Dr. Dwight Lundell
PreventDisease
jue, 08 mar 2012 20:58 CST
Nosotros, los médicos, con toda nuestra formación, los conocimientos y la autoridad que uno va adquiriendo, tendemos a aumentar nuestro ego y difícilmente admitimos que nos hemos equivocado. Y sin embargo, tengo que confesar que me he equivocado. Como cirujano del corazón, con 25 años de experiencia, con más de 5000 cirugías realizadas de corazón abierto, hoy ha llegado el momento de reparar el daño mediante los hechos médicos y científicos.
La única terapia aceptada ha sido la de prescribir medicamentos para bajar el colesterol y una dieta muy restringida en grasas. Un menor consumo de grasas traería consigo una disminución en la cantidad de colesterol y se reducían las enfermedades coronarias. Cualquier desviación de estas recomendaciones se consideraba una herejía y daba lugar a la realización de malas prácticas médicas.
¡Pero no está funcionado!
Estas recomendaciones no son ni científicamente ni moralmente defendibles. El descubrimiento hace unos años de que es la inflamación en la pared arterial la causa real de la enfermedad cardíaca, es lo que poco a poco está dando lugar a un cambio de paradigma en la forma en que son tratadas las enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas.
Las recomendaciones dietéticas establecidas desde hace mucho tiempo han provocado epidemias de obesidad y de diabetes, consecuencias que empequeñecen cualquier otra plaga histórica en términos de mortalidad, sufrimiento humano y de graves consecuencias económicas.
A pesar de que el 25% de la población toma costosos medicamentos a base de estatinas, y a pesar del hecho de que hemos reducido la cantidad de grasa presente en nuestra dieta, cada vez mueren más personas por enfermedades que afectan al corazón.
Las estadísticas de la American Heart Association indican que 75 millones de estadounidenses sufren enfermedades cardíacas, que 20 millones padecen diabetes y 57 millones pre-diabetes. Estos trastornos afectan cada vez a personas más jóvenes, en mayor número cada año.
En pocas palabras, sin la inflamación corporal no es posible que se acumule el colesterol en las paredes de los vasos sanguíneos y se causen de este modo enfermedades cardíacas y apoplejías. Sin inflamación, el colesterol se mueve libremente por todo el cuerpo; es la inflamación lo que hace que el colesterol quede atrapado.
La inflamación no es un proceso complejo, se trata simplemente de una reacción natural del cuerpo ante invasores extraños, tales como bacterias, toxinas o virus. El ciclo inflamatorio es una forma de proteger al cuerpo ante invasores bacterianos y virales. Sin embargo, si se expone de forma crónica a nuestro organismo a toxinas o alimentos que el cuerpo humano no está preparado para procesar, se produce entonces una inflamación crónica. La inflamación crónica es tan dañina como beneficiosa una inflamación aguda.
¿Qué persona sensata se expondría de forma intencionada en repetidas ocasiones a alimentos u otras sustancias que sabe le causan daño corporal? Bueno, quizás los fumadores, pero al menos se trata de una decisión voluntaria.
El resto nos limitamos a seguir la dieta recomendada, baja en grasas y alta en grasas poliinsaturadas y carbohidratos, sin saber que estamos causando repetidas agresiones a nuestros vasos sanguíneos. Esta agresión repetida produce una inflamación crónica que conduce a la enfermedad cardíaca, a los accidentes cerebrovasculares, a la diabetes y la obesidad.
Permítanme que se lo repita: la lesión e inflamación de nuestros vasos sanguíneos está causada por una dieta baja en grasas, algo recomendado durante años por la medicina convencional.
¿Cuáles son los mayores culpables de la inflamación crónica? En pocas palabras, la sobrecarga de hidratos de carbono simples y alimentos muy procesados (azúcar, harina y todos los productos derivados) y un exceso de consumo de aceites vegetales con omega-6, tales como aceites de soja, maíz y girasol, que se encuentran presentes en muchos alimentos procesados.
