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jueves, 24 de noviembre de 2011

LA TELEVISION Y SU PROTAGONISMO

Nos quejamos de ella, decimos detestarla, que sólo nos da escándalos y malas noticias, pero parece que no podemos vivir sin ella

Hay algunas acciones que el ser humano debe cumplir para su supervivencia: alimentarse, dormir, trabajar y cuidar su salud. Seguramente, haya muchas más pero en la posmodernidad hemos incorporado algunas costumbres que parecen inseparables de la vida cotidiana.

Nos quejamos de ella, decimos detestarla, que sólo nos da escándalos y malas noticias, pero parece que no podemos vivir sin ella. La televisión ya no sólo se

ha convertido en un

miembro más del

hogar, ya es nuestra

compañera inseparable

en nuestros actos de

cada día. Nos levantamos

con ella y hasta muchos

ni siquiera la apagan durante el sueño.

La tevé es la banda de sonido de

nuestra existencia. Es frecuente,

que su encendido sea permanente

aunque no tengamos la mínima idea

sobre lo que está ocurriendo en su pantalla.

Ya se ha convertido en un acto tal como

prender la luz. Lejos ha quedado el hecho

de reunirse a ver y a escuchar un

ciclo o programa en particular, sólo es sonido constante.

¿Por qué la tevé se ha convertido en protagonista del hogar?

¿Por qué si no deseamos mirar, miramos? Nos hemos alienado

a un simple electrodoméstico que ya tiene vida propia y si encima

analizamos su contenido, en la mayoría de las ocasiones apagarlo

favorecería a la salud.

Pero, quien no está al tanto de lo que ocurre en la pantalla chica también

puede vivir toda una experiencia de exclusión en la vida cotidiana

¿Cómo no lo viste? ¿En qué mundo vivís? Indagan a quien no ha visto por

tevé el último escándalo de turno o la noticia más escabrosa del horario central

. Por qué así sucede, los programas de TV de mayor audiencia no sólo

son un evento en el momento de su emisión sino que se convierten

en tema de conversación popular en innumerables ámbitos como el trabajo,

la familia o las reuniones de amigos. Quien no lo ha visto, se convierte

en un bicho raro que vive en una irrealidad.

Pero, ¿no es al revés? ¿La realidad es la de la pantalla chica,

su rating y sus productos? Sin dudas, es parte de la actualidad mediática

pero solamente eso, la vida es otra cosa. Una mayoría inmensa de la

humanidad lejos está de los escándalos por egos malheridos, estafas

y corrupción o el sacar ventaja como sea por algunos puntos de audiencia.

Entonces, aunque ya no seas parte de algunas conversaciones, a veces

no hay nada mejor que acordarse que la tevé no es más que

un electrodoméstico, un instrumento para el ocio y no viceversa.

Redescubrir la magia de la radio, leer un buen libro, estimular la

conversación con la familia o los amigos, o simplemente, disfrutar

del silencio, es enriquecedor y será de gran incentivo para nuestras vidas.

Entre tanta contaminación auditiva y visual, debemos reflexionar

y decidir sobre los actos de nuestras vidas. Es nuestra responsabilidad

qué vemos, qué hacemos, qué escuchamos, nadie nos obliga a ver

lo que no queremos ver.

De vez, en cuando apagar la tele, es un buen ejercicio.

Por Eugenia Plano | www.vidapositiva.com.-Maria A. Sassone