¿Tienes  llagas en la boca con frecuencia? ¿Tu piel está escamosa y reseca?  ¿Notas que tu cabello es frágil y no tiene brillo?
Estos y otros signos clínicos son de interés para el profesional sanitario que, a través de una completa exploración física de piel, mucosas, lengua, boca, dientes, pelo, uñas, extremidades o abdomen, puede conocer una posible deficiencia de vitaminas o minerales.
Estos y otros signos clínicos son de interés para el profesional sanitario que, a través de una completa exploración física de piel, mucosas, lengua, boca, dientes, pelo, uñas, extremidades o abdomen, puede conocer una posible deficiencia de vitaminas o minerales.
 Pero muchos síntomas de déficit de nutrientes se detectan cuando el estado carencial está muy avanzado. 
 la  posible deficiencia se ha de confirmar con indicadores bioquímicos, en  un análisis de sangre pertinente. Una vez confirmado el diagnóstico, el  tratamiento es sencillo y rápido. Consiste en hacer una revisión de la  dieta, identificar los fallos y hacer la selección de alimentos  concretos, cuyo consumo ayudará a superar la carencia. En la mayoría de  los casos, en pocas semanas se nota la mejoría.
Aunque  la falta de alguna vitamina se asocia con mal aspecto de la piel, el  cabello y las uñas, no siempre es así. La carencia de un mineral  esencial, el hierro, provoca anemia ferropénica, que se relaciona con palidez de la piel, aumento de la caída del pelo y uñas delgadas y planas.
Vitaminas para una piel sana
Una  piel seca (xerosis) y escamosa denota poca hidratación y algo más.  Necesita los nutrientes que alimentan a las células epiteliales para su  correcta renovación y regeneración. Las vitaminas A, C y K nutren la  piel, por lo que su carencia se refleja en esta parte externa del  cuerpo. Aunque la falta de vitamina K no es nada frecuente, la equimosis  o hematomas que aparecen debajo de la piel o las pequeñas manchas rojas  (petequias) pueden ser signo de tal deficiencia.
 El brillo y la elasticidad de la piel lo proporcionan los ácidos grasos esenciales que, a su vez y junto con vitaminas, pueden ser los que falten para ayudar a tratar o a mejorar los eccemas, la psoriasis y el acné.
Las hortalizas y frutas de otoño e invierno de color naranja, como zanahorias, calabaza, boniatos y  cítricos (naranjas, mandarinas, pomelo), proveen las dos vitaminas más  necesarias, la A y la C. Además, todas las recetas deberían estar  aderezadas con aceite de oliva virgen extra como  fuente indiscutible de ácidos grasos esenciales. Añadir frutos secos a  los platos o tomar un puñado entre horas es una contribución adecuada en  grasas buenas para el organismo.
Cabello y uñas bien alimentadas
La  fragilidad puede deberse a falta de energía y proteínas, bien porque se  sigue una dieta insuficiente para las necesidades individuales o porque  se tiene una enfermedad inflamatoria intestinal que afecta a la  absorción y aprovechamiento de los nutrientes. 
A  su vez, un aporte insuficiente y mantenido de calcio, zinc, yodo,  hierro, vitamina A y C, y algunas vitaminas del grupo B se traduce en  cabello y uñas frágiles, quebradizas y sin brillo. 
Si  además las uñas se aprecian delgadas y pierden su forma convexa o se  ven planas, significa que falta hierro. Apostar por la alimentación como  primera elección para tratar el problema es una elección sabia y  segura.
Puede  ser necesario corregir la falta de proteína animal de calidad y  alternar en la dieta la presencia de pollo, pescados y huevo, al menos,  una vez al día. 
Los  alimentos ricos en vitamina C sirven para la recuperación del aspecto  de cabellos y uñas por la propia función de la vitamina y porque ayudan a  una mayor absorción del hierro, un nutriente que en estas situaciones  puede estar comprometido.
Vitaminas que nutren las mucosas
Las lesiones en la boca pueden deberse a un déficit de vitamina B2 y la inflamación de la lengua, de B2, B3 y B6.
Las  vitaminas del grupo B hacen la mayor labor en la correcta nutrición y  buen estado de las mucosas, tanto de las que se ven (boca, labios y  lengua) como de las que no (mucosa del esófago, estómago e intestinos).
 Las  lesiones en la boca, las grietas o la inflamación de los labios son  características que hacen sospechar de un déficit de riboflavina o vitamina B2. 
La  estomatitis angular, que provoca fisuras o grietas en los ángulos de la  boca, o la queilosis, que cursa con fisuras dolorosas en los labios  superior e inferior, son síntomas que pueden responder a la falta de  esta vitamina.
La  glositis o inflamación de la lengua es otra condición de carencia, pero  no solo de vitamina B2, sino también de niacina o vitamina B3, y de  piridoxina o vitamina B6. La falta de esta última puede provocar fisuras linguales, molestas y dolorosas. 
El  complejo B está disperso en variedad de alimentos, si bien los frutos  secos, los cereales integrales y las legumbres son los tres alimentos  que no pueden faltar en la dieta para obtener el mayor rendimiento  vitamínico de la naturaleza.
TRADUCIR LOS ALIMENTOS EN APETITOSAS RECETAS
En  la elaboración de recetas propias para esta temporada de otoño e  invierno se ha de contar con la presencia indiscutible de los alimentos  naturales de la temporada que, a su vez, supone concentrar las vitaminas  necesarias para conseguir el buen estado de mucosas, piel, cabello y  uñas. Como recetas ricas en vitamina A y C, entre las miles de recetas  idóneas que componen nuestra dieta mediterranea hemos seleccionado:
la crema de calabaza y zanahoria, arroz integral con calabaza, puerros y mejillones, zanahoria en ensalada con cebolleta y pimientos o, de postre, mezclada con manzana en compota, una receta que también sirve como acompañamiento de una carne a la plancha o al horno. 
Un zumo de naranja con zanahoria para comenzar el día con vitalidad, boniato salteado con setas o en forma de crema
Ejemplo  de platos ricos en proteínas y hierro son todos los compuestos por  marisco de concha, como berberechos (los más ricos en hierro), almejas,  chirlas, mejillones y bígaros. 
Resultan deliciosos:
 los mejillones servidos con salsa picante, escabechados, mejillones o almejas mezcladas con arroz.
 pasta como los tagliatelle con salmón y gambas, los espaguetis con mejillones o con almejas. 
Un plato muy nutritivo es el de almejas en salsa verde o en revuelto. Tanto unos como otros se pueden añadir salteados a verduras como la borraja y el cardo, a legumbres como las alubias blancas o a las sopas.http://ortomolecularforce.blogspot.com
 

