera. Estamos permanentemente delante del desafío de nuestra propia  regeneración. En este sentido la única evolución posible que puede  proporcionar la cura del Hombre no es la de la Medicina, pero, sí, la  del Alma... y en ese proceso la enfermedad con sus síntomas es apenas  una señal que advierte al hombre los percances del camino, mostrando  donde la auto expresión está bloqueada. Saber interpretarla en su  simbolismo puede ser la llave de la verdadera cura interior. Librarse de  los síntomas sin que se entienda ni se asimile la naturaleza del  mensaje traído torna vano el sufrimiento.
 Antes de nada mas, la enfermedad es un  llamado de conciencia. Estamos permanentemente “entorpecidos”, viciados  en nuestros automatismos físicos y emocionales que envasan nuestra  percepción. Cuando este “adormecimiento” se vuelve peligroso para la  evolución del alma, surge la enfermedad que a través de sus síntomas  pretende apenas despertarnos. La enfermedad es                          un maestro que hace del cuerpo un pizarrón, donde escribe los mas  significativos mensajes de la vida.
 En este sentido, las Terapias  Complementarias en sus mas variadas formas tienen la importante función  de volver los ojos del Hombre a su totalidad fragmentada. Al valerse de  los símbolos, padrones arquetípicos, imágenes y otros procesos que en  última instancia tienen por objetivo alcanzar el Alma y no apenas la  parte afectada, las Terapias Complementarias van asumiendo su lugar  complementario al enfoque localizado de la Medicina.
  Es posible que ambas se complementen. Tal  vez el hombre se encuentre en un estado donde necesita aliviar el  síntoma que tanto le aflige, recomponer la parte afectada y en esto la  Medicina es maestra. Pero también ha llegado la hora de mirar algunas  cosas tan intrínsecamente interligadas, como la vida, el cuerpo y el  alma e intentar alcanzar esta totalidad a través de una práctica  holística como solo las Terapias Complementarias pueden proporcionarnos.
 En la informática del cuerpo, la Medicina  tiene la función del programador que trabaja por partes y las Terapias  Complementarias son los analistas de sistema que actúan sobre la  totalidad. La parte y el todo deben funcionar integradas para que el  equilibrio final sea alcanzado. Al negarse uno de estos dos procesos en  la búsqueda del equilibrio corre el riesgo de caer en la polarización y  la fragmentación es, sin duda, el camino hacia la enfermedad.
 Patogenia de las enfermedades
 El estudio del mecanismo por el cual los  agentes mórbidos producen las enfermedades y como el organismo se  comporta frente a los mismos, constituye un importante capítulo de la  Medicina, que tuvo en Rudolf Virchow (1821-1902) uno de sus grandes  incentivadores, llamando la atención para las modificaciones celulares  surgidas como causa o efecto de las enfermedades que lo comprometen.
 Entre los disturbios que acometen al ser humano, se encuentran:
 - Los que son propios del cuerpo, como las enfermedades y los males orgánicos.
- Los que afectan particularmente el psíquismo, que son los disturbios mentales.
- Los que inciden simultáneamente en el cuerpo y su psíquismo, que son los disturbios psicosomáticos.
- Los que se presentan como disturbios del  alma, que pueden manifestarse por los síntomas y señales que se  encuadran entre las enfermedades referidas, pero se presentan con  características propias, con vínculos etiológicos específicos y que  necesitan de tratamiento especializado.
En verdad, el sufrimiento del alma está  siempre presente, tanto en el dolor físico como en el dolor moral, visto  que el alma participa de todos los actos de la vida y no puede  alinearse en los casos que envuelven el sufrimiento humano.
 Así el sufrimiento del alma está presente  en todos los casos del sufrimiento físico y puede manifestarse por  síntomas psicosomáticos de ansiedad, miedo, depresión, pánico o  desesperación. Puede resultar, igualmente, en el transcurso de  enfermedades graves en personas de la familia o la pérdida de seres  queridos, de bienes materiales o delante de problemas económicos,  sociales o afectivos.
 Las enfermedades del alma pueden ser  causadas por agresiones físicas o morales y se caracteriza por afectar a  las personas en su sensibilidad emocional, haciéndolas sufrir.
