
(c) Ana Tajadura. Todos los derechos reservados.
¿Cuánto se nos puede acercar un extraño antes de que empecemos a 
sentirnos incómodos? De acuerdo con un reciente estudio de nuestro 
grupo, usar auriculares para escuchar música que induce emociones 
positivas puede reducir los límites de nuestro espacio personal, ese 
espacio que rodea nuestro cuerpo y que sentimos como “nuestro”, y así 
hacer más tolerable el que otros invadan este espacio. Los resultados de
 este estudio revelan el beneficio que conlleva usar reproductores 
portátiles de música en situaciones de aglomeración de gente como, por 
ejemplo, al usar el transporte público en grandes ciudades.
La mayoría de las personas se sienten incómodas cuando la distancia 
que guardan con un desconocido es menor que la longitud de su brazo 
(Longo y Lourenco, 2007). Sin embargo, aquéllos que vivimos en grandes 
ciudades y a diario usamos el transporte público estamos acostumbrados a
 que se invada nuestro “espacio personal”. Por ejemplo, a veces al 
viajar en un autobús o un vagón de metro abarrotado, uno tiene tan cerca
 a los otros viajeros que no es raro que le claven un codo en la espalda
 o incluso sentir en el cuello su respiración.
El espacio personal se puede definir como la zona que rodea 
inmediatamente a nuestro cuerpo, una zona con la que mantenemos fuertes 
lazos emocionales, que sentimos como “nuestro espacio” (Sommer, 1959), y
 que otros no pueden invadir sin hacernos sentir incómodos (Hayduk, 
1983). Se suele considerar que este espacio sólo cobra importancia 
cuando interactuamos con otros, varía entre culturas (Hall, 1966), y 
también varía constantemente de acuerdo con el contexto (Hayduk, 1983) y
 con nuestro estado emocional (Levenson, 1994).
Hoy en día el uso de reproductores portátiles de música está tan 
extendido que muchas personas los usan a diario, y a menudo cuando se 
desplazan de un lugar a otro mientras interaccionan con otros 
transeúntes (de hecho, la intención de SONY cuando lanzó al mercado el 
primer Walkman fue la de hacer los viajes en transporte público más 
tolerables; Hormby, 2006). Recientemente, nuestro equipo de 
investigación ha llevado a cabo un estudio para analizar el efecto que 
puede tener en el espacio interpersonal el uso de los reproductores 
portátiles de música, basándonos en el hecho de que (1) la música puede 
evocar un amplio rango de respuestas emocionales (Juslin y Sloboda, 
2001) y que (2) el espacio personal varía con nuestro estado emocional 
(Levenson, 1994).
En este estudio, en el que participaron 70 jóvenes, se evaluó el 
efecto de la valencia emocional de la música (positiva o negativa) y su 
fuente (externa o integrada: altavoces o auriculares) en el espacio 
personal de los participantes, durante la aproximación pasiva o activa 
del participante a una persona desconocida (un experimentador). El 
espacio personal se definió concretamente en la investigación como la 
mínima distancia entre el participante y el experimentador con la que el
 participante se sentía cómodo, es decir, no sentía invadido su espacio 
personal.
En un primer experimento, en una de las condiciones experimentales se
 pidió al participante que caminara de frente hacia el experimentador 
(un hombre o mujer desconocido para el participante) y parara de caminar
 en el momento en que considerara incómoda la distancia interpersonal 
(condición de aproximación activa). En otra condición, el experimentador
 era el encargado de caminar hacia el participante hasta que éste 
indicara sentirse incómodo (condición de aproximación pasiva). Estas dos
 condiciones se repitieron varias veces: un tercio de las veces con el 
participante escuchando música que produce respuestas emocionales 
positivas (música positiva), otro tercio de las veces con música que 
produce respuestas emocionales negativas (música negativa), y el resto 
de las veces en silencio, con el participante llevando auriculares en 
todo momento.
 Las piezas de música usadas eran de tipo instrumental y 
desconocidas por los participantes. Al final del experimento se pidió a 
los participantes que escucharan de nuevo las piezas de música y 
evaluaran su respuesta emocional al escuchar estas piezas. En un segundo
 experimento, se comparó el efecto de escuchar música positiva o 
negativa a través de auriculares con el producido al escucharla a través
 de altavoces, durante condiciones de aproximación pasiva.
Los resultados de estos dos experimentos evidenciaron que cuanto más 
positivamente era evaluada la música por los participantes, menor era el
 tamaño del espacio personal. Este efecto se vio modulado por las 
condiciones de aproximación y si la música se escuchaba mediante 
auriculares o altavoces. Escuchar música positiva en comparación con 
negativa a través de auriculares resultó en una reducción de unos 12 
centímetros del espacio personal durante la interacción con un extraño 
aproximandose al participante. En cambio, el tipo de música (positiva o 
negativa) no influyó significativamente en el tamaño del espacio 
personal cuando el participante se aproximaba al extraño. Finalmente, en
 comparación con una situación de ausencia de música, escuchar música 
positiva a través de una fuente integrada (auriculares) redujo el 
espacio personal en unos 6 cm, mientras que escuchar música negativa a 
través de una fuente externa (altavoces) expandió el espacio personal en
 aproximadamente 10 cm.
Estos resultados proporcionan la primera evidencia empírica de la 
relación existente entre el estado emocional que resulta de escuchar 
música y el espacio personal al interaccionar con extraños. Escuchar a 
través de altavoces música que induce en nosotros emociones negativas 
expande los márgenes de nuestro espacio personal. Por el contrario, 
escuchar a través de auriculares música que induce en nosotros emociones
 positivas reduce los márgenes de nuestro espacio personal. Este espacio
 “encoge”, y así permitimos con más agrado que otras personas se 
acerquen a nosotros. Estos resultados revelan el beneficio de usar 
reproductores personales de música en situaciones de aglomeración, en 
las que hay pocas posibilidades de movilidad y el espacio personal se ve
 comprometido.
Por lo tanto, la próxima vez que vayas a subirte a un vagón de metro 
en hora punta, ponte los auriculares, enciende tu reproductor de música 
con tu canción favorita y ayudarás así a aliviar tus temores a sentir tu
 espacio personal invadido.
Referencias
Hall, E. T. (1966). The Hidden Dimension. New York: Doubleday.
Hayduk, L. A. (1983). Personal space: Where we now stand. Psychological Bulletin, 94, 293–335.
Hormby, T. (15 Septiembre 2006). The Story behind the Sony Walkman. Low End Mac. Recuperado de: http://lowendmac.com/orchard/06/sony-walkman-origin.html.
Juslin, P. N., y Sloboda, J. A. (2001). Music and Emotion: Theory and
 

 