Visualice lo siguiente: un cepillo duro que repetidamente se frota sobre la piel hasta que ésta enrojece y sangra, esto durante varias veces al día, así diariamente durante 5 años. Si se tolerase este cepillado, se produciría sangrado, hinchazón de la zona afectada, que cada vez sería peor a medida que repite la agresión. Esta es una buena forma de visualizar el proceso inflamatorio, y es lo que podría estar pasando en su cuerpo ahora mismo.
Independiente de dónde se produzca el proceso inflamatorio, bien interna o externamente, es lo mismo. He observado el interior de miles y miles de arterias. Una arteria enferma se ve como si alguien hubiese cogido un cepillo y lo hubiese frotado varias veces contra las paredes. Varias veces al día, todos los días, los alimentos que comemos producen pequeñas lesiones, sobre las que se producen otras, de modo que es la causa de que nuestro cuerpo responda de forma continua con inflamación.
A pesar de que resulta tentador saborear los dulces, nuestros cuerpos responden de forma alarmante, como si un invasor extraño nos declarase la guerra. Los alimentos están cargados de azúcar, carbohidratos simples, o procesados con omega-6, uno de los pilares de la dieta norteamericana durante varias décadas. Estos alimentos nos envenenan lentamente a todos.
Imagínese que rocía el teclado con miel; esto es una representación visual de lo que ocurre dentro de la célula. Cuando consumimos hidratos de carbono simples, tales como el azúcar, los niveles de azúcar en la sangre se elevan rápidamente. Como respuesta, el páncreas segrega insulina, cuya misión principal es que el azúcar llegue a todas las células donde se almacena la energía. Pero si la célula está llena, si no necesita más glucosa, se rechaza el exceso para evitar una disfunción de los procesos que se llevan a cabo en su interior.
Cuando las células rechazan el exceso de glucosa, se elevan los niveles de azúcar en sangre, aumentando la producción de insulina, y se almacena en forma de grasa.
¿Qué tiene que ver todo esto con la inflamación? La cantidad de azúcar en sangre se controla entre unos valores máximos y mínimos muy estrechos. Las moléculas de azúcar se unen a una amplia variedad de proteínas, que lesionan las paredes de los vasos sanguíneos. Esta lesión repetida de las paredes de los vasos sanguíneos desencadena la inflamación. Cuando sube el nivel de azúcar en sangre varias veces al día, todos los días, es como frotar con papel de lija el delicado interior de los vasos sanguíneos.
Si bien no puede observarlo, puede estar seguro de que ocurre así. Lo he visto en más de 5000 pacientes sometidos a cirugía durante los 25 años que llevo ejerciendo. Todos ellos tenían un denominador común: la inflamación de las arterias.
Volvamos al asunto de los dulces. Bajo su inocente aspecto, no sólo contienen azúcar, sino que también estás elaborados con ácidos grasos omega-6, tales como los provenientes de la soja. Las patatas fritas se fríen con aceite de soja, muchos alimentos procesados se fabrican con ácidos grasos omega-6, para que así tengan más larga duración. Mientras que las grasas omega-6 son esenciales al formar parte de la membrana celular, y así controlar lo que entra y sale de la célula, deben estar en un equilibrio adecuado con los omega-3.
Si este equilibrio se rompe por el consumo excesivo de ácidos grasos omega-6, la membrana de la célula produce unas sustancias químicas denominadas citoquinas, que causan directamente inflamación.
Hoy en día, la dieta suele producir un desequilibrio muy grande entre estos dos tipos de ácidos grasos. La relación de desequilibrio puede estar en torno de 15:1, o incluso de 30:1 en favor de los ácidos grasos omega-6. Esto produce una enorme cantidad de citoquinas que causan la inflamación. Lo ideal sería una proporción de 3:1 para que fuese saludable.
Para empeorar aún más las cosas, el sobrepeso produce una sobrecarga de células grasas que vierten grandes cantidades de productos químicos pro-inflamatorios, lo que se suma a las lesiones causadas por los altos niveles de azúcar en sangre. El proceso que comenzó consumiendo productos dulces se convierte en un círculo vicioso que con el tiempo genera una enfermedad cardíaca, elevada presión arterial, diabetes, y por último, Alzheimer, si el proceso inflamatorio no disminuye.