 La falta de reconocimiento de las  enfermedades del alma, como entidades nosológicas que acometen al ser  humano, transcurren de la poca importancia que es dada a los estudios de  la misma, los cuales quedan restrictos a las religiones y a las  instituciones esotéricas, aunque el alma sea un constituyente no menos  importante del organismo. El alma es el centro de todas las  potencialidades del ser humano, es de donde emanan sus pensamientos, su  inteligencia, sus inclinaciones artísticas, su percepción científica, su  carácter, su intuición, su propia conciencia. La acción de los  pensamientos es fundamental, pudiendo causar enfermedades y dificultades  en la vida, cuando son impregnados de emociones negativas, como también  pueden promover salud y bienestar cuando son impregnados de emociones  positivas. Movidos por el propósito de estimular el progreso en los  diferentes campos de la Ciencia, algunos autores muestran el valor del  pensamiento para el progreso en los diferentes sectores de la medicina.
 Miguel Couto, insigne profesor de Clínica  Médica, nos decía: “la ciencia mental, con base en los principios que  presiden la prosperidad del espíritu, será en el gran futuro, la base de  la salud humana. En el pensamiento residen las causas”. Del mismo  parecer es el Dr. Joaquín Murtinho: “ el pensamiento, cualquiera que sea  su naturaleza, es una energía y tiene sus efectos. Transformándose en  núcleo de corrientes irregulares, la mente perturbada emite líneas de  fuerza que interferirán, como tóxicos invisibles sobre el sistema  endocrino, comprometiéndole la normalidad de las funciones. No son  solamente la hipófisis, la tiroides o las cápsulas suprarrenales, las  únicas víctimas del vicio. Múltiples enfermedades surgen para  infelicidad del individuo imprevisto. Molestias como el aborto, la  locura, la neuralgia, la tuberculosis, las afecciones del corazón, las  úlceras gástricas y duodenales, la histeria y todas las formas de cáncer  pueden nacer de los desequilibrios del pensamiento.
 También el Dr. Roberto Brólio, que ejerce  Clínica Médica hace mas de 45 años en el estado de San Pablo, nos afirma  ”La práctica de la Medicina deberá encontrar nuevos caminos para  alcanzar un paradigma concordante al ejercicio profesional, fundamentado  en el conocimiento del alma y en el concepto según el cual las acciones  médicas deberán ser realizadas bajo el ejido del amor fraterno,  procurando ver al enfermo mas allá de su cuerpo físico y de su mente,  alcanzando la grandeza de su alma. Es en el alma que se encuentran las  raíces de innumerables enfermedades”.
 De esa manera, se comprende que el  pensamiento sea inductor de la salud y de las enfermedades y estas se  manifiestan por síntomas orgánicos, psíquicos, o psicosomáticos. En  general esos síntomas no son identificables por los recursos de  diagnóstico disponible y se manifiestan, inicialmente, por síntomas  psíquicos como ansiedad, inquietud, angustia, temores, insomnio,  depresión, inseguridad, baja estima, miedos, que pueden acompañarse de  síntomas físicos como dolores localizados o generalizados, disturbios  funcionales digestivos, respiratorios, circulatorios, hepáticos y otros,  haciendo que las personas acometidas pasen interminables períodos de su  existencia, atormentadas por el sufrimiento.
 El control de esas patologías debe basarse,  esencialmente en la terapéutica médica especializada y paralelamente,  contar con asistencia y actividades de educación espiritual, bajo la  responsabilidad de instituciones idóneas, de la preferencia del  necesitado, esclareciendo al individuo de la necesidad de elevarse, por  la acción y por el merecimiento, como heredero de Dios, digno de  participar de la grandeza del Universo. 
  
 Origen de las patologías degenerativas
 En la actualidad, la ciencia acata  plenamente y con naturalidad la afirmación de que las enfermedades  consideradas serias y de riesgo, en la mayoría de las veces, ocurren  después de acontecimientos altamente estresantes en la vida de las  personas. En la década de los 70, T. Holmes y R. Rahe  *especialistas en  estrés de la Universidad de Washington* descubrían que importantes  “cambios de vida” producían estrés y este era un item que podría servir  como parámetro para prever futuras enfermedades. Relacionaron diversos  factores estresantes graves (la muerte del conjugue, divorcio,  separación conyugal, enfermedad en la familia, embarazo, dificultad  sexual, etc) y constataron que todos estos hechos, generaban tensiones  físicas y emocionales que deberían ser plenamente elaboradas a fin de  evitar que se transformasen en riesgos potenciales de enfermedades,  malestar y accidentes. Generalmente esos “cambios de vida” son  experiencias que implican drásticas alteraciones de hábitos, en la  manera de relacionarnos con las personas y especialmente en nuestra  auto-imagen.
