VACUNAS
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del Sitio Web ElProyectoMatriz
Publicamos a continuación la reflexión que recibimos de un anónimo sobre la utilización de microchips en humanos.
AVANZA EL PROCESO DE IDENTIFICACIÓN ELECTRÓNICA GLOBAL DE HUMANOS
Podemos encontrar un conjunto articulado e interrelacionado de procesos con base legal, económica y logística que confluyen en el establecimiento de una situación socio-económica y macropolítica ideal para poner en marcha un plan (diseñado de acuerdo con una agenda de poder) de registro electrónico no solo de las acciones de las personas, sino de las personas mismas, quienes por ley y seguridad vienen a convertirse en engranajes irreversibles de un sistema global que no permite personas no alineadas o disidentes.
Entre aquellos procesos que están avanzando rápidamente hacia dicho estado se encuentran los siguientes:
Todos los animales deben estar identificados electrónicamente con transponder. Esta realidad en Europa tiene como fecha límite el año 2011 (aunque ya Reino Unido, Suecia, Irlanda y Malta lo tienen obligatorio, así como otros muchos países, como España que ya han llegado al punto de confluencia con Europa 2011 y lo tienen obligatorio no solo en animales de granja sino también en mascotas, como perros, gatos y hurones).
Las normas europeas y americanas de “trazabilidad” (por seguridad alimentaria y seguridad de la integridad física y biológica de los ciudadanos) constituyen una base de datos de todos los animales existentes, su movimiento y localización, y articulan procesos de control de fronteras con pasaporte, transponder y cartilla sanitaria.
Todo ello supone una infraestructura de procesos, hardware, software, bases de datos y control que abre camino -a modo de proyecto piloto- para la eventual aplicación en los humanos llegado el momento.
Complementariamente, todos los ciudadanos de la Unión son obligados a llevar un documento de identificación nacional con microchip incorporado (ahora DNI-e, en España, dejando de fabricarse el formato anterior en Noviembre de 2008), cumpliendo las mismas funciones que en el caso de los animales, pero de momento en una tarjeta plástica.
Aquellos países como Reino Unido y EE.UU. que, hasta ahora, no tenían obligatorio este requisito, son escenario de múltiples protestas ante la nueva legislación (Real ID Act, en EE.UU.) que obliga a los ciudadanos a portar dicho documento identificatorio.
Una vez todo establecido y cada ciudadano identificado con nuevo DNI electrónico (con microchip), homogeneizados todos los países, es posible proceder al aislamiento de la base electrónica de la tarjeta plástica e incorporarla a la persona física por su seguridad y beneficio.
pasaporte.
Aquellos procesos de los que hablábamos tienen lugar en el contexto de una crisis económica y energética que ha demostrado ser global y que, pese a su carácter intencional (realidad bien documentada), está provocando un caos financiero ante el cual los gobiernos y ciudadanos exigen medidas drásticas.
Entre éstas cabe citar la abolición del papel moneda, dado que éste representa, ya en el año 2007, tan solo el 6 u 8% del total existente. Una reforma absoluta del sistema monetario internacional (solicitado y propuesto desde distintos gobiernos del mundo actualmente) conducirá en breve al empleo de las nuevas tecnologías de la era digital en toda transacción comercial.
Ello está plenamente sintonizado con nuestra experiencia histórica sobre la incorporación de adelantos científicos y tecnológicos a los rudimentos de la vida cotidiana del hombre en las naciones industrializadas.
Tenemos, por tanto, tres grandes pilares que sostienen la realidad, ya visible y fundadamente sospechosa, de una próxima identificación electrónica ciudadana a gran escala.
Complementariamente a lo expuesto, cabe reforzar los argumentos con las siguientes informaciones documentadas:
Las grandes corporaciones y patentes de explotación comercial de la tecnología RFID, así como de software informática para operativizar el tratamiento de datos, suponen una extraordinaria presión sobre los aparatos legislativos supranacionales (Europa, EEUU, China…) con el fin de multiplicar sus facturaciones a gran escala. Estos últimos, sin ambajes y, por supuesto, sin debate público, ceden gustosos a las ofertas de dichas corporaciones integrando su regulación como grandes logros de sus legislaturas.
Aquellas grandes corporaciones de las que hablábamos se asocian igualmente con otros tipos de corporaciones (ej: seguros médicos en EE.UU., telefonía móvil y dispositivos de localización de posición global, gobiernos para el control de accesos a edificios oficiales, y grandes empresarios para la prevención de secuestros en Latinoamérica) y presentan sus servicios como imprescindibles para la seguridad de los ciudadanos (inmigración, antiterrorismo, secuestro infantil, robos de tarjetas, identificación sanitaria de urgencia, etc).
Estas tecnologías ofrecen múltiples ventajas de optimización de recursos y ahorro en los costes logísticos, transporte, inventariado, etc. de mercancías. Ventajas que, lógicamente, son cada día más solicitadas y codiciadas por las corporaciones económicas y transnacionales. Unido a ello encontramos que la corriente imperante (gracias a políticas como las implementadas por el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercia, y proyectos como el Acuerdo general sobre Servicios – AGCS) es convertir los servicios que hoy son públicos para su explotación económica corporativo-empresarial, la cual ya contará (ya lo hace profusamente hoy) con dicha tecnología a nivel muy desarrollado.
El procedimiento de implantación de transponder en humanos ya es una realidad voluntaria en muchos países, llegando a usarse en diversas áreas, como localización, accesos, antisecuestro, pago, identificación sanitaria, etc. esta realidad hace que la tecnología transponder en humanos se vea como algo absolutamente normal, y que no haya reacción popular ante las primeras indicaciones de algunos gobiernos de empezar a usarlos de forma masiva y obligatoria en ciertos colectivos (como inmigrantes para prevención antiterrorista, transeúntes para prevención de delincuencia callejera, o bebés como parte del proceso de identificación desde los primeros momentos de la vida – esto último muy frecuente en pulseras y tobilleras en muchos hospitales de Estados Unidos).
CONCLUSIÓN
Con este pequeño resumen sobre el panorama actual de la identificación por radiofrecuencias, ponemos de manifiesto que no es sino cuestión de tiempo (a medio plazo, suponemos) el inevitable salto a la nueva forma de identificación electrónica que, en este caso, ya no tiene como finalidad exclusiva el control logístico sobre los objetos, sino también la existencia y el movimiento de animales, y las transacciones, migraciones e identificación de los propios hombres y mujeres a lo largo de todo el orbe planetario.
A quien quiera saber más sobre el asunto, le remito al libro del Apocalípsis, capítulo 13, donde se indica cual es la finalidad de dicho engendro.
Saludos cordiales. ANÓNIMO