by shedsenn
Todos hemos escuchado cuentos desde niños de la gente que puede comunicarse teniendo visiones, de los que se comunican con los espíritus, de los que tienen habilidades que la vasta mayoría no tiene. Incluso aquí en el monasterio contamos con dos compañeras que tienen habilidades similares. Al clarividente se le conoce como aquel que tiene el arte de “ver” con los sentidos, más allá de los cinco tradicionales. A la clarividencia se le llama a veces el sexto sentido. Esta relacionado a las imágenes que siempre están presentes en la mente pero no conectada a ellas. Los que cuentan con tal habilidad expresan que ven con lo que se llama “el tercer ojo”. He indagado mucho en este mundo para encontrarme con unas teorías bastante interesantes.
Algunas personas en el mundo de habilidades síquicas, hablan de cómo la glándula pineal es ese tercer ojo. La glándula pineal, localizada aproximadamente en el centro de la cabeza, es del tamaño de un garbanzo, pero según ellos antes era del tamaño de una bola de ping pong. Según cuentan, la glándula tiene una apertura, con un lente para distinguir luz, es hueco y tiene receptores para distinguir colores y tiene una visión de 90 grados. Para único donde no puede mirar es hacia abajo. Dicen que dentro se encuentran todas las geometrías y entendimientos de cómo la realidad fue creada, en todos nosotros, grabado pero en nuestra caída lo olvidamos y sin nuestras memorias comenzamos a respirar diferente. Ahí me pregunté, que rayos tenía que ver la respiración en todo esto.
Resulta que según explican, la energía pránica, véase la energía de la vida, circulaba por el centro de la glándula pineal. Entonces al dejar de usar esta, el prana, véase la energía vital del universo según el hinduismo, dejó de pasar por la glándula y así circular por todo nuestro sistema, y empezamos a respirar por la nariz y la boca. Al nuestra energía vital no pasar por el tercer ojo, dejamos de ver las cosas como eran y lo que se nos presenta ahora es una realidad alterna, ó quizás mejor dicho una interpretación diferente, la cual se le conoce como conciencia polarizada. Los resultados de esta nos hacen pensar que estamos dentro de un cuerpo mirando hacia fuera, de alguna manera separada de lo que hay afuera.
Sin embargo la humanidad esta evolucionando a una frecuencia donde la clarividencia será parte del día a día. Para algunos esto es un regalo que viene natural, especialmente con los niños. Para otros es un viaje. Se requiere de una experiencia cerca de la muerte, encuentro con otro ser, fiebre alta, accidente serio, golpe a la cabeza o la apertura de energías kundalini, véase otra forma de conocer el prana.
Después de leer todo esto y aun reacio a adoptarlo por completo, me decidí a investigar un poco más sobre esta glándula pineal y lo que me encontré fue asombroso. Resulta que por siglos, esta ha sido estudiada y caracterizada por ser tema de debates sobre su propósito. La primera visión fue de Galen, famoso médico y filósofo griego (130-210AD), y en su octavo libro titulado “On the usefulness of the parts of the body” la describió como otra glándula más que servía para apoyar los vasos sanguíneos.
En el siglo cuarto, Posidonius de Byzantium (final del siglo IV AD), teorizó que la imaginación se debe a la parte del cerebro, localizada en el ventrículo del medio. Muchas más personas teorizaron al respecto, pero fue René Descartes (1596-1650), famoso filósofo y matemático, quien en su libro “Treatise of man”, no describió al hombre, sino una especie conceptual del hombre, una criatura creada por Dios, que consistía de dos ingredientes, un cuerpo y un alma.
En su teoría, la glándula pineal formaba parte importante ya que envolvía las sensaciones, imaginación, memoria y la causa de movimientos corporales. Además, aun cuando sus teorías sobre el cuerpo diferían de lo que los médicos contemporáneos escribían, Descartes expresó que el rol de la glándula pineal, en adición de lo ya mencionado, era el de albergar, espíritus de animales que brindaban poder a una persona y llegaban allí a través de las arterias (cosa que se probó no era totalmente cierto pues la glándula esta cubierta de venas y no arterias). Descartes explicaba la percepción de la siguiente manera:
“los nervios son tubos huecos, llenos de espíritus de animales. Además contienen pequeñas fibras que llegan de un lado a otro. Estas fibras conectan los órganos sensoriales con pequeñas válvulas en las paredes del ventrículo del cerebro. Cuando estos órganos son estimulados, partes de ellos son puestos en movimiento. Estas partes entonces jalan de las fibras, que resulta en el que se abran las válvulas, algunos espíritus de animales en los ventrículos cerebrales escapan, y una imagen de baja presión del estímulo sensorial aparece en la superficie de la glándula pineal. Es esta imagen, que entonces causa percepción sensorial de blanco, cosquillas, dolor, etc. Pero no se imprime en los órganos sensoriales externos, ni en la superficie interna del cerebro, cuales se deben tomar como ideas reales, de aquellas que se pueden trazar como espíritus en la superficie de la glándula H (donde se encuentra la imaginación y el sentido común).