No se puede olvidar el hecho de que cuanto más se consumen alimentos procesados, más se dispara la inflamación, un poco cada día. El cuerpo humano no puede procesar, ni fue diseñado para consumir, los alimentos envasados con azúcar y preparados con ácidos grasos omega-6.
No hay otra solución para disminuir la inflamación que consumir los alimentos lo más cercano posible a su estado natural. Para reconstruir un músculo, se consumen más proteínas. Elija carbohidratos complejos, tales como los presentes en frutas y verduras. Reduzca o elimine el consumo de los ácidos grasos omega-6, tales como el aceite de maíz y soja, y los alimentos procesados que se han elaborado con estos aceites.
Una cucharada de aceite de maíz contiene 7,280 mg de ácidos grasos omega-6; la soja 6,949 mg. En su lugar, utilice aceite de oliva o mantequilla, procedente de animales alimentados con pasto.
Las grasas animales contienen menos del 20% de omega-6 y son mucho menos propensas a producir inflamación que los aceites poliinsaturados, de los que se dicen que son supuestamente saludables. No es cierto que las grasas saturadas produzcan enfermedades cardíacas. Tampoco aumentan en exceso los niveles de colesterol en la sangre. Ahora sabemos que el colesterol no es la causa de la enfermedad cardíaca, así que la preocupación por las grasas saturadas resulta absurda hoy en día.
La teoría del colesterol llevó a recomendar alimentos sin grasa, con pocas calorías, lo que trajo consigo el consumo de otros alimentos que han causado esta epidemia de inflamaciones. La medicina convencional cometió un tremendo error cuando aconsejó a la gente que evitara las grasas saturadas en favor de los alimentos ricos en ácidos grasos omega-6. Ahora tenemos una epidemia de inflamación de las arterias, que conduce a enfermedad cardíaca y otras muertes silenciosas.
Lo que usted puede hacer es consumir alimentos integrales, de los que su abuela sabía, y no esta moda de consumir tantos alimentos procesados. Eliminando los alimentos que producen inflamación y añadiendo los nutrientes esenciales presentes en los alimentos frescos no elaborados, se revertiría los daños en las arterias y en todo su cuerpo.
El Dr. Dwight Lundell es jefe del Servicio de Cirugía Coronaria en el hospital Banner Heart Hospital , Mesa , AZ. Recientemente dejó la cirugía para centrarse en el tratamiento nutricional de las enfermedades cardíacas. Es el fundador de Healthy Humans Foundation, que promueve la salud humana mediante un enfoque que ayude a las Corporaciones a promover la salud. Es también autor de "The Cure for Heart Disease and The Great Cholesterol Lie."
Traducido al castellano por Noticias de Abajo
La estafa del colesterol para el negocio de las estatinas
Dr. Dwight C. Lundell
Durante 25 años fui cirujano de tórax , he dedicado mi vida a tratar con pasión las enfermedades del corazón, proporcioné una segunda oportunidad de vida a miles de pacientes.
Hace unos años tomé la decisión más difícil de mi carrera de medicina. Salí de la cirugía que me encantaba para tener la libertad necesaria para decir la verdad sobre las enfermedades del corazón, la inflamación, los medicamentos con estatinas y los métodos actuales de tratamiento de las enfermedades del corazón.
Fue un momento emocionante para ser un joven cirujano cardíaco en los años ochenta. Una nueva técnica quirúrgica, el bypass coronario, era el único tratamiento efectivo practicado a personas que sufrían de enfermedad arterial coronaria grave. Nuestra capacidad de salvar vidas aumentó y el riesgo de la cirugía disminuyó con las técnicas y la tecnología mejoradas.
Pacientes desesperadamente enfermos podían ser restaurados y rehabilitados con un riesgo relativamente bajo, fue un reto apasionante. Durante mi carrera como cirujano realicé más de 5000 operaciones de bypass coronario.
