Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación biológica
"Cada órgano dañado responde a un sentimiento"
53 años. Nací en Arcachon y vivo en la Provenza. Casado, tres hijos. Licenciado en Enfermería. Me interesa la relación de persona a persona. Mi religión es vivir el momento presente y como Jung creo que la enfermedad es el esfuerzo de la naturaleza por curar el cuerpo.
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
  Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe que  pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de  manera muy di#7;ferente.
 Bueno, cada uno es cada cual...
  Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una  metáfora de las necesidades físicas y emocionales de nuestro cuerpo.  Cuando no hay una solución exterior a esa necesidad, hay una solución  interior.
 ¿Eso es para usted la enfermedad?
  Sí, una solución de adaptación. Cada órgano del cuerpo  quiere satisfacer su propia función, es decir, atrapar oxígeno,  alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el exterior hay guerra y  no lo consigue en un plazo razonable, se produce un shock.
 ¿Nace el conflicto?
  Sí, el inconsciente inventa una vía suplementaria de  supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de  solución inconsciente e involuntaria a ese shock vivido. En ese caso, el  miedo a morir de inanición atacaría el hígado.
 Póngame otro ejemplo.
  Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un  nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo  del cuerpo, eso la hará más rápida.
 Pero tener prisa es psicológico.
  Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los  captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que  pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.
 ¿Y provoca un síntoma?
  Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De manera  que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener  acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.
 Dígame.
  El cerebro no distingue entre lo real o lo imaginario. Un  trozo de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca  provocan la misma salivación. En función del sentimiento particular, el  shock afecta a una zona precisa del cerebro, visible por el escáner, a  un órgano y a una realidad energética.
 ¿Realidad energética?
  Somos una unidad compuesta de cuatro realidades  inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una  sola célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no  escapa al control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera  que ni una célula del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock siempre va  acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro  niveles biológicos.
 ¿Y es irreversible?
  Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles sanan  simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde  cuándo?", le pregunté. "La primera vez estabas sola con mis hijos" "Si  estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?" "Mi marido que nunca  está, yo necesito estar arropada". Cuando lo reconoció, el dolor  desapareció.
 A lo largo de un día no satisfacemos todas nuestras necesidades fundamentales.
 Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa emoción se  libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la palabra,  el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está  expresado, queda impreso y el cuerpo será el último teatro de ese  evento.
 ¿Todo conflicto provoca enfermedad?
  No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en  soledad y sin solución. Cuando se dan estos cuatro criterios, el trauma  se manifestará a través de la biología.
 ¿Distintas emociones corresponden a distintos órganos del cuerpo?
  Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis responde a  conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la vejiga  corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras,  problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con  los hijos y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y  hombro derechos corresponden para las diestras a problemas con la pareja  y viceversa.
 ¿Estómago e intestino?
  No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se  tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un  conflicto asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de  identidad: "No me respetan y me dejan de lado". Los riñones es la  pérdida de puntos de referencia. Los huesos: grave conflicto de  desvalorización...
 ¿Lo adecuado para estar sano?
  Revalorizar las emociones, ser consciente de las emociones y  expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho tiempo  en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un  malestar compartido disminuye a la mitad, continúa compartiéndolo y  acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica por dos.
 La ira y la violencia se expresan a sus anchas.
  Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la  descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la  emoción auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de  superficie, no hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es  miedo", su miedo disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno  mismo.
 Emociones
 Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción  biológica de supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente  incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado corresponde a un  sentimiento preciso y tiene una relación directa con las emociones y los  pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó nuevos  protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y  una nueva forma de terapia breve que busca en las emociones el origen y  la solución a las enfermedades. Tiene publicados 17 libros sobre la  descodificación biológica, cuatro de ellos traducidos al español. El cuerpo como herramienta de curación (Obelisco) ha vendido tres ediciones
  
 