 A pesar de la relativa facilidad de los  seres en adaptarse a las modificaciones y nuevas condiciones  experimentadas, es cierto que el estrés afecta y deja sus marcas en el  sistema reproductivo de las células, que dejan de estimular reacciones  positivas,  abriendo así verdaderas brechas en el sistema defensivo  (inmunológico) del organismo facilitando de esta manera las condiciones  de desarrollo de las Enfermedades, las cuales podemos entender como la  respuesta inmediata del cuerpo a las condiciones emocionales y tensiones  mal elaboradas o mal aceptadas.
 Cuando aceptamos la incumbencia espiritual  de coordinar los trabajos del CAPC (Centro de Apoyo al Paciente con  Cáncer) bajo el auspicio del Núcleo Espirita Nosso Lar- además de las  investigaciones y preparaciones académicas procuramos también informes  sobre las enfermedades y sus orígenes dentro del entendimiento  espiritual pues juzgamos a este último el mas importante de ellos y el  propulsor de nuestros trabajos. En una de las muchas tentativas de  encontrarnos con el médium espírita Francisco Cándido  Xavier en  Uberaba, M.G. fuimos llevados a conocer un médico psiquiatra que en la  época nos oriento y dirigió a diversos estudios. Dentro de las obras  indicadas adquiridas y estudiadas, estaba un pequeño libro de Emmanuel,  psicografiado por Francisco C Xavier con el título “Pensamiento Y Vida”  lanzado en febrero de 1958 y que fue decisivo para la consolidación del  sistema que actualmente es ejecutado en Nosso Lar, recibiendo el auxilio  y la crítica de los mas modernos segmentos de la medicina convencional.  En su capítulo XV, las páginas 76-77 se lee: “La cólera y la  desesperación, la crueldad y la intemperancia crean zonas mórbidas de  naturaleza particular en el cosmos orgánico, imponiendo a las células la  distonía por la cual se anulan casi todos los recursos de defensa,  abriéndose cultivo fértil a microbios patógenos en los órganos menos  resistentes. Es así que muchas veces la tuberculosis y el cáncer, la  lepra y la ulceración aparecen como fenómenos secundarios, residiendo la  causa primaria en el desequilibrio de la vida interior. Todos los  síntomas mentales depresivos, influencian las células en estado de  mitosis, estableciendo factores de desintegración.
 Por otro lado, es importante reconocer que  el relajamiento de la nutrición lleva al cuerpo a pesados tributos de  sufrimiento. En cuanto, es natural que las vidas infinitesimales que nos  constituyen en el vehículo de existencia retraten las sustancias que  ingerimos. En este trabajo de permuta constante, adquirimos inmensa  cantidad de bacterias patogénicas que, instalándose cómodamente en el  mundo celular, pueden determinar molestias infecciosas de variadas  características, condenándonos a recoger, así de vuelta, los resultados  de nuestra imprevisión. Pero no es solamente ahí, en el dominio de las  caudas visibles, que se originan los procesos patológicos multiformes.  Nuestras emociones enfermas mas profundas, cualquiera que sean, generan  estados enfermizos. Los reflejos de los sentimientos menos dignos que  alimentamos, se vuelven sobre nosotros mismos, después de convertidos en  ondas mentales, mortificando el servicio de las células nerviosas que  instaladas en la piel, en las viseras, en la médula y en el tronco  cerebral, desempeñan las mas avanzadas funciones técnicas; acentuase,  aún, que esos reflejos menos felices, derramados en el córtex  encefálico, producen alucinaciones que pueden variar de la fobia oculta a  la locura manifiesta, por las cuales los reflejos de aquellos  compañeros encarnados o desencarnados que se nos conjugan a un modo de  parecer y de ser, nos alcanzan con sus gestiones destructivas, directas o  indirectas, conduciéndonos a deplorables fenómenos de alineación  mental, en la obsesión común, aunque parezcamos como personas  espiritualmente sanas.