El consenso en ese momento era que los niveles elevados de colesterol en sangre causaba un depósito gradual de colesterol en el canal de los vasos sanguíneos. Teníamos dos opciones obvias de tratamiento, reducir los niveles de colesterol en sangre o hacer una operación para desviar la sangre alrededor de la placa acumulada en las arterias y así restablecer el flujo sanguíneo y la función del músculo cardíaco.
Además de observar formas más efectivas de bajar el colesterol en la sangre, había relativamente poca investigación en cuanto a lo que estaba causando la placa. La comunidad médica se había asentado en la idea tan simple de controlar las grasas saturadas y colesterol.
Los medicamentos de estatinas, los que su médico insiste en que usted tome si tiene el colesterol ligeramente elevado, y Bernie Madoff (el ahora infame estafador financiero) han dejado a su paso a muchas víctimas inocentes, y muchos partidarios sinceros pero engañados. Ambos son grandes fraudes cometidos contra los incautos.
Madoff estafó a la gente durante 30 años alrededor de $ 50 mil millones. Las estatinas tienen un mercado mundial de más de $ 30 mil millones al año y llevan muchos años. Además, las pruebas y el tratamiento del colesterol alto dan alrededor de $ 100 mil millones al año con ningún beneficio notable a las víctimas, me refiero a los pacientes.
No estoy seguro de si el Sr. Madoff tenía la intención de estafar cuando comenzó, pero leyendo los informes parece que las cosas se salieron de control y tuvo que seguir para contar una historia falsa con el fin de mantener el flujo de dinero en sus arcas para apoyar así su estilo de vida lujoso y el de sus partidarios, y perpetuar el fraude.
No estoy seguro de que los fabricantes de estatinas tuvieran la intención de estafar en un principio, pero tampoco estaban por la labor de renunciar a un mercado de $ 30 mil millones anuales. Hay muchos médicos sinceros, bien intencionados y profundamente convencidos que seguirán apoyando la teoría de que el colesterol dietético y las grasas saturadas provocan infartos.
Ellos siguen creyendo que los medicamentos para bajar el colesterol tienen éxito en tratar y prevenir las enfermedades del corazón, a pesar del hecho de que un estudio publicado en The American Heart Journal (enero de 2009), con un análisis de 137.000 pacientes ingresados en hospitales en los Estados Unidos con un ataque al corazón demostró que casi el 75% tenía niveles "normales" de colesterol.
Este hecho continuó molestándome durante mi carrera quirúrgica. La idea de que una sustancia normal, es decir, el colesterol, podría causar enfermedades del corazón resonaba en mi cabeza. Podía ver a los pacientes al volver para una segunda operación de bypass coronario pocos años después de su primera operación, aunque tenían niveles normales de colesterol durante todo el tiempo. En la sala de operaciones había hecho la observación de que parecía que estaba pasando algo por alto en relación a la inflamación alrededor de las arterias coronarias.
A través de un marketing brillante y masivo los fabricantes de estatinas se las ingeniaron para influir en la ciencia y controlar la política para que la prescripción de estatinas fuese convertida en el estándar del cuidado. Cualquiera que cuestione o no esté de acuerdo con estas políticas será etiquetado como hereje, ignorado y ridiculizado.
La Administración de Alimentos y Medicinas americana (FDA) , el Programa de Educación Nacional del Colesterol, la Asociación Americana del Corazón y muchos centros académicos están dirigidos e influenciados por los médicos que reciben beneficio directo o indirecto de los fabricantes de medicamentos de estatinas.
Su influencia es tan penetrante que recientemente la FDA aprobó el Crestor ®, una estatina, para el tratamiento de pacientes con colesterol normal. Algunos de estos académicos han llamado a niños para tratarlos con estatinas. El marketing ha triunfado realmente sobre la medicina.
