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domingo, 6 de noviembre de 2011

ALIMENTACIÓN.- YIN-YANG

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TODO CAMBIA. Todas las manifestaciones del Universo están en constante cambio y resistirse a los cambios que naturalmente nos aporta la vida deriva en estancamiento y a veces, en enfermedad.

Por que es natural el cambio y cada persona se encuentra en un determinado punto de la espiral de su proceso personal, la nutrición despliega un amplio abanico de corrientes alimenticias como son la dieta mediterránea, el vegetarianismo, la macrobiótica, el crudivorismo, el higienismo, el vegetarianismo y un largo etc aptas para cada condición y momento personal durante un determinado periodo de tiempo.

Ésta es una de las razones por las que en este blog se entremezclan diferentes opciones.

Puede que los y las que están en el proceso más puristas vegan@, crudívoro o macrobiótic@ se ofendan a veces por la aparición de ciertos alimentos proscritos por su dieta, ideología, creencias o contrarios a sus necesidades personales.

Al respecto, opino que no hay que confundir que lo que le sienta bien a una persona en un determinado momento de su vida puede no sentarle tan bien a otra persona distinta.

De hecho, no creo en las opciones rígidas, ni en las dietas milagro ni en las que prometen curación, ya que en la curación influyen numerosos factores a parte de la dieta (que es muy importante, sí, pero no suficiente en la mayoría de los casos).

Esto no significa que los alimentos estén desprovistos de propiedades “medicinales”, beneficiosas. Tampoco significa que no se tenga que ser estrict@ en un momento dado para conseguir un determinado objetivo de salud o de desarrollo personal.


No hay alimentos naturales y ecológicos nocivos, pero sí un alimento u otro tiene efectos diferentes en cada persona según su condición de salud y según se combinan con otros alimentos.

Así, los tomates, en la dieta mediterránea aportan vitamina C, refrescan (calman y limpian el exceso de calor en el hígado), son sabrosos y pueden ser un ingrediente adecuado para reducir acumulaciones de grasa en el cuerpo para una persona que no tenga problemas de huesos (se sabe que sus hojas son tóxicas y provocan artritis, y que los frutos contribuyen a crear rigidez en articulaciones y músculos1), enfermedades degenerativas, tendencia a crear calcificaciones (depósitos de calcio en órganos, arterias, etc) o problemas de acidez. Y como los tomates, el resto de los alimentos sin procesar tienen sus características propias.

A mi parecer, nada es inamovible o igual para toda la vida y lo que puede estar llevando una persona a decantarse por una corriente alimenticia u otra en un determinado momento, depende de cual es su condición o estado energético.

Así, las personas muy yin (leer más adelante: “Cómo reconocer excesos en la condición personal en términos de yin y yang”), querrán yanguizarse, y las personas muy yang, sentirán la necesidad de yinizarse.

"El tipo correcto de alimentación es aquel que nos permite alcanzar nuestro máximo potencial de salud, ser todo lo san@s que nos permiten nuestros genes y constitución. Nos ayudará a ser lo más y mejor que podamos ser; no nos obstaculizará el desarrollo, pero no nos hará ser más de lo que podemos ser.

El tipo equivocado de alimento hará el papel de dique o represa, desviando el crecimiento y frustrando nuestro desarrollo. En otras palabras, será activo en crearnos problemas y “nos hará enfermiz@s.”2

Al efectuar cambios en la dieta hemos de tener claro que dentro de cualquier corriente alimenticia también van a haber cambios y reajustes periódicos en la forma de comer según van cambiando nuestras circunstancias personales y nuestra condición.

Y ante cualquier dolencia o cualquier enfermedad, es positivo plantearse qué reajustes y cambios en el estilo de vida, pensamientos, creencias, actitudes, y por supuesto en la alimentación y disciplinas físicas se han de llevar a cabo.


Cómo reconocer excesos en la condición personal en términos de yin y yang:

1- Demasiado yin:

A nivel físico, necesita mucho descanso, acostumbra a levantarse y a acostarse tarde, tendencia a estar cansado/a, falta de vitalidad y energía, tendencia a diarrea, hara débil, tendencia a falta de minerales y anemia, piernas y músculos débiles, falta de memoria, yin sanpaku.

A nivel emocional, “víctima de la vida”, tendencia a la depresión, llanto, acciones lentas, “en las nubes”, falta de concentración, tendencia a los accidentes, dudas, necesita climas cálidos y soleados, hipersensble, todo le afecta, falta de control en su propia vida, todo lo que ocurre es culpa de los demás.

A nivel espiritual, falta de dirección en la vida, dispersión, no sabe lo que quiere, tendencia a cambiar de ideas muy a menudo, empezará muchas actividades pero sin terminar ninguna, ni profundizar. Siempre pensando en el futuro.

2- Demasiado yang:

- A nivel físico, necesita muy pocas horas de descanso, se levanta muy temprano, hiperactivo/a, tendencia al estreñimiento, hara tenso, tendencia a la obesidad y a la retención de líquidos, yang sampaku, tendencia a comer demasiado, y a querer mucho dulce, zona lumbar tensa.

- A nivel emocional, irritable, con agresividad, extremadamente introvertido/a o extrovertido/a, ideas fijas, no quiere escuchar a nadie, controla a los que le rodean, tendencia a gritar y a la agresividad.

- A nivel espiritual, muy rígido/a en su forma de vivir y comportarse, falta de flexibilidad, muy apegado a lo material y al pasado, exige mucho de sí mismo y de los/as demás, muy crítico y necesita perfección.

"Yin-yang world" de Rowan Thompson


A qué dieta cambiar?