 No nos olvidemos de que el sentimiento  recto puede esbozar el recto pensamiento, sin los cuales, el alma se  enferma por la carencia de equilibrio interior, imprimiendo en el  aparato somático (cuerpo físico) los desvaríos y las perturbaciones que  le son consecuentes”.
 Como se ve, el instructor espiritual llama  claramente la atención hacia la disciplina de emociones y sentimientos.  Este es sin duda el punto clave importante para la medicina del futuro,  en este momento los equipos de salud señalan los factores emocionales  como causa de enfermedades. Mas tarde, enseñarán, con certeza al  ciudadano común el respeto a las leyes naturales de la vida. Tanto en el  Núcleo Espírita Nosso Lar, como en el CAPC (Centro de Apoyo al Paciente  con Cáncer) las enseñanzas son dirigidas íntegramente para la  comprensión de que “CREAMOS Y PODEMOS ALTERAR NUESTRA REALIDAD”  Siendo así no solo hacemos que átomos y moléculas pasen a existir, sino también *según la metafísica* coreografiamos su danza.
 Viendo que la conciencia es el origen de todas las cosas, nada sucede a no ser que verdaderamente “querramos” que eso pase.
 Nuestros pensamientos deciden cuales,  dentro de un número infinito de acontecimientos posibles y probables,  van de hecho a manifestarse en nuestra realidad. Por lo tanto, nada  sucede por casualidad: todo obedece a un impulso interior y nuestro  consentimiento para realizarlo. Creamos cada éxito, cada fracaso, cada  enfermedad, cada relación, cada promoción, cada fragmento de buena o  mala “suerte”, cada desentendimiento dentro de la familia, cada  problema, cada trauma, cada “accidente”, todo. No existen triunfos o  tragedias que no hayan sido creadas por nosotros. Nuestros problemas no  son causados por el mundo (de allá afuera) ni por Dios, ni por el  destino o por nuestro Karma- si por nuestro mundo interior. El  significado correcto de la palabra “karma” es acción voluntaria a través  del cuerpo, de la palabra y de la mente, el karma es una causa que  inicio su acción a través de la voluntad; no es el efecto,  absolutamente. Así nos enseña el filosofo Paul Brunton. Si nos hacemos  responsables por la creación de todo lo que nos sucede, debemos también  entender que las soluciones pasan por nuestros deseos, creencias,  actitudes, sentimientos y elecciones.
 De esta manera explicamos nuestra relación  con nuestros pacientes en los tratamientos desarrollados en Nosso Lar o  en CAPC: el incentivo constante a la búsqueda y al encuentro de la “otra  puerta”, de otra dirección, otra visión, otra actitud ante la vida,  ante el existir aquí y ahora, teniendo la conciencia del poder de  transformación que existe latente en cada uno de nosotros. Cuando los  hábitos de vida son corregidos y ajustados a los requisitos de  equilibrio, haciendo cesar las condiciones que dieron origen y  sustentación a los males, esto es cuando nos apropiamos de nuestro  verdadero camino, a la luz del Evangelio, las chances de alcanzar el  éxito y felicidad en todos los campos de nuestra vida son infinitos. Si  incurrimos en “errores” estamos yendo contra la naturaleza creadora, su  formación y su forma plena de expresión y presentación. Pasamos a ser  sus desafiantes y dejamos de ser copartícipes de sus acciones de  equilibrio y corrección.
 Lo que fuimos en el pasado no es  importante. Lo que somos ahora es importante. Lo que pretendemos de  nosotros mismos en el futuro tiene importancia vital. Nuestro guía,  nuestro faro, nuestro manual de instrucciones para proyectarnos como  seres felices y plenos, esta grabado en nuestros corazones y aflora con  la vivencia dignificante e inteligente de las páginas del Evangelio- un  libro que fue escrito no solamente para ser leído, sino para ser vivido  “Usted no es solo la sombra que está danzando en la pared, es la mano  que produce la sombra, y también la luz”  (Emmanuel)  El Centro  Holístico Nahualkuma comparte plenamente lo dicho en este artículo,  también queremos agradecer al Núcleo Espírita Nosso Lar  y CAPC por  habernos trasmitido desinteresadamente sus experiencias y conocimientos,  como así también los gratos momentos vividos juntos tanto en Brasil  como en Argentina.
