La medicina nativa americana engloba las esferas de los visible y lo invisible. Nos enseña a alcanzar armonía y conexión con la Naturaleza. La Rueda de la Medicina nos permite comprender los ciclos de la vida. Es un círculo espiritual que reside en el interior del ser y se expande hacia el exterior. Es nacimiento, muerte y renacer. Es el mandala de una rueda de la medicina más grande, la del universo, en la que cada criatura tiene su lugar apropiado. Comprende nuestro cuerpo y nuestra mente, nuestro espíritu y nuestro corazón. Es un círculo mágico que abarca toda nuestra vida.
Los nativos ya tenían conocimiento de la rueda de la medicina. Respetaban este concepto y lo utilizaban en su vida cotidiana. Muchas de sus casas tenían forma circular. Esta forma geométrica se convirtió en motivo central de los rituales y ceremonias indias, en los cuales las reuniones de consejeros, se agrupaban formando un círculo en el que todos estaban incluidos y en el que todos tenían el mismo derecho a hablar. La música se hacía con un tambor en forma circular y también se danzaba en círculos.
Curación con los puntos cardinales.
Un círculo no tiene principio ni fin. Fue concebido como una manifestación externa para comprender la vida interior. Los cuadrantes de la rueda representan los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos. Cada cuadrante tiene asignadas distintas cualidades. En términos psicológicos, cada cuadrante de la rueda de la medicina representa un aspecto específico de la personalidad individual. Esta idea también proviene del campo de la psicología, en donde se sostiene la idea de que la personalidad presenta cuatro aspectos fundamentales.
Los puntos cardinales también se asocian con los cuatro elementos (Agua, Fuego, Aire y Tierra), así como con diversos colores, plantas y animales. Cada punto tiene su propio poder y representa un aspecto determinado de nosotros mismos. A continuación mostraremos con qué elementos y cualidades espirituales se asocian los cuatro puntos cardinales.
Al Este, la libertad.
Este punto cardinal se asocia con el elemento aire. Representa los ideales elevados, los nuevos comienzos y la elevación espiritual. Nos permite tener una visión panorámica de la vida. Representa la parte universal de cada uno. Es iluminación e integración, libertad y movimiento. En este punto nos elevamos y nos expandimos. Representa el poder de la mente. Se asocia con el elemento Aire.
“¡Oh!, Gran Espíritu del Este, radiación del sol naciente,
espíritu de los nuevos comienzos, ¡Oh!, Abuelo Fuego,
gran fuerza nuclear, del sol,
el poder de la energía de vida, chispa vital,
el poder de ver a lo lejos y de imaginar con valentía,
el poder de purificar nuestros sentidos,
nuestros corazones y nuestras mentes”.
“Oramos para alinearnos contigo,
para que tus poderes puedan fluir a través
de nosotros y sean expresados por nosotros
por el bien del planeta Tierra,
y de todas las criaturas que lo habitan”.
Al Sur, los sentimientos.
El poder medicinal del Sur está centrado en los sentimientos y la emociones. Es intuición, conexión íntima con la espiritualidad. Simboliza los sueños sagrados,las impresiones psíquicas y el conocimiento interior. Este punto cardinal nos permite relajarnos y curarnos através de las emociones. Se asocia con el elemento Agua.
¡Oh¡, Gran Espíritu del Sur, protector de la tierra fructífera,
de todo lo verde que crece,
los nobles árboles y hierbas,
Abuela Tierra, alma de la naturaleza,
El gran poder de lo receptivo,
de la nutrición y la persistencia,
el poder de crecer y producir,
flores del campo, frutos del jardín”.
“Oramos para alinearnos contigo,
para que tus poderes puedan fluir a través de nosotros
y sean expresados por nosotros
por el bien de este planeta Tierra,
y de todas las criaturas que lo habitan.”
Al Oeste, la transformación.
Este punto cardinal representa la alquimia que se produce cuando se desecha lo viejo y se abraza lo nuevo. Simboliza la transformación de los cánones y las constumbres antiguas. Es purificación y renovación.
es energía pura, luz y transmutación. Representa el poder del espíritu. Se asocia con el elemento Fuego.
“¡Oh¡, Gran Espíritu del Oeste, de las grandes aguas
de la lluvia, de los ríos, lagos y manantiales.
¡Oh¡, Abuela Océano, honda matriz, útero de toda la vida
el poder de disolver los límites,
de liberar las ataduras, el poder de saborear y sentir,
de limpiar y sanar, gran oscuridad bendita de la paz”.
“ Oramos para alinearnos contigo,
para que tus poderes puedan fluir a través
de nosotros y sean expresados por nosotros
por el bien de este planeta.
Y de todas las criaturas que lo habitan.
Al Norte, la sabiduría.
Este punto cardinal simboliza el arraigo y la conclusión. Nos permite adquirir un profundo conocimiento interior y nos permite sobreponernos a los momentos de adversidad. Es salud y alimento. Representa la fertilidad, la abundancia y la estabilidad. Encarna el poder de lo físico. Se asociacon el elemento Tierra.
Al Gran Espíritu del Norte:
“¡Oh! , Gran espíritu del Norte,
invisible espíritu del aire,
y de los frescos y fríos vientos.
¡Oh!, vasto e ilimitado Abuelo Cielo,
Tu aliento vivo anima a toda la vida.
Tuyo es el poder de la claridad y de la fuerza,
El poder de oír los sonidos internos,
De barrer los viejos modelos,
y de traer el cambio y el desafío,
el éxtasis del movimiento y la danza”.
“Oramos para alinearnos contigo
para que tu poder fluya a través de nosotros,
y sea expresado por nosotros por el bien de este planeta,
y de todas las criaturas que lo habitan”.
Cómo elaborar una rueda curativa:
Debe recoger 24 piedras que tengan un significado especial para usted. Elíjalas en un lugar natural.
A continuación, en su casa, determine el sitio donde va a armar su rueda. En el punto que más atraiga su atención, dibuje una circunferencia lo suficientemente grande como para que pueda caminar por el interior. Marque el centro clavando una estaca o cuchillo.
De entre sus 24 piedras, elija las cuatro que más llamen su atención. Esas corresponderán a los puntos cardinales. Colóquelas en torno al círculo, en correspondencia con los puntos cardinales, dejándo un espacio equivalente entre cada piedra.
A continuación, coloque cuatro piedras pequeñas entre cada punto cardinal, siguiendo el trazado de la circunferencia. Las piedras menores configuran el sendero que enlaza entre sí los distintos elementos.
De ese modo, le quedará un círculo con veinte piedras (4 para los puntos cardinales y 16 de conexión). A continuación disponga las cuatro piedras que le sobran en el centro del círculo, una para cada punto cardinal, formando un pequeñó círculo interior dentro del más amplio. El círculo interior constituye la parte más sagrada de la rueda. Es la dedicada al gran espíritu.
Fuente:elcamino.iespana.es
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