1. Si demasiado yin

1.1- a causa de alimentos crudos, zumos: yanguízate con cereales integrales, legumbres, verduras. Toma sopas de miso.

1.2- a causa de azúcar refinado, alcohol o drogas: yanguízate tomando mucha verdura, algo de cereales, legumbres y proteínas. Evita el exceso de sal. Toma algo de umeboshi.

1.3- si has seguido una dieta vegana estricta durante mucho tiempo y tesientes cansad@ o con poca vitalidad: incorpora algo de pescado, toma más salteados.

1.4- si has seguido una dieta crudívora y sientes frio y debilidad: hazte amiga del hornillo y empieza a tomar guisos con legumbres o seitán, comida “de la mamá” (sustanciosa y nutritiva)

2. Si demasiado yang

2.1- a causa de carne, huevos, embutidos: adopta una alimentación vegetariana o vegana

2.2- por una dieta macrobiótica estricta (contractiva) mucha sal o grasa: yinízate con ensaladas, algún zumo, más fruta cruda y flexibilízate con ejercicio físico suave y lúdico.


Elección de alimentos en función de diferentes circunstancias

1. Si hace calor:

TOMA: más alimentos yin (ver: http://agnesmacrobiotica.blogspot.com/2009/05/clasificacion-general-de-los-alimentos.html
).

Proteínas vegetales o animales con poca grasa, ensaladas, frutas, verduras de hoja verde.

EVITA: alimentos yang extremos, grasas, mucha proteína, alimentos muy guisados y calientes, verduras de raíz en grandes cantidades.

2. Si hace frio:

TOMA: más alimentos yang, raíces, guisos, potajes, sopas, algo de grasa y proteína animal (poca), pickles.

EVITA: elevada proporción de alimentos yin, fruta cruda y zumos, ensaladas crudas, alimentos fríos.

3. Para favorecer la concentración mental:

TOMA: cereales integrales y legumbres, pequeñas cantidades de frutos secos y semillas, raciones pequeñas, sopas y potajes, verduras cocinadas.

EVITA: azúcar y dulces, alcohol, drogas, comer en exceso, mucha ensalada cruda, alimentos enlatados y congelados.

4. Para favorecer la actividad física:

TOMA: ensaladas, verduras de hoja, frutas, proteínas de origen animal en cantidad moderada, cereales y legumbres en ensalada.

EVITA: grasas, carnes guisadas y en salsa, más de un 40% de cereales y legumbres, exceso de sal, miso, shoyu o tamari.

5. Para favorecer la actividad artística:

TOMA: más alimentos yin, verduras dulces, frutas dulces.

EVITA: elevada proporción de alimentos yang, exceso de sal, alimentos grasos, cualquier dieta demasiado estricta.

6. Para perder peso:

TOMA: cantidad moderada de proteínas (legumbres y pescado), verduras, cereales integrales, platos livianos y refrescantes, hidratos de carbono complejos, alimentos fermentados, frutas, algo de zumos.

EVITA: mucha proteína, lácteos, grasas, alimentos suculentos muy guisados, hidratos de carbono refinados, alimentos salados.

7. Para trabajar con maquinaria electrónica, luces fluorescentes, ordenador, etc…

TOMA: verduras cocidas, cereales integrales, legumbres, algo de proteína animal diaria, alimentos fermentados, algo de grasas.

EVITA: vegetarianismo estricto (vegano o macrobiótico), azúcar, demasiados zumos.

8. Para favorecer la meditación o la práctica del yoga:

TOMA: cereales integrales, legumbres, verduras, frutas y frutos secos.

EVITA: proteína animal, alimentos refinados y procesados, azúcar, lácteos.

Cómo desarrollar la intuición que nos guía en los cambios

Documentarse sobre nutrición, conociendo la energética de la alimentación, y observar los efectos de los alimentos en el propio organismo es un primer paso. Todo el mundo puede saber si algo le sienta bien o mal.

Cuanto más natural e integral sea lo que comemos, menos necesidad de tomar productos no naturales tendremos, e incluso, cuando el organismo está limpio, si algún día nos metemos en la boca algo con químicos, colorantes u otros, lo notaremos enseguida y lo rechazaremos sin esfuerzo. Nuestra vida se encauzará entonces hacia ambientes libres de tóxicos

Ante todo hay que aprender a distinguir lo que necesitamos realmente y lo que pueden ser antojos.

Observando hacia qué tipo de extremos nos sentimos atraíd@s, podremos conocer más acerca de nuestra condición interna (contraída, tensa, rígida o al contrario dispersa, laxa, con poca voluntad…) y recurrir tanto a la alimentación como a otras herramientas para re-equilibrarnos.

Practicar la observación no es difícil. Basta con buscar un momento cada día (o varios momentitos a lo largo del día) para sentarnos y sentirnos. Entonces nos podemos preguntar: “¿Es esto o aquello adecuado para mi ahora?” Y la información viene, clara y directa.

Responsabilizarnos de nuestra propia alimentación, cocinar al menos una vez al día y sobretodo comer con gozo, deleite y evitando culpabilidades es fundamental.

Si no existen libertad de elección, flexibilidad mental y paz emocional a la hora de comer, no sirve de nada tomar alimentos puros y ecológicos ya que la rigidez, el miedo y la culpabilidad son altamente tóxicos.

Así que, ¡¡buen provecho!!
Fuente



Bibliografía:


1. Steve Gagné: The energetics of food
2. Anne Marie Colbin, El poder curativo de los alimentos.
3. Montse Bradford: La alimentación y las emociones.