 Psicomatización de las enfermedades
 Si la Enfermedad caracteriza la falta de un  perfecto equilibrio y la unidad plena del espíritu, el síntoma físico  es su expresión. Por lo tanto, tratar solamente el síntoma sin  considerar el desequilibrio que lo originó, es simplemente transferir  hacia delante la detonación de la vigorosa bomba que está armada y crece  dentro de nosotros mismos, si el tiempo transcurrido lo permite! 
 Todos los desequilibrios están ligados al  espíritu, pues los síntomas pueden variar su etiología, desde los  aspectos karmicos, biológicos y emocionales, dependiendo del tenor, de  la intensidad y de la importancia de esos desequilibrios. Generalmente  el campo de purificación mas apropiado utilizado por el espíritu, es el  de mayor posibilidad en ser atendido. 
 No nos queda duda alguna que los mas  notorios desequilibrios que el hombre encarnado debe tomar debida  atención y consecuente solución, están ligados a la emoción y al dolor  (Cuerpo/ Mente) por cuanto las cosas del espíritu todavía nos parecen  “cosa de otro mundo” Por eso en este estudio, hablaremos de los aspectos  biológicos (Cuerpo) y emociones (Mente) de los síntomas que revelan los  desequilibrios espirituales, donde el lector podrá identificar mejor en  su síntoma físico o emocional, las posibles necesidades evolutivas del  espíritu, no necesitando padecer después de enfermedades físicas tan  serias como las degenerativas, el cáncer, y hasta la predisposición a  tener accidentes, para corregirlos. 
 Teóricamente tanto por la medicina  vibracional como por la medicina psicosomática de la revolucionaria  psiquiatría moderna, todo síntoma (enfermedad) es Psicosomático aunque  ya estén constituidos biológicamente, factores emocionales influencian  directamente, pues todos los procesos del cuerpo están ligados a las  vías nerviosas y humorales. Son muchos los factores de somatización de  los síntomas o “enfermedades” como son conocidas.
 A seguir algunos de los factores que pueden  ser de importancia etiológicas en las enfermedades que podrán  somatizarse en el físico son movidas por necesidades del espíritu por  corregirse. Recordemos que estos factores se refieren a las tendencias  físico-emocional que el espíritu puede o no usar para la depuración.  Como eso es imposible de valorar, nada cuesta reflexionar o estudiar,  conociendo todavía mas la constitución de nuestro cuerpo que puede o no  revelarse como síntoma. Pues no resuelto, no trabajado, no identificado y  no integrado a la unidad de nuestro espíritu a través de la comprensión  y aceptación estará siempre allí, listo para detonar el inicio de una  enfermedad o un síntoma diagnosticado mas tarde por la medicina moderna  como “Psicosomatización”.
 - Constitución hereditaria.
- Traumas del nacimiento.
- Enfermedades orgánicas de la primera infancia, que aumentan la vulnerabilidad de determinados órganos.
- Naturaleza del cuidado del niño en la  primera infancia (hábito del destete, educación esfinteriana,  preparativos para dormir, etc).
- Experiencias traumáticas físicas accidentales de la primera infancia y de las demás fases de la infancia.
- Clima emocional de la familia y rasgos específicos de la personalidad de los padres y de los hermanos.
- Traumas físicos tardíos.
- Experiencias emocionales tardías en las relaciones personales íntimas y en las relaciones ocupacionales.
 
 Factores emocionales en las diferentes enfermedades
 En  artículos anteriores manifestamos  nuestra forma de pensar sobre la etiología probable de las enfermedades y  síntomas.  El proceso de Psicomatización pasa del espíritu para el  cuerpo, pasando por la mente, en la tentativa de buscar integración  plena para la unidad perfecta. Pero el equilibrio reinará cuando el  espíritu consigue manifestarse a través de la conciencia interior,  eliminando sus imperfecciones, lo mismo a costas del dolor y sufrimiento  en el cuerpo físico.
 La mayor vocación del hombre encarnado en  este planeta es la conquista del equilibrio perfecto a través del amor.  Pero como no siempre nosotros, espíritus encarnados, conseguimos  recordar los compromisos asumidos, la naturaleza divina viene en nuestro  auxilio. Para eso ella nos fuerza a encontrar el equilibrio a través de  la comprensión obvia, causada por el dolor de las imperfecciones que  hace mucho tiempo traemos incrustadas en nuestro espíritu inmortal.