De ahí podemos ir al día de hoy, donde se conoce que la glándula pineal tiene cuatro funciones principales empezando por causar sensación de sueño, convertir señales del sistema nervioso en señales endocrinales, regular las funciones endocrinales y secretar la hormona melatonina, hormona que ayuda a regular el proceso de pubertad y ayuda a proteger al cuerpo de daño a células causado por libres radicales. Al parecer tiene un par de tareas más que en la antigüedad ni se imaginaban aun.
Después de leer todo esto y ver como las personas de habilidades ven la glándula y como la ciencia la ha visto hoy día me quedé con muchas dudas pues son muchos temas que recientemente he leído y todos mezclados en una parte del cuerpo tan pequeña como un garbanzo. La mención de los animales de poder y como fluyen por el cuerpo, hablado por un filósofo y matemático importante de nuestra historia, se habla de la habilidad de ver más allá de lo que vemos y se habla de cómo hemos perdido la capacidad de ver y como se supone vayamos dirigidos a evolucionar a un mundo de clarividencia, pero no sucede. Son pocos los casos y muchos los incrédulos porque no ven.
Entonces la pregunta que me hizo continuar investigando fue preguntarme “¿Por qué la mayoría de la gente no puede ver? Aunque no encontré una respuesta clara y la cual pueda respaldar 100%, si tengo una teoría algo interesante.
Luego de verificar algunos sites de medicina y estudios de genética, me tope con algo de lo cual la industria de medicinas ni los médicos hablan mucho. Quizás porque para ellos no tiene mucha importancia, quizás porque no quieren que se sepa. Resulta que hasta antes del 1990 no se había hecho estudios prolongados en la glándula pineal, entonces la Dra. Jennifer Luke, de la universidad de Surrey en Inglaterra, llegó al meticuloso descubrimiento de que la glándula pineal es el blanco principal de la acumulación corporal de fluoruro.
El tejido suave de una glándula adulta, contiene más fluoruro que cualquier otro tejido en el cuerpo, a un nivel de cerca de 300ppm, con la capacidad de inhabilitar enzimas. La glándula también contiene tejido duro (cristales de hyroxyapatite) y este tejido acumula más fluoruro aun, con un máximo de casi 21,000ppm más aun que los dientes o los huesos.
Luego de este descubrimiento, Dr. Luke se dedicó a experimentar en animales para determinar si la acumulación del fluoruro podía impactar el funcionamiento de la glándula, principalmente de la regulación de melatonina. El resultado fue que los animales tratados con fluoruro reflejaban niveles reducidos de melatonina en la orina. Esto acompañado de una más rápida pubertad, acelerando el proceso de crecimiento en el animal.
Sus hallazgos fueron resumidos de la siguiente manera:
“En conclusión, la glándula pineal humana contiene la mayor concentración de fluoruro en el cuerpo. El fluoruro esta asociado con la depresión de la síntesis de melatonina pineal en gerbils prepubertos y en un acelerado proceso de maduración sexual en los gerbils femeninos. Los resultados fortalecen la hipótesis de que la glándula pineal tiene un rol en la duración de la pubertad. Interfiera o no el fluoruro en las funciones pineales requerirá más investigaciones para llegar a una conclusión concreta.”
Sin lugar a duda este escrito me ha dejado con más preguntas que con contestaciones. Pero no intentaré contestar más ninguna ahora mismo. Por ahora reflexionaré sobre lo que he encontrado y en las conecciones de todas estas válvulas que la vida quiere que reconectemos y siempre nos encontramos con algo que nos dificulta el conectarnos directamente cuerpo mente y alma. Sea por nuestra propia arrogancia y duda razonable ó por factores foráneos cuyo propósito es mantenernos idiotas.
Fuente: El monasterio
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