|  El dolor de espalda aparece por un mecanismo neurológico que causa  dolor, inflamación y contractura muscular, y la mayoría de las veces no  se sabe qué lo desencadena. En pocos casos el dolor es causado por una  alteración orgánica de la columna vertebral, pero habitualmente no es  así: la mayoría de las alteraciones de la forma de la columna vertebral  son variantes de la normalidad, que no causan ningún problema y que  tienen con tanta frecuencia las personas con dolor como los sanos sin  ninguna molestia. La  repetición de esfuerzos en posturas incorrectas o, sobre todo, la falta  de una musculatura suficientemente potente y equilibrada pueden ser  factores predisponentes. Para evitar el dolor de espalda es recomendable  hacer ejercicio o, en todo caso, mantenerse físicamente activo, evitar  el sedentarismo, adoptar una actitud mental valiente ante el dolor y  cumplir las normas de higiene postural destinadas a realizar las  actividades cotidianas de forma que la espalda soporte la menor carga  posible. Algunas normas a tener en cuenta Al  estar acostado, es mejor situarse boca arriba. Dormir boca abajo no es  recomendable, pues al hacerlo se suele modificar la curvatura de la  columna lumbar y, para poder respirar, debe mantener el cuello girado  durante varias horas. Si no puede dormir en otra postura, debería  intentar hacerlo ligeramente de costado. Si, por ejemplo, se girase  hacia el lado izquierdo, deberá flexionar la cadera y la rodilla  derecha, aún manteniendo estirada la izquierda, y procurar girar los  hombros y adaptar la forma de la almohada a su cabeza de modo que la  postura relativa del cuello en relación a la columna dorsal fuese lo mas  parecido posible a la que forman al estar de pie. El colchón debe ser  firme y recto, en cuanto a que no debe tener la forma de una hamaca,  pero debe ser suficientemente mullido como para adaptarse a las curvas  de su columna (cifosis y lordosis). Un colchón muy duro, como el suelo o  una tabla, es tan perjudicial como un colchón excesivamente blando, en  el que su columna «flota» sin sujeción. Al  estar sentado, la silla, con una suave prominencia en el respaldo, debe  sujetar la espalda en la misma postura en la que la columna está al  estar de pie, es decir, respetando las curvaturas normales. El respaldo  de la silla debe sujetar especialmente el arco lumbar, estando provisto  de profundidad regulable y altura e inclinación ajustables. Un respaldo  de altura variable facilita que una misma silla se ajuste a distintas  espaldas. Debe evitar giros parciales. Lo correcto es girar todo el  cuerpo a la vez. También es conveniente levantarse y andar cada 45  minutos. Al  cargar peso, agáchese doblando las rodillas, con la espalda recta y la  cabeza levantada, apoyando los dos pies en el suelo, ligeramente  separados (aproximadamente la separación entre las caderas) y lo más  cerca posible del peso que debe cargar. Agarre entonces el peso con los  brazos, manteniéndolo tan próximo al cuerpo como pueda, y levántese  estirando las piernas y manteniendo la espalda recta o ligeramente  arqueada hacia atrás, en ningún caso hacia adelante. Si el peso es  considerable, mantenga las piernas ligeramente flexionadas mientras deba  cargarlo. Al  estar de pie, mantenga un pie en alto y apoyado sobre un escalón, un  objeto o un reposapiés. Alterne un pie tras otro. Cambie la postura tan  frecuentemente como pueda. No esté de pie si puede estar andando. Su  columna sufre más al estar de pie parado, que andando. Evite los zapatos  de tacón alto si debe estar mucho tiempo de pie o caminando. Un zapato  completamente plano, sin ningún tacón, tampoco es lo ideal,  especialmente si existen problemas de rodilla. Un tacón de 1.5 a 3 cms.  suele ser adecuado. El  ejercicio físico es eficaz para disminuir el riesgo de que aparezcan  dolores de espalda y la práctica de algún deporte - especialmente la  natación - nos será útil para prevenir la aparición de esos dolores.  Pero aún así, es conveniente consultar a un médico antes de iniciar  cualquier actividad física o deporte. En quiénes sufren o han sufrido  dolor de espalda, un médico debe determinar qué ejercicios específicos  se deben hacer, y con qué intensidad y ritmo de progresión. Se debe  tener en cuenta que el ejercicio está contraindicado durante la crisis  aguda de dolor de espalda, pero, cuando el dolor es crónico, es eficaz  para evitar la incapacidad y mejorar el grado de movilidad y autonomía.  Además, entre quiénes sufren episodios dolorosos de forma recurrente,  hacer ejercicio entre las crisis es eficaz para reducir su frecuencia y  duración. Diez normas para una espalda sana y fuerte Mantente  activo. Haz ejercicio habitualmente: la natación, correr o ir en bici  te pondrán en buena forma física. Los ejercicios de gimnasio pueden  además hacer que la musculatura de tu espalda sea potente, resistente y  flexible. Cualquier ejercicio es mejor que ninguno. Calienta  tus músculos antes de hacer ejercicio, y estíralos al terminar. Evita  estar todo el día sentado. De lo contrario, perderás fuerza en la  musculatura de la espalda y aumentará el riesgo de que te duela. Cuando  tengas que estar sentado: Hazlo lo más atrás posible en la silla y  mantén el respaldo recto. Mantén la espalda relativamente recta y los  brazos o codos apoyados. Cambia de postura frecuentemente e intenta levantarte cada 30-45 minutos. Cuando leas, siéntate bien y, si vas a estar mucho tiempo, usa un atril. Cuando uses el ordenador, coloca la pantalla frente a tus ojos y a la altura de tu cabeza. Para  llevar el material escolar: Utiliza un transporte con ruedas y de  altura regulable. Si no, usa una mochila de tirantes anchos y pásalos  por ambos hombros. Evita llevar más del 10% de tu propio peso. No fumes. No lo necesitas y, además de envenenar tu salud, también aumenta el riesgo de que te duela la espalda. Si te duele la espalda, no esperes, y consulta al médico. Si  te duele la espalda, no te derrumbes. Es muy probable que no tengas  nada grave y sólo se deba a que tus músculos no están trabajando bien. Evita  el reposo, lleva una vida lo más normal posible y mantente tan activo  como puedas para que vuelvan a funcionar correctamente. No  obstante, recordemos que nuestra espalda aguanta mucho, y salvo casos  muy concretos debemos tener una actitud activa ante el dolor,  manteniendo el mayor grado de actividad y movilidad posible, y evitar el  reposo en cama que aunque durante mucho tiempo se ha recomendado, la  evidencia científica nos indica que es contraproducente para nuestra  espalda, y puede cronificar determinados dolores. En  definitiva, si mantenemos una buena higiene postural, y tenemos una  actitud activa ante el dolor, practicando ejercicio físico padeceremos  menos dolencias de la espalda. | ||
| Mario Gestoso  | ||
 
CHAU...ADIOS A LA LIBERTAD EN BLOG
ESTE ES MI NUEVO SITIO,(todavía en construcción),AL CUAL ME TRANSLADO, CUANDO BLOGGER APLIQUE CENSURA. GRACIAS.
MIENTRAS PUEDA SEGUIRE EN ESTE BLOG
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