 De Ahí la afirmación: “La Enfermedad es un  camino para la perfección” Bien podríamos aprender el arte de la  evolución con mas confort y bienestar, pues muy poco conseguimos sin el  dolor y el sufrimiento para enseñarnos. 
 A seguir relacionaremos algunas  enfermedades y sus factores emocionales, causas que podrán auxiliarnos  en sus interpretaciones y significados de los síntomas. Eso nos  posibilitará una condición mas adecuada para conocer y resolver nuestros  problemas de enfermedades, conflictos, disturbios, disfunciones,  tendencias e incapacidad emocional de adaptación el medio en que  vivimos, proporcionando a nuestro espíritu mas equilibrio y evolución. 
 - ANOREXIA NERVIOSA ( ADELGAZAMIENTO COMPULSIVO).
- VOMITO.
- DIARREA CRÓNICA.
- COLITIS ESPASMÓDICA.
- COLITIS MUCOSA.
ANOREXIA NERVIOSA (ADELGAZAMIENTO COMPULSIVO)
 Perdida del apetito de forma crónica o  periódica, con características de psicosis maníaco-depresivas (negarse a  comer para no engordar y no quedar fea o fuera del padrón considerado  el modelo ideal) Factores Emocionales que Provocan los Síntomas.
 Normalmente los pacientes con este síntoma  son en la gran mayoría mujeres. Demuestran intrínsecamente una  resistencia enfermiza a la adaptación exigida por las modificaciones  después del nacimiento.  Carácter obsesivo, depresivo y compulsivo.  Graves tendencias al perfeccionismo enfermizo, generalmente impuesto por  familiares, grupo social y la frenética persecución la tipo físico  estético considerado ideal. Revela una gran variedad de tendencias  neuróticas: impulsos posesivos agresivos inconscientes, tales como la  envidia y el celo, cargo de conciencia, el ayuno es una forma de  autocastigo, reacción de rencor inconsciente por personas de su propia  familia o grupo de convivencia, a fin de forzarles a darle atención  especial, sin dividir con nadie y para preocuparlos.
 En el caso de adolescentes, también es muy  común que coincida con las complicaciones del aumento del erotismo y las  constantes fantasías de prácticas sexuales inconscientes, con  connotaciones agresivas.
 Cuidados: Buscar una concienciación  evangélica consistente y en casos mas serios de neurosis probada,  también la ayuda de un psicoterapeuta con experiencia en el asunto. No  forzar agresivamente al paciente a comer, no adoptar la alimentación  artificial, principalmente en cuanto el paciente no consigue aliviarse  de los sentimientos de culpa, pues usa el ayuno para causar la ruptura  de los síntomas como autocastigo. En el caso de culpas o represalias  para tentar resolver el problema, puede provocar serias tendencias auto  destructivas aún mas violentas, tales como tentativas de suicidio, uso  de drogas fuertes y hasta depresión profunda, negándose a vivir  plenamente y pudiendo somatizar otras enfermedades posteriores a este  agravamiento. 
 El uso de medicamentos como calmantes,  estimulantes, antidepresivos e inyecciones de insulina, como es común,  apenas ten valor sintomático (ataca el síntoma y no la causa)  Se  recomienda tratamiento espiritual desobsesivo, de desmentalización y  corrección de vibración, visando la armonía energética de los chakras,  desarrollo de la capacidad de relajamiento y meditación, bastante  trabajo caritativo y ocupación del tiempo con tareas nobles y de acción  física mínima, bastante reflexión sobre el hecho de ser honestas consigo  mismas, aceptando la vida como se presenta, sin querer aparentar una  pureza que no existe en la tierra (su sexualidad, sus pensamientos sin  egocentrismo y sin cobija) Recomiéndase también pases localizados en el  chakra umbilical, para agotar un determinado tipo de energía negativa  acumulada en los casos de inanición que penetran en el plexo solar (  estómago, hígado, vesícula, intestinos etc) y el estímulo de otro tipo  de energía que creará una sinergia entre los chakras en reposo enfermos,  con características de energía universal. Mucha comunicación con los  padres, familiares, amigos, parientes y bastantes ejercicios de  humildad, comprensión principalmente de aquello que no aceptamos con  facilidad en otros.