El tratamiento o el intento de prevenir la enfermedad cardíaca con estatinas es peligroso y fraudulento, por dos razones:
1.) Graves, mortales y discapacitantes efectos secundarios que son en gran parte ignorados por la profesión médica y silenciados por los fabricantes de estatinas. Estos efectos secundarios han sido brillantemente documentados por el Dr. Duane Graveline y otros médicos valientes que se atreven a hablar en contra de la religión oficial del colesterol y las grasas saturadas.
2.) Como continúan centrándose en este tratamiento ineficaz se desvía la atención y no se puede comprender y controlar las enfermedades del corazón, y da a los pacientes una falsa sensación de seguridad que les impide realizar los cambios de estilo de vida que verdaderamente podrían prevenir y revertir las enfermedades del corazón.
Tenga en cuenta también lo siguiente:
1.) No se ha demostrado que las estatinas puedan ayudar a ninguna mujer de cualquier edad!
2.) No se ha demostrado que las estatinas puedan ayudar a ninguna persona mayor de 65 años!
3.) El único grupo de pacientes que podría, y hago hincapié en "podría" obtener algún beneficio, son hombres de mediana edad que han tenido un ataque cardíaco previo.
Es increíble ver toda la literatura médica que está controlada por los fabricantes de estatinas y los consultorios médicos entregados a los jóvenes representantes entusiastas de las drogas que pretenden demostrar que las estatinas son beneficiosas.
La mejor manipulación estadística muestra que hay que tratar al menos a 10 personas durante varios años para que 1 persona tenga un posible beneficio. Apuesto a que cuando el médico les recomendó tomar las estatinas no se les dijo que bajo el sesgo estadístico los datos más favorables dan tan sólo 1 posibilidad entre 10 de beneficio.
El muy publicitado estudio JUPITER que llevó a la FDA a la aprobación de Crestor ® para las personas con niveles normales de colesterol, mostró que el tratamiento de 100 personas durante 3 años con Crestor ® "podría" haber evitado 1 ataque al corazón.
Sin embargo, se concedió la homologación y millones de personas estuvieron expuestas a los riesgos de las estatinas sin beneficio posible, salvo para el fabricante de Crestor ®. ¿Cree usted que este es un proceso limpio, puro y libre de influencias indebidas?
Tome un justo punto de referencia, si yo había tratado a 100 personas con un antibiótico adecuado para una infección, 99 eran curadas. Es por eso que yo llamo al tratamiento con estatinas una estafa que es más grande y más perjudicial que cualquier cosa de la que podría deshacerse Bernie Madoff, al menos así sus víctimas solo perderían dinero, no su salud.
A pesar de ser Jefe de Gabinete y Jefe de Cirugía en un gran hospital de especialidades del corazón me di cuenta de que no podía cambiar la medicina por mucho que sermonease y declarase, no importaba cuánta evidencia científica reunía sobre que el colesterol no era un problema y que el tratamiento del colesterol con medicamentos era contraproducente.
Así que tomé esa decisión difícil y dejé mi práctica quirúrgica exitosa con el fin de tener la libertad de hablar, escribir y enseñar la verdad sobre las enfermedades del corazón. Yo escribí el libro La cura de enfermedades del corazón, que explica que la verdadera causa de la enfermedad cardíaca es la inflamación de bajo grado. Porque sin inflamación el colesterol nunca se acumula en la pared de los vasos sanguíneos y causan la placa con su consecuencia final de un ataque al corazón y muerte.
Dr. Dwight C. Lundell
Enero de 2011
Dr. Lundell's experience in Cardiovascular & Thoracic Surgery over the last 25 years includes certification by the American Board of Surgery, the American Board of Thoracic Surgery, and the Society of Thoracic Surgeons.
Dr. Lundell was a pioneer in off-pump coronary artery bypass or "beating heart" surgery reducing surgical complications and recovery times.
He has served as Chief resident at the University of Arizona and Yale University Hospitals and later served as Chief of Staff and Chief of Surgery.
He was one of the founding partners of the Lutheran Heart Hospital which became the second largest Heart hospital in the U.S.