 No se automedique. Busque un médico y pida  ayuda. La oración es un fuerte lazo de unión con Dios, pudiendo ayudar  mucho en los momentos de desesperación. No haga solamente el tratamiento  espiritual, hágalo en conjunto con un buen médico también. Sepa: eso no  es una simple manía, si una voraz revelación de deformidad espiritual,  que puede tener desdoblamientos drásticos.
  
 VÓMITO
      Se de apartar la posibilidad del  vómito por simple  intolerancia alimentaria o por que el paciente ha  comido demás Cuando de forma inexplicable, tenemos el Vómito Nervioso,  que se caracteriza por la repetición sin motivos digestivos aparentes.
  
 Factores emocionales que Desencadenan el Síntoma:
 Al contrario de la anorexia, donde la  función incorporadora está inhibida, en el paciente con vómito nervioso,  el alimento ya ingerido es expelido debido a un conflicto emocional que  revela intenso sentimiento de culpa, como algo que este siendo  adicionado a su cuerpo y al espíritu, a través del acto de tragar  (incorporar) el alimento entonces es rechazado inmediatamente por el  vómito compulsivo y generalmente agresivo, como forma de devolver, de  tirar, de separar sus fantasías inconscientes. 
 La devolución del alimento por el vómito  compulsivo, revela una tendencia inconsciente del paciente en no aceptar  la realidad que quieren imponerle. Generalmente la neurosis en vomitar,  esconde una conciencia extremadamente culpable por no poseer  condiciones de asumir o  en la contrariedad de que no acepta o aún por  miedo o dificultad en entender lo que está pasando. Es común decir que  “Voy a Vomitar Todo” cuando queremos decir que vamos a colocar todo  afuera, contando a alguien lo que generalmente no sería bueno decir o  guardar para sí (generalmente esta expresión esta ligada a problemas,  confusiones, distorsiones, secretos entre cómplices)  Es una expresión  agresiva, tanto cuanto el hecho de vomitar compulsivamente, pues la idea  que se hace es de que después de vomitar, todo va a quedar bien. Por  eso en algunos casos el paciente provoca el vómito como forma de  aliviarse de alguna presión emocional desconfortable, lo mismo que  inconsciente. 
 Vomitar es “no aceptar”. Esa correlación se vuelve bien clara en los casos de los vómitos durante la gravidez.
 En el hecho de vomitar se expresa la  resistencia inconsciente contra el hijo, o mejor contra el semen del  hombre que la mujer no quiso incorporar. El vómito durante la gravidez  también puede estar revelando las dificultades de la mujer en aceptar el  propio papel femenino o en expresarlo a través de la maternidad,  teniendo que “aceptar” o “incorporar” otras condiciones que no son  perfectamente ya asimiladas por ella como la transformación de su  cuerpo, la idea de incorporar alguien mas en su vida. 
 Cuidados: en el caso de crisis inminentes,  sugerimos visita médica normal a un clínico o un gastroenterólogo, para  apartar cualquier duda en el diagnóstico de patologías comprometedoras  en nivel de función y constitución de los órganos digestivos. 
 En caso de pico de crisis, en la ayuda  inmediata, la medicación sedativa es necesaria, pero confiada a médicos  expertos (principalmente en el caso de gravidez) Lo mismo eliminando el  síntoma con la medicación, no significa la cura de la neurosis que  después que el vómito a cesado, puede aparecer en síntomas menos  perceptibles pero igualmente significativos, o en un comportamiento  anormal durante toda la vida. 
 Se recomienda tratamientos espirituales con  pases, agua fluidificada, algodón energizado, terapia de grupo de  interacción espiritual, acompañamiento de PNL, análisis de creencias y  probable desarrollo mediúnico espiritual, en vista de la percepción  extrasensorial despertada en los trámites de defensa moral y  organización de sentimiento de negación en el constante estado de ataque  emocional.
  
 DIARREA CRÓNICA- COLITIS ESPASMÓDICA- COLITIS MUCOSA
  
 Evacuación diaria de cantidades pequeñas o  grandes heces líquidas. En algunos casos mas graves , pueden ocurrir  veinte o treinta evacuaciones en un día. Muchos pacientes relatan  transgresiones dietéticas como factores precipitantes , pero otros notan  una cierta conexión con la tensión emocional.
  
 Factores Emocionales que Causan el Síntoma:
 La mayoría de los pacientes reaccionan ante  la diarrea con mucha preocupación y ansiedad, ellos la esperan con  recelo y su preocupación con ella frecuentemente se torna la cuestión  central de su vida diaria.
 La diarrea crónica puede ser un síntoma  tanto en los disturbios orgánicos como alergia, incompatibilidad  alimenticia, etc, como neurótica, que también pueden estar presentes  simultáneamente.
 La colitis mucosa es considerada una  neurosis que causa el desorden de la función fisiológica del colón,  causada por la actividad excesiva del sistema nervioso parasimpático,  que es atribuido a la tensión emocional, hecho comprobando en 92% de los  casos diagnosticados. El miedo es el sentimiento mas constante en los  relatos médicos y terapéuticos.
 Las tendencias personales de estos  pacientes generalmente son muy fuertes y muy presentes: conciencia  exagerada, dependencia, sensibilidad, ansiedad, culpa, resentimiento,  miedo profundo y generalizado. Revelan un definitivo conflicto típico  centralizado en sus fuertes deseos receptivos y exigentes (orales  agresivos) estos pacientes intentan compensar estos deseos dependientes  por la actividad y el impulso de dar, substituyendo la realización y la  donación verdaderas por ataques de diarrea. Ellos quieren compensar  todas las cosas que quieren recibir y sacar de los otros. Están muy  preocupados con ciertos deberes y obligaciones, tienen necesidades de  dar dinero o apoyar  a los otros, un impulso exagerado de ejercer  esfuerzo y trabajar. Buscan siempre envolverse con misiones y tareas  arduas y sistemáticas, lo mismo a su lo elección, se sienten obligados a  realizarlo a la perfección.
 Generalmente son emocionalmente  dependientes de otras personas, pero sienten que deben hacer siempre  alguna cosa para compensar lo que reciben. Al revés de la verdadera  realización, pues, ellos satisfacen su conciencia con esta forma  infantil de presente el contenido intestinal.
 Siempre que estos pacientes son  contrariados en sus impulsos, se sienten muy heridos y terriblemente  amargados, generalmente por poca cosa, reaccionando con el desarrollo  del sentimiento de culpa y el deseo de hacer una restitución,  probablemente por miedo. Entonces inmediatamente providencian la entrega  de la donación lúdica, el presente infantil: la diarrea, como la forma  primitiva de dar y realizar.
 Algunos antiguos terapeutas naturalistas,  hablan del miedo como una fuerte característica de estos tipos de  pacientes. Dicen que con tanto miedo, principalmente de la muerte, el  paciente llega a “sudar agua con sangre” por el intestino.(el sudor de  agua con sangre es el moco expelido en la diarrea crónica)
 Cuidados: Medidas dietéticas son  beneficiosas, acompañamiento médico obligatorio, recomposición del  hábito alimenticio e hidratación monitorizada para recomposición de las  sales naturales que forman la mucosa intestinal. Medicación sedativa a  criterio médico también es necesaria, así como reposo y cambios de  actitudes en relación al estrés y otros factores que puedan desencadenar  las crisis de síntomas.
 Es importante el tratamiento espiritual con  constantes estudios y observaciones evangélicas, la reformulación del  carácter opresivo, pases, agua fluidificada, algodón energizado,  revisión de creencias limitantes por el PNL y terapia psicoanalítica con  psicoterapeuta conocedor del problema. Hacer la parte del proceso de  desmentalización acompañada por terapeutas espíritas bien identificados  con el consentimiento del paciente, a fin de eliminar la causa primitiva  del disturbio. Se recomienda paralelamente un equilibrado programa  espiritual desobsesivo en vista de la aproximación de consciencias  cósmicas espirituales (entidades) que se benefician de la energía  despedida en la eliminación del moco intestinal que es la sustancia  biológica rica en concentración ectoplasmática y vehículo natural de  energía vital.
  
 Con afecto este  hermoso articulo para uds. pido excusa a sus autores pues con el tiempo  he perdido los mismos, creo que este articulo lo he guardado durante mas  de cinco años o mas en mis archivos digitales. Un abrazo de luz
 Carlos Manuel Uribazo
 Honorable Maestro Reiki
 Sanador Holistico e Instuitivo